Este año debe iniciar el caso Keishla Rodríguez
A un año de su muerte, todavía no hay fecha para juicio contra el exboxeador Félix Verdejo y su presunto compinche.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
PUBLICIDAD
Hace un año, la familia de Keishla Marlen Rodríguez Ortiz, de 27 años, suplicaba públicamente por su regreso a casa. Hoy todavía aguardan porque la justicia prevalezca luego de la trágica muerte en medio de un incidente de violencia de género.
No habrá un acto de recordación. La familia lo que ha reclamado es “espacio” para intentar sanar las heridas que han quedado tras la desgracia que acaparó la atención del país, indicó a Primera Hora la hermana de Keishla, Bereliz Nichole Rodríguez.
Según aceptó, sus padres “no se encuentran bien” a un año de la partida de su hermana.
En una publicación en las redes sociales también reveló que “no es un día feliz. Ese día, si es por mí, lo salto”, señaló, al comunicar que se irán de viaje durante la madrugada para no estar en la Isla en la dolorosa fecha.
El padre de Keishla, Francisco Rodríguez, ya también había anticipado su deseo de permanecer alejado del ojo público en este momento.
“Nosotros no celebramos su muerte. Otra gente la celebra. Nosotros no. Nosotros celebramos su vida”, afirmó el pasado 6 de noviembre con motivo del cumpleaños de la joven.
Fue en la mañana del 29 de abril de 2021 la última vez que Keishla conversó con su madre, Keila Ortiz, por teléfono. Luego, no hubo más contacto con la víctima.
Esa misma noche, el Negociado de la Policía de Puerto Rico activó la Alerta Rosa tras la familia reportar las circunstancias de su desaparición. De inmediato, trascendió que se encontraba embarazada del exboxeador Félix “El Diamante” Verdejo, con quien tuvo una relación sentimental por 11 años.
Un día después el púgil acudió a la Policía, pero guardó silencio por instrucciones de su abogado.
También apareció el auto de la joven, un Kia Forte gris del 2016, en un terreno del barrio La Central en Canóvanas sin rastros de ella.
Tras una intensa búsqueda, el cuerpo sin vida de Keishla fue encontrado el 1 de mayo en la laguna San José, cerca del Puente Teodoro Moscoso. De inmediato, la hermana reclamó “justicia para Keishla”.
Más, sin embargo, a un año del crimen ninguna persona ha sido convicta.
Por el crimen, la Fiscalía federal acusó el 6 de mayo a Verdejo y a su presunto compinche, Luis Antonio Cádiz Martínez. Desde, entonces, estos se mantienen ingresados en el Centro Metropolitano de Detención en Guaynabo. Enfrentan un cargo por robo de auto con resultado de muerte; un cargo de secuestro con resultado de muerte, y un cargo por matar a un niño por nacer. Además, pesa contra estos un cargo por usar y portar un arma de fuego durante y en relación con un delito de violencia.
De inmediato, se tipificó como un caso elegible para la pena de muerte, debido a que la pesquisa criminal reveló que cada imputado mató intencionalmente a la víctima; que cada acusado cometió el delito de una manera especialmente atroz, cruel o depravada, ya que implicó un abuso físico grave a la víctima; y que cada acusado cometió el delito después de una planificación y premeditación sustanciales para causar la muerte de la víctima.
No obstante, el Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló el pasado 31 de enero que no buscará la pena de muerte en el caso contra el exboxeador y su alegado cómplice por la muerte de Keishla y su bebé no nacido.
¿Cuándo se hará justicia?
A juicio del exfiscal federal Osvaldo Carlo, el que el caso haya sido considerado para la pena de muerte ha incidido en que todavía no haya ocurrido un proceso judicial o convicción en este crimen.
“Estos casos de pena de muerte llevan un procedimiento del Departamento de Justicia (federal) que está fuera del control de la Fiscalía y el Tribunal. Hay que esperar que el caso sea evaluado por el Departamento de Justicia y gran parte del año se fue en esa evaluación”, explicó Carlo.
Afirmó que, con la decisión a finales de enero pasado de que no se buscaría la pena capital, es que se pudiera establecer como el verdadero inicio del proceso.
“Ya el caso se encarriló como un caso de rutina en la federal… Es un caso que se podría estar viendo este año, antes que concluya este año, si el procedimiento es el usual y no hay apelaciones”, promedió.
Por su parte, el abogado Leonardo Aldridge coincidió en que un caso que se ha relacionado con la pena de muerte provoca que “las protecciones y los cuidados sean mayores, porque no solo está en juego la libertad de alguien, sino la vida misma”.
Indicó que el proceso que se realizó para evaluar la posibilidad de la pena de muerte detiene toda posibilidad de establecer negociaciones de culpabilidad con los acusados. Pero, sobre todo, retrasa el inicio de un juicio.
“También las gestiones que haga la defensa en pro de su cliente van en ocasiones a provocar retrasos. Por ejemplo, evaluaciones psicológicas, psiquiátricas o si se está buscando coartada o defensa afirmativa. Todo eso requiere tiempo para dar una representación legal efectiva a cualquier cliente”, señaló.
Aldridge promedió que pudiera pasar un año más sin que la familia de Keishla escuche un veredicto en el caso criminal contra Verdejo y Cádiz Martínez.
Sea cual fuese las razones para la demora, el exfiscal federal afirmó que la familia de la víctima “debe estar tranquila”.
“Me parece un caso bien encarrilado y que la Fiscalía aparenta tener buena evidencia”, opinó Carlo.
Actualmente, el caso criminal tiene una vista de status citada para el 12 de mayo. Pero, todavía no hay fecha para juicio, informó el abogado de Verdejo, Jason González Delgado.
Destacó que “acaba” de ser nombrado como abogado de oficio del principal sospechoso del crimen, por lo que desconoce cuándo se podría pautar alguna fecha para el juicio.
Aceptó que “va a haber un buen tiempo” antes de que arranque el proceso judicial, ya que debe prepararse para la defensa.
“Ahora es que empiezan a producir la evidencia y empezamos a preparamos para juicio”, dijo el letrado, que no quiso comentar cómo se encuentra Verdejo.
¿Cómo ocurrió el crimen?
La investigación criminal, según surge del expediente de acusación, apuntó a que el 27 de abril de 2021 Verdejo “contactó al testigo y le solicitó ayuda para terminar con el embarazo de la víctima, quien le dijo al púgil que ella estaba embarazada con su hijo basado en el resultado de la prueba”.
Dos días después, el 29 de abril, acordó reunirse con la víctima en su apartamento del residencial Villa Esperanza, en Cupey.
Verdejo y el testigo llegaron al encuentro en la guagua Dodge Durango, mientras que Keishla arribó en su vehículo Kia Forte.
Luego, la joven abordó la guagua del boxeador, donde se alega que, “después de la conversación entre Verdejo y la víctima en el vehículo de Verdejo, golpeó a la víctima en la cara y le inyectaron una jeringuilla llena de sustancias compradas en un punto de drogas en (el residencial Llorens Torres)”, según reza en una de las declaraciones juradas que forman parte del expediente criminal.
Con la ayuda de la otra persona, le ataron las manos y los tobillos con un alambre, colocándole un bloque. El cuerpo fue lanzado a la Laguna San José.
Ha trascendido que las cámaras de seguridad del puente Teodoro Moscoso captaron el vehículo del ex boxeador detenido el día de la desaparición de Keishla.
Surge de la acusación que “la víctima fue removida del vehículo y lanzada por uno de los lados del puente al agua. Verdejo le disparó a la víctima con una pistola desde el puente”.
El 11 de mayo del 2021 y el pasado 22 de febrero Verdejo hizo alegación de no culpabilidad en este caso criminal. Se alegado compinche también hizo igual alegación en mayo pasado.
Debido a las circunstancias de su muerte, Keishla se ha convirtió en un símbolo de lucha contra la violencia de género en la Isla. Sus restos descansan en el cementerio Los Ángeles Memorial, en Guaynabo.