Dos jóvenes relatan odisea de ataques atribuidos a expastor
La Fiscalía Federal terminó de presentar su evidencia en el juicio contra el expredicador Nelson Santiago Colón.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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Con la presentación de siete testigos, tres de ellos alegadas víctimas de abuso sexual infantil, la Fiscalía Federal terminó de presentar su evidencia en el juicio contra el expredicador Nelson Santiago Colón, acusado de transportar a tres menores a su casa para sostener actos sexuales ilícitos.
La jueza presidenta del Tribunal Federal en Puerto Rico, Aida M. Delgado Colón, informó al jurado compuesto por seis mujeres y ocho hombres –dos de ellos suplentes- que el lunes se producirán los argumentos finales de las partes, seguido por las instrucciones para que se retiren a deliberar.
Una vez el fiscal Marshal D. Morgan –quien es asistido por la fiscal del caso estatal, Camilie Soto- anunció que terminó el desfile de prueba, la abogada Yasmín Irizarry, de la Oficina del Defensor Público Federal, solicitó la absolución perentoria del acusado, por entender que la evidencia no sostiene los delitos imputados. La petición fue denegada por la jueza Delgado Colón.
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El último testigo que declaró fue un joven de 22 años, quien no figura como perjudicado en el caso federal porque no se dio el elemento de la transportación, pero sí a nivel estatal por ser víctima de actos lascivos por parte del acusado, de 48 años.
Santiago Colón enfrentará juicio a partir del 4 diciembre en el Tribunal de Ponce por 30 denuncias de actos lascivos, agresión sexual y maltrato de menores.
A preguntas del fiscal, el joven relató que en 2005, cuando tenía 13 años, fue con su madre a una actividad en la casa del entonces pastor de la Iglesia Cristiana Peniel. Explicó que en ese momento, de antemano el hoy acusado le había hecho el acercamiento para que se quedara a dormir en la residencia de Santiago Colón.
Narró que estaba en la cama listo para dormir, cuando Santiago Colón llegó con una película pornográfica y se le acostó al lado, rozando su brazo.
“Le pregunto por qué lo hace. No me contesta. Se me trepa encima y hace movimientos sexuales para el frente y para atrás, como si fuese una mujer. Trato de zafarme. No me lo permite. Está haciendo fuerza. Él era más grande que yo. Me tenía las dos manos aguantadas, no me soltaba. Cuando logro zafarme, voy directo a la sala”, declaró el joven, quien precisó que esperó unas horas para llamar a su madre para que lo fuera a buscar, sin decirle lo que había pasado, pero ésta le respondió que esperara a que Santiago Colón lo llevara al otro día a la iglesia, y así fue.
“Yo que confiaba en él, por su posición en la iglesia. Un pastor…se supone que uno confíe en un pastor. Se supone que un pastor no haga eso. Me sentía raro, con miedo”, indicó, y admitió que no fue hasta años después que se lo dijo a sus padres.
Cuando se le preguntó por qué nueve años más tarde estaba testificando al respecto, contestó: “Estoy diciendo esto para que en un futuro, si por casualidad Nelson queda libre, no vuelva a pasar lo mismo”.
“Llorando bajito”
“¿Cómo un pastor puede llegar a esto?”
Esa pregunta atormentó a un joven que siendo menor de edad dijo que fue agredido sexualmente por la persona que entonces era el líder de una iglesia protestante en la zona sur.
“Me sentí indefenso, como que esto no puede estar pasando”, relató temprano este viernes el tercer testigo en el juicio Santiago Colón.
John Doe #3, identificado así para proteger su identidad, relató en el Tribunal Federal, Sala de San Juan, sobre los alegados actos sexuales ilícitos que cometió en su contra Santiago Colón, cuando él apenas tenía 14 años.
El hoy estudiante universitario de 18 años narró ante el jurado compuesto por seis mujeres y ocho hombres –dos de estos suplentes- que conoció al acusado en mayo de 2011, porque asistía a la Iglesia Cristiana Peniel, en Ponce, y Santiago Colón era pastor en la iglesia hermana de Santa Isabel, y hacían actividades juntos.
Un día, su madre lo levantó para decirle que Santiago Colón fue a la casa a buscarlo para que le lavara su guagua, pero que él no estaba. Mas el 1 de junio de 2011, lo levantó para decirle que el pastor estaba allí con su hijo de ocho años, para que fuera con él a su casa a lavar el vehículo de la iglesia.
“Me preparé y como me iba a ganar unos chavitos y no tenía nada que hacer, me fui con él”, dijo el testigo, quien recordó que de camino, Santiago Colón le dijo que otros jóvenes habían ido a su casa a lavar la guagua, como su primo, víctima identificada como John Doe #2, quien testificó en el juicio ayer, jueves.
Llegaron a la casa en Ponce y relató que vio televisión en el cuarto de Santiago Colón y también pasó tiempo con su hijo en su cuarto, jugando vídeo juegos. En un momento dado, el expastor entró al cuarto y se le quedó mirando sus piernas. Le dijo que cuando fuera grande, los vellos le saldrían más duros, porque se afeitaba. Luego le preguntó si tenía novia y éste le dijo que no. Le cuestionó si le gustaba alguna nena, y el testigo le respondió que sí, pero que era una muchacha de la iglesia, por lo que la conocía, y no quería decirle quién era.
“Me empezó a insistir y me metió la mano por debajo del pantalón, tocándome el muslo. Para que dejara de tocarme, le dije quién era la nena y paró de tocarme el muslo”, relató el joven.
A preguntas del fiscal Marshal D. Morgan, declaró que le preguntó varias veces a Santiago Colón que cuándo iban a lavar la guagua, y le decía que “ya mismo”. Finalmente fue a lavarla con el hijo del acusado. Después explicó que llegó la esposa del pastor, Santa Elena Rivera, quien les ofreció comida. Ésta le preguntó si era la primera vez que iba a su casa, y esto le extrañó.
Eventualmente Santiago Colón le dijo que ya era tarde para llevarlo a su casa, y le indicó que se quedara a dormir en la casa. Dijo que llamó a sus padres a pedirle permiso y se lo concedieron. El acusado le dio ropa, un cepillo de dientes y pasta, agregó el testigo.
“Estaba viendo películas de acción en el cuarto de Nelson. Ya como a las 11:00 p.m. le pregunté que dónde yo iba a dormir y me dijo: ‘Pues aquí’… Él apagó la televisión y me dijo: ‘Ahora vamos a dormir’. El nene estaba a mi izquierda, yo en el medio y Nelson a mi derecha”, recordó el joven.
“Cuando nos fuimos a acostar, Nelson se me acerca al oído y me pregunta: ‘¿Quieres que te toque?’ Lo escuché mal intencionado. Le dije que no, y Nelson hizo: ‘Bah’, como que no le importaba. Me tocó mi miembro por debajo de la ropa. Me quedé friza’o. Me sentí indefenso, como que esto no puede estar pasando. ¿Cómo un pastor puede llegar a esto? Me sentí súper mal. No sabía a dónde acudir, cómo reaccionar, si salir corriendo, si ir a la casa de sus familiares (al lado). Pensé que si escapaba, se iba a ir detrás de mí y hacerme daño. Me quedé en shock. Dije, si un pastor hace esto, no sé a qué punto pueda llegar, si salgo corriendo, si podía hacerme daño. Como sentí tanto miedo, me quedé ahí en shock”, señaló el testigo, mientras una de las miembros del jurado lloraba.
Entonces, relató que Santiago Colón comenzó a besarlo en la boca y en las tetillas.
“Me sentía asqueroso, pésimo. Quería hacer algo y no podía. Yo no sabía qué hacer. Él hacía sonidos como que le satisfacía lo que estaba haciendo. Tuve erección y eyaculé y me sentí súper mal. Le dije: ‘Nelson, esto está mal’. Y él no me decía nada. Todo el tiempo tocándome”, manifestó el joven, quien explicó que miraba al hijo del acusado a ver si se despertaba, pero nada.
Relató que, de momento, escuchó que Rivera, la esposa del pastor, llegó a la casa y pensó “qué bueno” porque imaginó que entraría a dormir allí. Sin embargo, no fue así, siguió a otro de los cuartos. Fue entonces que Santiago Colón despertó a su hijo y le dijo que se fuera a dormir con su mamá, y así hizo, relató John Doe #3.
“Me dije: ‘Diantre, ahora me quedé solo aquí’. Me sentí peor, indefenso y me asusté más. Cuando se fue (el hijo) Nelson se quitó la ropa y me bajó los pantalones y comenzó a rozar su pene contra mi cuerpo”, agregó al detallar cómo el hombre lo agredió sexualmente.
“Sentí muchas emociones, mucho miedo, súper inseguro, me sentía pésimo. Nunca había sentido algo tan fuerte como sentí esa noche, y lo peor de todo es que no podía ir a donde alguien que me creyera, porque él era un pastor y ¿quién me iba a creer a mí?”, explicó John Doe #3, quien tras ser atacado precisó que se quedó en una esquina de la cama “llorando bajito”.
Explicó que al día siguiente, Santiago Colón lo llevó a su casa en Ponce y le dio $5, y “supuse que era por lavar la guagua o por lo que me hizo”. Sostuvo que caminó a su casa y se fue directo a su cuarto a llorar, sin decirle nada a su madre.
“Al otro día, mami me da el teléfono y me dice que es Nelson. Lo cogí y me encerré en el cuarto. Me pregunta que si quería volver a la casa. Le dije: ‘No me vuelvas a llamar. Nunca jamás. No quiero saber de ti’. Él dijo: ‘Está bien, está bien’ y le colgué”, expresó el joven.
Testificó también que volvió a ver al ahora acusado en julio, en un campamento de la iglesia, y Santiago Colón le dio $7 cuando iban de excursión a un parque, pero el joven los cogió y los echó al zafacón porque “no quería nada de él”.
Un año después, dijo que estaba en su hogar con sus padres, sus hermanas y su primo, John Doe #2, cuando una de sus hermanas relata que una amiga fue abusada sexualmente. Escucha a su primo decir “hay pastores que se esconden detrás de sus ministerios”, y pensó que su primo había pasado por lo mismo, y enseguida recordó que Santiago Colón le dijo que él había ido a su casa a lavar la guagua. Su madre escribe la inicial “N” y le pregunta si ése era el pastor al que se refería, y contestó que sí. Fue entonces que John Doe #3 se echó a llorar y le contó a su madre lo ocurrido.