La vista preliminar contra Carlos Julián Maldonado Dávila, imputado de atropellar mortalmente a la joven deportista Natalia Nicole Ayala Rivera, comenzó este martes con el estremecedor interrogatorio al testigo presencial del incidente, Carlos Adih Sosa Bigio, quien declaró en detalles el momento en que la joven y él fueron impactados en San Juan por un vehículo que, posteriormente, huyó de la escena.

Además, otro testimonio clave surgió en el proceso judicial con la declaración del agente municipal de Barceloneta, Gilberto Ayala Valentín, quien explicó las circunstancias en las que la misma madrugada en la que murió Natalia Nicole, el imputado acudió al cuartel de ese municipio a denunciar un accidente que había tenido con un supuesto conductor “trigueño” que había invadido su carril.

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El proceso de vista preliminar inició este martes luego que la defensa dejara a discreción del juez del caso, Jimmy Ed Sepúlveda Lavergne del Tribunal de San Juan, decidir si se debía inhibir o no del caso luego que trascendiera que el abuelo paterno de la víctima fue su entrenador deportivo hace más de 25 años.

El abogado del imputado, Pedro Sanabria Andino, informó al tribunal que tras consultar la situación con su cliente decidieron dejar en manos del juez si este debía proseguir con la vista preliminar.

Ayer trascendió por parte de la fiscal Fabiola Acarón que el abuelo paterno de la occisa, identificado como Rafael “Raful” Rodríguez, fue entrenador de voleibol del juez cuando éste tenía entre 11 a 13 años de edad.

“Las inhibiciones tienen que cumplir con elementos que disponen las Reglas de Procedimiento Criminal y la Jurisprudencia” , dijo el juez al explicar que entendía que no había fundamentos en derecho para retirarse del caso.

Así las cosas la vista preliminar contra Maldonado Dávila comenzó este martes con la juramentación de más de una decena de testigos del Ministerio Público, incluido Sosa Bigio, de 23 años, quien también resultó herido durante el accidente en el que falleció Natalia.

Estremecedor relato del accidente

Durante el interrogatorio, dirigido por el fiscal Ángel García Rodríguez, Sosa Bigio -quien está activo en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos- relató que la noche del 4 de enero compartió con Natalia Nicole en el negocio “24 Market Place”, en Hato Rey.

Señaló que habían acordado encontrarse para hablar de sus vidas, luego de estar un tiempo sin verse y aprovechando que el joven militar estaba de visita en la isla. Detalló que estuvieron en el negocio entre 8:00 y 8:30 de la noche hasta que a eso de las 10:50 p.m decidieron irse para que Natalia no llegara tarde a su casa, en Vega Alta.

Sostuvo que concretaron que él escoltaría a la joven hasta cierta área cuando él se desviaría a su hogar en Guaynabo. En cambio, cuando ya iban de camino, Natalia le hizo una señal sacando una de sus manos por el vehículo BMW color gris oscuro que conducía y le deja saber que había cogido un boquete en la carretera y que uno de sus neumáticos se había dañado, por lo que tenía que detenerse para cambiar la goma. El desperfecto ocurrió a eso de las 11:05 de la noche luego de la salida del negocio Best Buy (Hato Rey), en la carretera PR-22, conocida como Expreso José de Diego, en dirección de San Juan a Bayamón.

Ambos deciden estacionarse al lado izquierdo de la salida, en un paseo y en un área aparentemente iluminada, donde Sosa Bigio estacionó su guagua Pathfinder frente al vehículo de Natalia para intentar ayudarla a cambiar el neumático.

Sosa Bigio y su amiga se encontraban en el proceso de buscar herramientas para poder realizar el trabajo cuando ocurrió el accidente. El testigo aclaró, a preguntas del fiscal, que tanto su auto como el de Natalia, aunque estaban con los motores apagados, se quedaron con las luces intermitentes encendidas. En cambio, en el contrainterrogatorio realizado por el abogado del imputado trascendió que Sosa Bigio no hizo esa salvedad en su declaración jurada ofrecida el 15 de enero del 2022.

“Estaba buscando cuando me percato que tengo un carro encima mío... sentí el motor demasiado cerca. Al virar la cabeza vi las luces y mi reflejo y mi instinto fue brincar, pero ya el carro me había dado”, relató el joven.

“Caigo encima del bonete del carro de Natalia y luego caigo al piso boca abajo...gracias a Dios no perdí la conciencia y cuando subo mi cabeza a ver dónde está Natalia es que me percato que ella está en el piso y que el otro carro siguió su destino”, agregó el muchacho al describir como un “BMW, color azul” el vehículo que provocó el accidente y se fue a la huida. “Siguió su destino sin intenció de parar”, acotó el testigo presencial del caso y que a su vez es perjudicado, quien agregó que el carro que provocó el incidente también golpeó la parte derecha lateral del BMW de Natalia.

Según la narración de Sosa Bigio, posterior al accidente se incorporó -aun cuando estaba golpeado- y va al área donde había caído Natalia. Dijo que la jovencita estaba bocarriba con los pies debajo de la goma de repuesta de la Pathfinder. “Al acercarme noto que estaba inconsciente y respirando por la boca... decido ponerla sobre mi muslo para que no se ahogara”, declaró.

Inmediatamente, llamó al Sistema de Emergencias 9-1-1 y al ver que la ambulancia se tardó más de cinco minutos en llegar, decidió montar a Natalia en los asientos traseros de su guagua y transportarla hasta el Centro Médicos, en Río Piedras. Llegó al hospital aproximadamente en ocho minutos y allí lo atendieron dos enfermeras y una doctora. La profesional de la salud le informó que la joven necesitaba una cirugía. En ese momento, aprovechó para contactar a un amigo en común con Natalia, quien a su vez contactó al papá y otros parientes de la muchacha y les notificó lo ocurrido.

Ya en el hospital Natalia Nicole tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. Mientras, Sosa Bigio fue sometido a análisis donde se descartó que haya tenido fracturas.

Según el joven militar, fue a eso de las 2:42 de la madrugada del 5 de enero la hermana de Natalia Nicole lo llamó por teléfono y le notificó que la joven había fallecido.

“Empiezo a llorar, no sabía qué hacer en ese momento... era una amistad cercana que conocía y hablaba con ella constantemente”, relató.

En el contrainterrogatorio, el testigo fue confrontado respecto a la iluminación del área donde ocurrió el accidente. El joven sostuvo en todo momento que la zona estaba alumbrada e insistió en identificar como un BMW azul oscuro como el auto que ocasionó el accidente.

Trascendió durante la vista preliminar que tanto Sosa Bigio como los progenitores de Natalia Nicole, incoaron una demanda civil por daños y perjuicios contra el imputado. Aparentemente, según explicó el licenciado Sanabria, en ese pleito civil también figuran como demandados la Autoridad de Carreteras, Metropistas y el Departamento de Transportación y Obras Públicas. El abogado sostuvo que en esa demanda civil se alude a una falta de iluminación y mantenimiento del área como causa del accidente fatal en el que murió Natalia Nicole.

El imputado reportó que un hombre trigueño lo había chocado

La vista preliminar continuó en la tarde con otros cinco testigos, incluyendo el padre de la víctima, Rolando Ayala Colón, quien hizo una declaración breve para indicar que tenía conocimiento de que su hija saldría con unas amistades la noche del 4 de enero. Además, confirmó que la última comunicación que tuvo con Natalia Nicole fue a través de un mensaje de texto en el que fue informado por su hija que había tenido un desperfecto con una goma de su carro.

En cambio, un testigo clave de lo ocurrido es el agente Ayala Valentín, quien explicó las circunstancias en la que atendió una querella que le asignó su supervisora, la sargento Nancy Robles Quiñones, por un alegado accidente que había tenido “Carlitos”, en referencia a Maldonado Dávila a quien conoce desde el 2017. El imputado fue exdirector de Turismo del municipio y con anterioridad había trabajado como fotógrafo del ayuntamiento.

Fue a eso de las 12:15 de la madrugada -casi una hora después de ocurrido el accidente de Natalia Nicole en San Juan- que el imputado llegó al cuartel y dijo que un conductor “trigueño y con una gorra hasta las cejas” había invadido su carril y lo chocó. Según el testigo, el imputado -a quien identificó varias veces en el tribunal- acotó que el accidente había ocurrido en el sector La Boca, en el Km 2.1 de la carretera PR-684, en jurisdicción de Barceloneta. Alegó, además, que la intención de aquel conductor “trigueño” pudo haber sido realizar un carjacking.

Durante la entrevista de rigor, Maldonado Dávila manifestó al policía que venía de hacer ejercicios en un gimnasio, lo que levantó suspicacia del agente - quien tiene 17 años de servicio y ha investigado unos 400 accidentes de tránsito- porque en la PR-684 no hay gimnasios.

Otra cosa que llamó la atención del policía fue que la declaración de “Carlitos” no era compatible con las abolladuras que tenía el auto BMW. Explicó que el carro del imputado tenía roto el foco del conductor, el retrovisor no estaba completo y había un rayazo en el bonete.

“Ese impacto es más compatible con que hubiese atropellado a una persona o un animal”, sostuvo Ayala Valentín, quien le preguntó directamente a Maldonado Dávila si eso había ocurrido a lo que el imputado respondió categóricamente que no.

Como no se tenía constancia sobre la otra parte involucrada en el accidente denunciado por Maldonado Dávila, el agente notificó a la policía estatal de Barceloneta lo ocurrido y culminó su turno con un “patrullaje agresivo” en la PR-684, el cual estaba enfocado en evitar que aquel hombre trigueño y con posibles intenciones de hacer un carjacking cometiera algún crimen. Pero todo fluyó en calma.

Sin embargo, al otro día el agente Ayala Valentín recibió una llamada de un policía estatal, identificado como José Pérez Rodríguez (quien también conocía a Carlitos), quien le preguntó si había visto en las noticias un accidente ocurrido en San Juan en el que habían atropellado a una joven que había fallecido. El agente Pérez Rodríguez le informa que se entendía que estaba involucrado un BMW “color azul Pepsi”, el mismo tono del auto que conducía el imputado.

Según Ayala Valentín no había escuchado nada del suceso, pero le dejó saber al policía estatal su impresión en torno a la incompatibilidad entre lo que dijo Maldonado Dávila y las abolladuras que tenía el auto de lujo. Le informó también que el caso había pasado al agente Jonathan Santiago para investigación.

Añadió que Pérez Rodríguez le dijo que, casualmente, esa misma noche del accidente Carlitos lo había llamado para preguntarle cuáles podían ser las consecuencias de reportar en un pueblo un accidente ocurrido en otro municipio. Supuestamente, el oficial le advirtió que podía tener cargos de obstrucción a la justicia, posible fraude, entre otros cargos.

A preguntas del abogado Sanabria Andino, el agente Ayala Valentín dijo que no había tomado notas sobre todo lo que había declarado en la vista preliminar.

Los demás testigos llamados en sala fueron la sargento Robles Quiñones, el policía Jonathan Santiago y una mujer de nombre Ivelisse Hernández, quien es la dueña registral del vehículo BMX que conducía el imputado los días 4 y 5 de enero de 2022. Ninguno fue sentado a declarar pues sus testimonios fueron estipulados con sus declaraciones juradas.

La vista preliminar continúa mañana a las 9:00 de la mañana con otro puñado de testigos de la Fiscalía.

Los hechos del caso

Los hechos de este caso se remontan al pasado 4 de enero cuando el imputado supuestamente atropelló mortalmente a Natalia Nicole mientras esta cambiaba una goma de su carro en el lado izquierdo de la rampa que conecta con la carretera PR-22, conocida como Expreso José de Diego, en dirección de San Juan a Bayamón.

La joven, de 20 años, se encontraba cambiando el neumático de la parte delantera derecha de su vehículo junto a Sosa Bigio cuando fueron atropellados por el vehículo marca BMW que supuestamente conducía Maldonado Dávila.

Al imputado se le señala de haberse ido a la fuga tras provocar el accidente. Según información investigada por la Policía, Maldonado Dávila manejaba el vehículo de motor de forma imprudente y negligente.

A consecuencia de los múltiples traumas corporales sufridos como producto del impacto, Natalia Nicole murió al día siguiente en el Hospital Centro Médico de Río Piedras. Mientras, Sosa Bigio recibió atención médica, ya que sufrió traumas en su cadera izquierda y pierna derecha.

Posteriormente, Maldonado Dávila acudió a un cuartel para radicar una querella en la que alegaba que alguien le había chocado su guagua, a la que le falta un espejo retrovisor y presentaba otros daños en la carrocería y un foco.

El imputado enfrenta tres cargos: uno menos grave y dos al amparo del Artículo 5.07 de la Ley 22 del 2000 conocida como Ley de Vehículos y Tránsito de Puerto Rico, por causarle la muerte a la víctima y lesiones físicas a Sosa Bigio. El hombre está libre bajo fianza luego de prestar una fianza diferida de $100,000.