El juicio contra Christopher Sánchez Asencio, uno de los dos acusados por la matanza de cuatro miembros de una familia en Guaynabo, podría llegar a su desenlace, mañana, viernes.

Las fiscales Janet Parra Mercado y María del Mar Ortiz Rivera ya concluyeron el desfile de prueba y someterán el caso a las 9:00 a.m. Posteriormente, el abogado defensor, Orlando Cameron Gordon, sentará a declarar a tres testigos que la Fiscalía no utilizó en el proceso, que se ventila en la Sala 704 del Tribunal de Primera Instancia de Bayamón. 

“Ya lo anuncié y el tribunal los dejó citados. Son testimonios que de alguna manera desmienten otros testimonios que el Ministerio Público ha traído”, dijo el abogado.

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La fiscal Parra Mercado se limitó a decir que “lo primero que hará el Ministerio Público es someter el caso”.

Después que el abogado siente esos testigos, dos policías estatales y una técnica del Instituto de Ciencias Forenses, se espera que las partes presenten sus informes finales del caso a los miembros del jurado.

Luego, la jueza superior, Vivian Durieux Rodríguez, le daría las instrucciones al jurado para que se retiren a deliberar.

El juicio en su fondo comenzó el pasado 19 de octubre con el testimonio de un vecino del barrio Guaraguao de Bayamón, quien llamó a la Policía cuándo el menor sobreviviente de la masacre de su familia le tocó a la puerta en busca de ayuda.

La prueba de la Fiscalía concluyó este lunes con el testimonio del adolescente, a quien sus agresores creyeron muerto al lanzarlo desde un puente, pero milagrosamente el menor sobrevivió.

Después de declarar por unas tres horas, mediante el sistema de circuito cerrado, el niño, que ahora tiene 14 años y reside con un hermano mayor fuera del país, se presentó por unos instantes en la Sala 704 para identificar al acusado.

A Sánchez Asencio se le acusa de matar al militar retirado de 66 años, Miguel Ortiz Díaz, a su esposa, Carmita Uceda Ciriaco, de 45 años y a la madre de ésta, Clementina Ciriaco López, en hechos ocurridos la noche del 17 de noviembre de 2014, en la residencial del matrimonio, ubicada en la urbanización Parque de Los Frailes, en Guaynabo. Se le acusa también del asesinato del hijo mayor de la pareja, Michael Ortiz Uceda, de 15 años, ultimado en un paraje del barrio Guaraguao, y de intentar quitarle la vida al hijo menor, único sobreviviente del sangriento suceso.

Las acusaciones contra Sánchez Asencio son en concierto y común acuerdo con José Bosch Mulero, pero ese joven enfrentará juicio por separado el próximo año.

El militar asesinado, quien era profesor en la Antilles Military Academy, le alquiló a Sánchez Asencio una casa localizada en la urbanización Versalles, en Bayamón. Según la prueba desfilada, el acusado estaba atrasado en el pago de la renta y estaba molesto con su casero porque se había presentado a la casa a cobrarle.

Como parte de los testimonios que desfilaron en el juicio, la patóloga Eda Rodríguez declaró que al momento de ser baleadas tres de las víctimas pudieron estar arrodilladas, en una posición compatible con una ejecución.  

También una experta en balística atestiguó que los fragmentos de bala encontrados en los cuerpos de las víctimas fueron disparados de una pistola Kimber gris, que fue confiscada por la Policía en un automóvil Lexus negro, que poseía Sánchez Asencio.

El abogado Cameron Gordon ha tratado de impugnar algunos de los testimonios, en especial, los de los policías que intervinieron en las diferentes escenas de los hechos y el del agente que le tomó la confesión a Sánchez Asencio al alegar que éste fue presionado.

Familiares de las víctimas no han faltado a ninguna de las sesiones del caso, así como la madre del acusado.

El caso también ha llamado la atención de estudiantes de las escuelas de derecho del país, algunos de los cuales no han podido lograr un espacio en sala para presenciar los testimonios.

Aunque inicialmente la Fiscalía anunció 60 testigos, luego redujo la lista, por entender que se trataba de prueba acumulativa.

Nueve mujeres y tres hombres integran el jurado. Una fémina y un varón sirven como suplentes.

Sánchez Asencio tiene 27 años y encara cuatro cargos de asesinato en primer grado, uno de tentativa de asesinato, secuestro, conspiración, agresión agravada, robo y varias infracciones a la Ley de Armas. Bosch Mulero, de 26 años, enfrenta los mismos cargos.

Los casos de ambos acusados fueron separados por conflictos debido a que se acusan entre ellos de perpetrar los tristes hechos.

El día que se encontró causa probable contra el dúo, las fiscales indicaron que se exponían a unos 400 años de prisión.