En jaque la vida de un matón
La fiscalía y la defensa no ceden terreno en su último intento de influenciar al jurado.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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El jurado en el caso de la muerte de Alexis Candelario Santana, quien encabezó la Masacre de La Tómbola el 17 de octubre de 2009, continuará deliberando durante el día de hoy en torno a la sentencia que se le debería aplicar al convicto: cadena perpetua o muerte por inyección letal.
Tras concluir los argumentos finales del caso e impartir las instrucciones al jurado, las siete mujeres y cinco hombres salieron de la sala del juez José A. Fusté para comenzar el proceso de deliberación a eso de las 2:00 p.m. Antes de las 6:40 p.m., los ciudadanos habían decidido recesar para retomar las deliberaciones a las 9:30 a.m. de hoy.
En sus deliberaciones, los 12 miembros del jurado tendrán que sopesar una serie de factores agravantes y atenuantes para determinar si Candelario Santana debería ser sentenciado a vida en cárcel o a la máxima pena en el foro federal. Se requiere una decisión unánime para una sentencia de muerte.
Los argumentos finales a favor y en contra de la pena de muerte se convirtieron en una guerra ideológica en que ninguna de las partes cedió terreno en el proceso de defender sus convicciones.
Por un lado, la Fiscalía Federal presentó el cuadro de un asesino múltiple que representaba un riesgo de seguridad ante la posibilidad de que pudiese matar de nuevo dentro del sistema correccional u ordenar un asesinato en la libre comunidad. Las autoridades fundamentaron su teoría en el hecho de que Candelario Santana cumplió seis años de cárcel tras declararse culpable de 12 asesinatos y que, ocho meses después de haber salido de una institución penal, comandó una banda de sicarios que escenificó el tiroteo en el antiguo negocio La Tómbola, en Toa Baja, que dejó el saldo de ocho muertos, la muerte de un feto de ocho meses de gestación –cuya madre sobrevivió– y 20 heridos de bala.
Mientras tanto, la defensa se enfocó en las condiciones de pobreza del entorno familiar de Candelario Santana y la efectividad del Negociado Federal de Prisiones para contener los incidentes violentos, incluyendo los asesinatos, en sus instituciones.
Ante una sala abarrotada de funcionarios, familiares del convicto y de las víctimas y público en general escucharon la presentación a favor de la muerte por parte del fiscal Bruce R. Hegyi, quien cuestionó el valor de la vida de Candelario Santana, mejor conocido como “Congo”, frente al de las víctimas y sus familiares.
“Toda vida humana tiene valor. Puede ser mucho y bueno, o pequeño y mínimo. Todas las vidas de las personas que él mató tienen valor. La mayoría de las víctimas en La Tómbola eran completamente inocentes. Algunos eran mayores, otros jóvenes y entonces está el feto de ocho meses. ¿Se recuerdan cuando él (Candelario Santana) gritó: ‘Nadie sale de aquí vivo’”?, detalló el funcionario.
A Candelario Santana se le atribuyen unos 20 asesinatos que se cometieron para adelantar su empresa criminal de narcotráfico. Precisamente el crimen de La Tómbola se realizó para asesinar a un primo que asumió el control de su ganga. El familiar resultó herido, pero sobrevivió.
El fiscal mostró fotos de todos los muertos, imágenes escalofriantes que mostraban las heridas de bala, órganos, sangre e, incluso, un cuerpo que había sido desmembrado. Pero también se presentó la imagen del feto con un disparo en la frente. “Alexis se encuentra ante ustedes como un hombre de 41 años de edad. Él se convirtió en el hombre que quiso ser”, indicó el fiscal.
La defensa intentó provocar la empatía ante el derecho que tiene todo ser humano a vivir. En su presentación, mostró un vídeo y fotos de cárceles con la intención de subrayar la alta seguridad de las instituciones y, por la tanto, las pocas posibilidades que podría tener un convicto como Candelario Santana para matar a un confinado o un empleado correccional.
“Esta es la cámara de ejecución. Este es el sitio donde el Gobierno quiere que se coloque a Alexis, en este aparato obsceno donde el veneno será bombeado por sus venas”, dijo el abogado mostrando una foto de la camilla donde se amarran a los confinados para la aplicación de la sentencia de muerte.
Pero el último turno le volvió a tocar a la fiscalía. En esta ocasión, la oficina utilizó a una de sus fiscales más experimentadas, María Domínguez, subjefa de su dependencia.
“¿Acaso es más obsceno poner a correr a los sentenciados alrededor del cuarto mientras se les dispara hasta que mueran? Eso es lo que hizo el acusado”, dijo Domínguez. “Las víctimas de este caso merecen justicia”, añadió.
Más casos de pena capital
Para el próximo 8 de abril se programó la última parte del caso de pena de muerte de Lashaun Casey, un inmigrante de Long Island que fue encontrado culpable de haber matado a un agente encubierto en el 2005 en Puerto Rico. También iniciará otro juicio el próximo 15 de abril contra Xavier Jiménez Benceví por el presunto asesinato de una concuñada que era informante del FBI.