El pastor Ricky comparece con su esposa a la Comandancia de Carolina
El pastor no se expresó muy confiado de que ambos puedan ofrecer suficientes datos para que se realice el boceto.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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El pastor Erick Torres Soto y su esposa Stephanie Burgos comparecerán este jueves al cuartel general de la Policía en Hato Rey, para describir y ayudar en la confección del boceto de los tres asaltantes que irrumpieron el pasado sábado en al noche en su hogar en Trujillo Alto.
El religioso, también conocido como el "Pastor Ricky", acudió con Burgos este miércoles en la tarde a la comandancia de de la Policía en Carolina, donde a su entrada al área del Cuerpo de Investigaciones Criminales se expresó poco confiado de que ambos puedan ofrecer suficientes datos para que se confeccione el boceto.
Típicamente, en un procedimiento como el de la tarde, se efectúa una breve entrevista y muestran fotografías para establecer ciertos rasgos físicos.
"En estos momentos no tenemos la claridad", respondió Torres Soto a la pregunta de si podía identificar a los ladrones. Explicó que uno utilizaba una máscara, otro una capucha y el otro llevaba la cara al aire.
Precisamente, el enmascarado es quien supuestamente lo lanzó al piso, le puso un cuchillo en la garganta y le dijo que lo iba a matar, comentó el religioso. También es el único que lo llamó como “pastor", declaró Torres Soto a los periodistas.
El agente Jeremy Morales confirmó luego de la entrevista que sigue en pie para el jueves la confección de los bocetos.
Los hechos ocurrieron en la noche del sábado en la urbanización La Cima, ubicada en el complejo de urbanizaciones Encantada en Trujillo Alto. La pareja había salido a cenar en un restaurante y al llegar a la residencia fueron sorprendidos en el área de la marquesina.
Torres Soto relató que uno de los delincuentes colocó a su esposa contra una pared y le puso un cuchillo en la garganta, mientras otro le amenazaba de muerte y forcejeaba con el religioso y le arrancaba unas prendas.
Burgos, en algún momento durante la odisea -que según Torres Soto duró unos tres minutos-, le dijo que estaba bien y fue entonces cuando dejó de forcejear y le entregó $200 en efectivo que guardaba en los bolsillos a uno de los asaltantes.
"Ahí él me soltó y se va", dijo Torres Soto, quien acto seguido sacó un revólver calibre .38 para el cual tiene licencia y le hizo seis disparos.
En el lugar se encontraron manchas de sangre, por lo que se sospecha que uno o dos de los asaltantes fueron heridos. No obstante, el agente Morales, de la División de Robos de Carolina, indicó que no se han localizado heridos de bala en hospitales de la zona desde el incidente sabatino.
En la escena se ocupó un arma blanca descrito por el pastor como un "cuchillo de ninja". También se levantaron huellas dactilares en la residencia, que no cuenta con cámaras de seguridad.
Inicialmente, el comandante Carlos Miranda, jefe de la región policiaca de Carolina, había dicho que los sospechosos podrían ser del vecino sector El Trapiche, pero el agente Morales no quiso confirmar ese dato.
Se entiende que el trío brincó una verja.
"Yo estoy aquí. Mi esposa está aquí viva, precisamente porque pude defenderme", dijo Torres Soto, quien ha sido censurado en varios medios y redes sociales por tener un arma de fuego cuando también se desempeña como pastor. De hecho, él se describe como apóstol del Concilio Cristo La Roca, con iglesias en Carolina, Caguas y Cayey.
Torres Soto aseguró que recibió golpes en el rostro durante el forcejeo, pero las marcas ya no son visibles. A preguntas, reconoció que los ladrones, quienes le llevaron algunas prendas que utilizaba valoradas entre $800 y $1,000, no le pidieron nada en específico.
Aunque dijo inicialmente que asociaba el robo a la actividad delictiva que perjudica el país, también aclaró que no puede descartar que el suceso está relacionado con otros asuntos que no especificó.
Torres Soto está demandado actualmente por una mujer adulta, quien alega que fue víctima de actos lascivos e impúdicos cuando era adolescente. El pastor contrademandó a la querellante.