Evento común y peligroso la tormenta eléctrica
En Estados Unidos ocurren unos 25 millones de relámpagos al año.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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Durante la madrugada de ayer, fueron muchas las personas en la Isla que se levantaron azoradas al escuchar los estruendos provocados por una tormenta eléctrica, un evento que es más común y peligroso que lo que la ciudadanía pudiera pensar.
Para que tengan una idea, en Estados Unidos ocurren unos 25 millones de relámpagos al año, provocando cientos de incidentes con heridos y decenas de muertes. De hecho, según se indica en el sitio de la NOOA, los rayos son la segunda causa de muerte entre estos fenómenos atmosféricos, superando otros eventos de gran peligro como son los huracanes y los tornados.
Así también lo explicó a Primera Hora el subdirector del Servicio Nacional de Meteorología, Rafael Mojica, al alertar que las tormentas eléctricas son bien frecuentes en Puerto Rico, en especial durante los meses de verano. Cabe destacar que un rayo es una descarga eléctrica que golpea la tierra.
“Prácticamente en el verano, casi todas las tardes, en algún lugar de la Isla ocurre una tormenta eléctrica. Claro, no todas son severas. Por ejemplo, la ocurrida durante la madrugada (de ayer) es normal. Lo que pasa es que la frecuencia del trueno y los ruidos de éstos los tuvieron un impacto en la ciudadanía que no está acostumbrada a esos estruendos en la noche”, explicó el meteorólogo al indicar que esta mañana la tormenta se sintió “en todos los rincones de Puerto Rico”.
Como un dato curioso, Mojica indicó que, por lo general, durante el verano, estas tormentas se desarrollan en áreas de Lares y San Sebastián.
“Comienzan a sentirse en esas zonas entre 1:00 y 3:00 de la tarde y ya luego, como a las 4:00 o 5:00, comienza a llover para Mayagüez. Es en la zona oeste donde más se perciben”, dijo, al explicar que, contrario a lo que muchas personas piensan, los relámpagos pueden ocurrir con el cielo despejado.
Y es que los rayos pueden desarrollarse a una distancia lejana al área de lluvia fuerte. Incluso, tan lejos como a 10 millas de cualquier zona donde esté cayendo el chubazco.
Es por esta razón que se recomienda mucha cautela a la población y lo más recomendable es que, tan pronto escuche un trueno, salga huyendo a protegerse en un lugar seguro, preferiblemente dentro de un edificio o vehículo.
“Muchas de las muertes o incidentes ocurridos son antes o después de que ha pasado la lluvia. Pero, lamentablemente, mucha gente hace caso omiso a esta advertencia”, expresó Mojica al agregar que lo sugerido es que las personas sólo salgan al aire libre, 30 minutos, como mínimo, después de haber escuchado el último trueno.
Para que tengan una idea, según informan varios sitios de Internet, incluyendo Wikipedia, las descargas de los relámpagos pueden desplazarse hasta a una velocidad de 140,000 kilómetros por segundo y provocar una temperatura de 50,000 grados Fahrenheit, o sea, tres veces la temperatura del Sol.
“Imagínate que si se pudiera acumular la energía asociada a una descarga eléctrica, tendríamos suficiente energía para toda la zona metropolitana durante un mes”, dijo Mojica.
Durante los últimos dos años, en Puerto Rico se han registrado incidentes lamentables relacionados con tormentas eléctricas, entre ellos el de Danirka, una niña de ocho años, residente de Carolina, que en mayo de 2010 sobrevivió milagrosamente a una descarga eléctrica por un relámpago.
Según explicó a Primera Hora en aquel entonces su padre, Edgar Ramos, la menor fue alcanzada por un rayo mientras ayudaba a su mamá a recoger las herramientas que ambas utilizaban para arreglar el jardín de su casa. Tras un estruendo que estremeció las residencias del área, la niña cayó al suelo.
“La nena estaba monga, no respiraba, tenía los labios morados, los ojos virados, su piel botaba humo y estaba bien caliente, como si tuviera fiebre”, rememoró Ramos, quien al ver a la niña tan “malita” empezó a darle respiración de boca a boca (respiración artificial). Posteriormente, la menor estuvo hospitalizada varios días.
Otro caso particular se dio en la zona oeste, en junio de 2009, cuando Antonio Cruz Mangual perdió la vida por una descarga eléctrica. Familiares del hombre explicaron a este diario que la víctima se encontraba desyerbando un terreno en el barrio Aceitunas, de Moca, cuando un rayo -producto de una repentina tormenta eléctrica- lo tocó y lo lanzó al suelo, provocándole la muerte en el acto.