Félix Jamil Díaz Hernández, esposo de la joven embarazada que fue asesinada el pasado 4 de julio en la intersección de la calle Garrido y la caterera PR-1, en Caguas, fue acusado por cargos de violación a las leyes de Armas y de Sustancias Controladas, confirmaron este martes las autoridades.

Díaz Hernández, de 22 años, fue ingresado en prisión al no poder prestar una fianza de $1.2 millones que se le impuso el pasado 9 de septiembre.

Al inicio de la pesquisa, el Departamento de Justicia había informado que Díaz Hernández iba a ser utilizado como testigo de los hechos, aunque no descartaba la presentación de cargos criminales en su contra.

Según fuentes policíacas de este diario, tras ser dado de alta, Díaz Hernández, fue ingresado en el Albergue para Testigos del Departamento de Justicia de donde se evadió. Se alega que como no pudo cooperar con la investigación, ya que indicó que no podía identificar a los asesinos de su pareja, la Fiscalía de Caguas le sometió los cargos por posesión de drogas y violaciones a la Ley de Armas.

El día de la balacera que cobró la vida de Angeliz Carrasquillo Rosa, quien en ese momento tenía ocho meses de gestación, en el interior del automóvil en el que estaba la joven, las autoridades ocuparon 78 bolsas de marihuana y 75 de cocaína.

Además, en el vehículo la Policía ocupó una pistola marca Glock, calibre 9 milímetros, con su cargador, un tambor con 50 balas y otro cargador con 30 municiones.

El bebé de Carrasquillo Rosa se libró de la muerte gracias a la rápida intervención de técnicos de emergencias médicas y galenos en la zona de Caguas. Las balas que segaron la vida de su madre, según la pesquisa de la Policía, iban dirigidas a Díaz Hernández.

 La subdirectora interina de la Oficina de Comunicaciones y Prensa del Departamento de Justicia, Gingger Enid Correa Angulo, indicó hoy, martes, que están impedidos de comentar si Díaz Hernández era o no testigo de la Fiscalía de Caguas.

 “La Fiscalía había aplazado la presentación de cargos contra Félix Jamil Díaz Hernández en lo que se atendía el asesinato de Angelíz Carrasquillo. En efecto ya la Fiscalía presentó las denuncias por los delitos cometidos que pesaban contra el imputado. Asimismo, si el imputado hubiera estado participando del Albergue de Testigos y si éste hubiera evadido o no la seguridad, eso formaría parte de la investigación, por lo que estaríamos impedidos de emitir comentarios al respecto”, indicó Correa Angulo en declaraciones escritas.

El Departamento de Justicia no comentó si se presentaron los cargos en contra de Díaz Hernández por alegadamente negarse a colaborar con las autoridades.

 Carrasquillo Rosa, de 19 años, viajaba como pasajera junto a su pareja, en un automóvil marca Nissan Maxima, color blanco del año 2010, cuando sicarios abrieron fuego desde un vehículo en marcha en la intersección de calle Garrido y la carretera PR-1, en Caguas.

Como resultado de la balacera, la fémina recibió impactos de bala en la cabeza, espalda y el costado derecho, mientras que Díaz Hernández abrió la puerta y salió corriendo hacia un restaurante de comida rápida hasta donde lo persiguieron los pistoleros. Las balas lo alcanzaron en la espalda, la pierna derecha y un brazo, pero fue estabilizado y se recuperó en poco tiempo. Además, José del Llano Aguayo, quien salía del negocio, recibió un impacto de bala en el ojo derecho.

 Gracias a paramédicos y personal del hospital HIMA de Caguas mediante una cesárea de emergencia pudieron salvar al varoncito en gestación en el vientre de Carrasquillo Rosa.

Por la fatal balacera se presentaron cargos contra Julio Morán Pastrana, de 21 años, apodado Safari; Christian Thomas Rodríguez Rivera, de 22 años, conocido como Gran Danés y José Luis Rodríguez Verdejo, alias Perro, de 31. Un cuarto implicado identificado como Iván Oliveras Cruz, apodado "Pan Viejo", todavía es buscado por la Policía.

 A los acusados por el crimen el juez Edgard Figueroa, del Tribunal de Caguas, les señaló una fianza global de $18.8 millones. La vista preliminar del caso está en suspenso. Ha sido suspendida en dos ocasiones.