El osito de Tous campea por su respeto
Decenas de comerciantes acuden a sala del Tribunal Federal de Hato Rey.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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A la vista estaban decenas de comerciantes, muchos padres de familia, apiñados en la sala, la gran mayoría haciendo una admisión de culpabilidad por la venta de imitaciones de Tous, pero aún desconociendo cuánto tendrán que pagar por la venta de los duplicados en lo que representó otro caso en contra de la industria de la piratería en Puerto Rico.
Ayer, gran parte de los 177 demandados por la empresa Tous por violaciones a sus derechos de autor y de marca comparecieron ayer ante el juez federal Daniel Domínguez y la gran parte de ellos, con excepción de tres demandados, se allanó a un interdicto preliminar que, para todos los efectos prácticos, conlleva una admisión de culpabilidad para ahora entrar en acuerdos monetarios con el demandante.
El juez advirtió en repetidas ocasiones sobre las consecuencias de su orden que estableció un periodo de seis meses para las negociaciones entre las partes con la posibilidad de que las mismas vuelvan a extenderse. De no llegar a un acuerdo, el demandado tendría que someterse a un juicio que se circunscribiría a determinar los daños de la ofensa en el caso civil.
Aunque el operativo se amplió por varios centros comerciales, como Plaza Carolina y Plaza del Sol, en Bayamón, The Outlet Route 66 de Canóvanas fue el único mall demandado bajo el alegato de que pudo haber facilitado la venta de artículos duplicados en su instalación. Pero el abogado de The Outlet, Iván Fernández, subrayó que la instalación bajo ninguna circunstancia se puede considerar culpable de los artículos que deciden vender sus concesionarios.
“De todos los centros comerciales, el único que se incluyó (en la demanda) fue The Outlet”, indicó el abogado. “Para el centro comercial, el issue es conocimiento. Nosotros no somos policías. No podemos estar monitoreando los productos que tienen nuestros inquilinos. Y ese es el verdadero asunto. Por eso objetamos que se nos incluya en la demanda”, indicó el abogado.
Varios comerciantes indicaron que muchos de los artículos en cuestión eran genéricos y que no podía ser calificado como una imitación por el mero hecho de tener un oso, uno de los distintivos de la marca Tous. Pero aun así se acogieron a la orden del juez y no levantaron ningún alegato de defensa.
“¿En qué realmente se basan ellos para confiscar la mercancía? A nosotros nos confiscaron pantallas y perfumes originales de Tous”, indicó una comerciante, cuya joyería en Arecibo fue intervenida como parte de la demanda.