GURABO. La clase 228 de la nueva Academia de la Policía, la primera en cuatro años, tiene un perfil variado, por la experiencia previa de algunos de ellos, su preparación académica, su crianza y desarrollo, pero los une el deseo de convertirse en un servidor público de calidad que, en tiempos difíciles de alta incidencia criminal y crisis económica, pueda ser el escudo protector del pueblo.

Con el brillo en sus ojos de la emoción del primer día de clase, tres cadetes entrevistados por este medio contaron su travesía antes de llegar a la academia porque todos consideran que su misión de vida es convertirse en un policía, aun cuando conocen de primera mano los recortes en los beneficios, entre ellos, el del retiro.

La academia estaba programada para comenzar ayer, pero el juez federal Gustavo Gelpí, quien preside el pleito de la Reforma Sostenible de la Policía, accedió a aplazarla hasta el 30 de abril luego de que el gobierno radicara una moción solicitando tiempo adicional para reclutar más cadetes.

Una de ellas es Ashleika Marie Rodríguez Martínez, de 23 años y natural de Aibonito, quien a través de su padre -que se jubiló hace un año del Negociado de la Policía y como miembro y voluntaria de la Liga Atlética Policíaca- pudo conocer de primera mano la transformación de la agencia. Este factor no la amilanó, ya que todavía tiene esperanza en que la situación para esa clase trabajadora mejore con los años.

Para la joven, que posee un bachillerato en investigación criminal y laboraba como cajera en una panadería, un buen policía “necesita ser justo e imparcial y tener esa visión clara de que tienes que ayudar a los demás, ya tú no sirves para ti, tienes que servirle a cada uno de los ciudadanos de Puerto Rico, velar por su seguridad, su propiedad”.

Allí también estaba Carlos García Feliciano, de 30 años y natural de Ponce, quien cuenta con un bachillerato en criminología. En sus venas corre la sangre de policías, ya que su abuelo fue teniente estatal y su padre un policía municipal en Guayanilla.

Aunque trabajó como oficial de probatoria y conoce la conducta del delincuente todavía no tiene claro cómo será su interacción con el criminal y cómo lo verá la sociedad de ahora en adelante porque dejará de ser un civil. Indicó que le gustaría trabajar en la División de Operaciones Tácticas.

Yo tenía conocimiento absoluto de cómo estaba la situación del retiro en la Policía, pero sinceramente no pensé en eso, vine por vocación, porque es lo que decidí aspirar y es mi sueño. Mi familia me apoyó, obviamente mi mamá puso un poco de resistencia, pero luego al ver que es lo que desee desde pequeño, provengo de una familia de policías”, rememoró.

Luis Ramos Rodríguez, tiene 37 años, vive en Mayagüez y decidió ingresar en el Negociado por el porvenir de sus hijas de 7 y 13 años. Anteriormente, se desempeñó como servidor público en el Departamento de la Familia, donde buscaba hogar para niños. También trabajó buscando el bienestar de personas de edad avanzada.

Ramos Rodríguez está determinado en adquirir experiencia en un precinto de la Policía. Además, para lograr su ingreso rebajó alrededor de 80 libras y se organizó para su eventual mudanza junto a su familia a la zona metropolitana.

“El motor son en realidad mis dos hijas y, realmente, me gustaría poder aportar para que en un futuro, Puerto Rico, con los demás compañeros cadetes y agentes, pueda haber un Puerto Rico más seguro por esta juventud que la estamos perdiendo a una edad extremadamente corta”, puntualizó.

En el grupo, que está integrado por solo tres mujeres, hay 16 aspirantes con grado asociado, 23 con bachillerato y uno con maestría.

Todos fueron saludados ayer, por el juez federal Gelpí, quien junto al monitor Arnaldo Claudio, su grupo de asesores, el senador Henry Neumann y el comisionado Henry Escalera Rivera, encabezaron una vista ocular en las facilidades de la academia en Gurabo para asegurarse que todo está listo para iniciar su adiestramiento. 

“Yo creo que esta reforma es bien importante, y la reforma empieza en la academia, porque si no están entrenados los oficiales, el resto de las partes de la reforma se van a caer y no se va a lograr nada. Así que estoy muy satisfecho y ahora que hay menos policías, después del huracán muchos se han ido, hay gente que se ha retirado, los policías que siguen están trabajando el doble. Nadie se está quejando, están haciendo su trabajo y lo hacen con mucho orgullo”, manifestó el juez Gelpí al finalizar la vista, que consistió de una presentación del proceso de reclutamiento, las mejoras a las facilidades, el currículo y los centros de adiestramiento, entre otros aspectos.

El gobernador Ricardo Rosselló manifestó con antelación que la decisión de aplazar el inicio de la academia de policías respondió a que quieren evaluar debidamente todas las solicitudes recibidas que están aún en proceso de revisión por su estricta selección.

“Ya se había visto en buena fe que el proceso había comenzado y, no es que nos falta gente, es que la gente no ha sido certificada apropiadamente”, dijo el gobernador.

Los nuevos cadetes estarán en la academia nueve meses, con 1,300 horas de educación académica y 800 horas prácticas junto a mentores.

Hasta el presente, se han recibido 943 solicitudes de aspirantes a convertirse en cadetes, 364 con grados asociados, 539 con bachillerato y 33 con maestría. 308 son mujeres y 635 son hombres. Solo 67 han sido inelegibles. 

A su vez, se está ofreciendo una academia de agentes encubiertos y los profesores ayer recibían clases de educación continua sobre derechos civiles.