"Estupendamente bien" las hijas de Ana Cacho, dice abogada
Hace más de tres años que Cacho no tiene contacto con las niñas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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Ahmed Alí González, el padre del niño Lorenzo González Cacho, asesinado en la casa de su progenitora en marzo de 2010, afirmó este viernes que se siente "satisfecho con el proceso" en el que se determinaría si se permite a Ana Cacho restablecer relaciones materno filiales con sus hijas de 9 y 16 años.
Las escuetas declaraciones de González se produjeron a su salida Tribunal de Familia y Menores de Bayamón, donde se efectuó otra audiencia como parte de reclamo de Cacho para volver a relacionarse con sus hijas, cuya custodia perdió desde que se produjo el crimen de su único hijo varón, delito que todavía permanece impune.
González, quien tiene la custodia provisional de las menores, salió del tribunal acompañado de su abogada, la licenciada María Juarbe, quien, al también ser abordada por periodistas, recalcó que "seguimos con el proceso que es extremadamente confidencial. Y, extremadamente satisfecha".
A preguntas sobre cómo se encuentran las niñas, la licenciada Juarbe subrayó que se encuentran "estupendamente bien. Están bien, gracias al Señor". La letrada y su cliente no emitieron más declaraciones.
Cacho, por su parte, al salir de la audiencia junto a sus abogadas, mantuvo total hermetismo.
"No podemos hacer comentarios", dijo varias veces su abogada, Brenda Berríos.
Sharon González, la otra representante legal de Cacho, quien caminó a prisa acompañada también de la madre de la mujer, Amneris Yvette González, recalcó "no hay comentarios" a todas las preguntas formuladas por los periodistas.
Según supo este diario en la vista se determinó que las niñas reciban terapias individuales.
Como parte de ese proceso, ha trascendido que un siquiatra entrevistaría a las menores y oportunamente emitiría recomendaciones al tribunal.
El 6 de marzo próximo, mientras, está en agenda la vista de ordinario de maltrato, cuando el Departamento de la Familia deberá demostrar por qué no se debe reunificar a las menores con su madre.
El proceso para determinar si se conceden relaciones maternofiliales a Cacho con sus hijas se lleva a cabo en cumplimiento con una determinación del Tribunal Supremo, que ordenó al Tribunal de Primera Instancia realizar vistas para estudiar la posibilidad de que la mujer pueda relacionarse con sus hijas, poniendo así un alto a la decisión del Tribunal de Apelaciones, que había ordenado al Departamento de la Familia permitir visitas supervisadas.
Hace más de tres años que Cacho no tiene contacto con las niñas, luego de que fueran removidas de su hogar el 30 de marzo de 2010 tras el asesinato de su hijo Lorenzo González Cacho.
Por tratarse de un proceso que involucra a menores, el mismo se lleva a cabo a puerta cerrada. Además, el juez José A. Cardona Rodríguez emitió una ley de mordaza.
Cacho fue catalogada como sospechosa de la muerte de su hijo ocho años, quien falleció el 9 de marzo de 2010, en el Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) de Dorado.
La madre alegó que lo encontró ensangrentado en la cama donde dormía con su hermana, que para ese tiempo tenía seis años, en su hogar, en la urbanización Dorado del Mar.
Fue entonces que lo llevó a la institución médica.
No obstante, la autopsia determinó que la muerte no fue accidental, sino un homicidio. El menor recibió un fuerte golpe en la cabeza y tenía heridas de arma blanca en el rostro.
Desde entonces, las autoridades señalan a Cacho, a Jesús Genaro Camacho, William Marrero Rivera y Arnaldo "Naldy" Colón como sospechosos del crimen, ya que se alega estuvieron la noche de los hechos en la residencia de Cacho. Sin embargo, hasta el momento, nadie ha sido acusado por el crimen que consternó al país.