El rostro de Manuela Pérez no puede ocultar la preocupación y el desasosiego que siente al no saber el paradero de su hija mayor, Edmarie Lafontaine Pérez, quien desapareció sin dejar rastro en la ciudad de Miami, en el estado de la Florida, desde el 25 de enero.

La estudiante de 21 años se reubicó en esa ciudad el 24 de noviembre cuando, sin avisarle a su familia, abordó un vuelo hacia Miami para perseguir su sueño de convertirse en artista.

“Ella se fue y me llamó de allá para decirme que se había ido, pero me aseguró que fue por un par de días y que iba a volver. Nunca antes había hecho algo así. Después me dijo que se quedaría más tiempo porque quería demostrarme que podía lograrlo sola. Que había encontrado trabajo allá”, explicó Pérez, quien indicó que mantuvo contacto a diario con la joven hasta que logró convencerla de que viniera a visitarla en la época navideña.

“Ella vino en diciembre y estuvo del 23 al 28 y traté de convencerla de que se quedara, pero me dijo que allá había muchas oportunidades y que iba a lograr su sueño”, añadió.

Sin embargo, luego de volver a Miami, la madre explicó que la actitud de su hija se volvió errática.

“La última vez que hablé con ella fue el 25 de enero y me llamó como ocho veces bien asustada desde un número bloqueado, porque no quería que le rastrearan la llamada. Hablaba incoherencias, como si estuviera drogada. Me comentó que tenía que ‘hacer cosas que no quería hacer’ y que ella era ‘más inteligente que ellos’”, explicó la mujer, quien logró obtener de la joven la dirección donde se alojaba.

“Avisamos a la Policía de Miami pero ellos no quisieron coger el caso porque me dijeron que ella era mayor de edad y que eso era común allá. Que probablemente se estaba prostituyendo en las calles. Imagínate cómo me sentí”, lamentó.

Pérez y su esposo fueron a Florida y encontraron la habitación del hotel donde se hospedaba su hija con todas sus pertenencias, pero sin rastro de ella. Al revisar varias carteras, encontraron notas con instrucciones sobre el aspecto y los deberes que tenía la joven con sus presuntos captores.

“Las notas decían cómo tenía que vestirse, que tenía que estar siempre bonita, que tenía que mantenerse delgada...”, indicó Pérez.

Avisaron al Negociado Federal de Investigaciones (FBI), que asumió jurisdicción de la investigación aunque, dos semanas después, transfirió el caso a la Fiscalía del Condado de Miami-Dade.

“Ellos lograron identificar a una persona por las cámaras del hotel y descubrieron que era un ‘pimp’ (proxeneta) con antecedentes criminales y lograron detenerlo, pero no le han sometido cargos porque dicen que no tienen pruebas suficientes”, explicó Pérez.

Temen trata humana

La familia sospecha que Edmarie fue víctima de la trata de jovencitas para prostituirlas.

“Ella trabajaba en un restaurante de Palmas del Mar como mesera y me dijo que conoció a un hombre de nacionalidad hindú (india) que le había ofrecido trabajo allá. Sospechamos que ese hombre le ofreció villas y castillas hasta que la convenció para irse para allá sin avisarnos y entonces, cuando tuvo la oportunidad, se la entregó a este otro individuo que tienen detenido que es quien prostituye a las muchachitas”, explicó Pérez.

“Aquí en Puerto Rico está pasando esto, pero no se está hablando del tema y creo que es importante. Estos criminales vienen y seducen a las niñas que tienen sueños de ser artistas y se las llevan para allá para prostituirlas. A las niñas (...) les digo que tengan cuidado y que escuchen siempre a sus padres, que son quienes verdaderamente las quieren”, añadió.

Pérez urgió a cualquier persona que sepa sobre el paradero de Edmarie a comunicarse inmediatamente con las autoridades.

“Solo quiero decirle a Edmarie que la amamos mucho y que la extrañamos. Que queremos que esté aquí con nosotros, con su familia”, concluyó.