Duelo de peritos en el juicio contra Aida de los Santos
El juicio contra la empleada doméstica acusada de asesinato continúa el miércoles.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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En lo que se anticipa como un duelo de peritos, este miércoles la defensa de la empleada doméstica Aida de los Santos Pineda, acusada de asesinar a su jefa Georgina Ortiz Ortiz, presentará como testigo a la patóloga forense Yocasta Brugal.
Con esta movida, los abogados Aarón Fernández, Lucille Borges, Juan Nevárez y Jesús Peluyera parecen encaminados a confrontar de frente los hallazgos del patólogo forense Carlos Chávez, quien estimó que la víctima falleció entre las 11:30 a.m. y las 2:00 p.m. del 17 de agosto de 2010.
Durante ese período, De los Santos Pineda y el exjuez Carlos Irizarry Yunqué, esposo de la víctima, estuvieron en el apartamento 5B del Condominio Laguna Terrace en el Condado, donde apareció muerta la mujer.
El trío almorzó en el apartamento a eso de las 11:50 a.m. Poco antes de la 1:00 p.m., el exjuez partió a sus clases en la universidad, según contó la acusada al agente Ferdinand Acosta.
De los Santos Pineda salió de trabajar poco después de la 2:30 p.m.
Como parte de su testimonio, Chávez explicó que estimó la hora de muerte utilizando dos variables: la rigidez cadavérica y el vaciado del contenido gástrico en el estómago de la víctima.
Según el patólogo, la víctima estaba en las primeras dos horas de la digestión al momento de morir y su cuerpo estaba en el punto de mayor rigidez cadavérica cuando lo examinó la madrugada del 18 de agosto.
Delatando la ruta que la defensa podría seguir, en el contrainterrogatorio a Chávez, el licenciado Fernández trató de colocar en entredicho esta conclusión al señalar que a las 11:30 a.m. la víctima todavía no había almorzado.
Pero se desconoce la hora exacta en que la mujer, de 72 años, almorzó el día de su muerte. Solo se conoce la hora que ofreció la acusada.
Su esposo almorzó en el hogar ese día, pero no formó parte de los testigos del ministerio público, representado por la fiscal Elba Acevedo, aunque fue quien la encontró muerta la tarde del 17 de agosto y fue una de las últimas personas que la vio con la vida.
En la sala 1105, del Tribunal de San Juan, que preside la jueza Eloína Torres Cancel, tampoco se divulgaron detalles de la declaración jurada que el hombre, de 91 años y que su familia alega que ahora padece de demencia senil, ofreció tres meses después de la muerte de su esposa.
Solo la fiscal y los abogados de la defensa saben su contenido y si contiene preguntas relacionadas con el almuerzo, la razón que llevó al exjuez a salir brevemente esa mañana y a regresar al apartamento para la última comida que compartió con su esposa.
Pero quedó claro en el juicio que se ventila ante un jurado que las autoridades sospecharon del exjuez en algún momento.
Dos años después de la muerte de su esposa, incautaron su guagua en busca de sangre o material biológico de la mujer o de sus atacantes, de acuerdo a la declaración jurada que prestó la agente investigadora Ormarie Roque para ocupar la guagua.
Roque también estableció que la guagua pudo haber sido utilizada para transportar a los atacantes.
Segundo punto de ataque
La defensa podría iniciar el segundo punto de ataque enfatizando en los fragmentos de huellas encontrados en la presunta arma homicida.
En torno a este tema, Chávez afirmó que era "poco probable" realizar la herida en el cuello de la víctima tomando el cuchillo según los dos fragmentos de huellas analizados por la Policía, uno de los cuales pertenece a De los Santos Pineda y otro que tiene características parecidas a las de la acusada.
Ambos fragmentos se encuentran en la hoja del cuchillo y, para realizar la herida, el atacante debió coger el cuchillo por el mango, según el patólogo forense.
Pero en el mango, la seróloga Carmen Tirado no detectó material genético.
¿Absolución perentoria?
El pasado viernes, cuando la fiscal Acevedo sometió su caso, la defensa de De los Santos Pineda, de 58 años, no presentó en ese momento una moción de absolución perentoria.
La Regla 135 de Procedimiento Criminal establece que "el tribunal, a instancia propia o a instancia de un acusado, decretará su absolución perentoria en uno o varios cargos de la acusación o denuncia luego de practicada la prueba de una o de ambas partes si la misma fuere insuficiente para sostener una convicción por ese cargo o cargos".
Queda por verse si luego del testimonio de Brugal, la defensa realizará la petición a la jueza Torres Cancel.
De los Santos Pineda enfrenta un cargo de asesinato, en concierto y común acuerdo con otra persona que nunca ha sido identificada, y otro de violación a la Ley de Armas.