Desgarrador testimonio del esposo de la fiscal asesinada
El abogado Fermín Arraiza le gritó a los acusados en sala.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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FAJARDO. El juicio contra dos jóvenes implicados en el asesinato de la fiscal Francelis Ortiz Pagán, se tornó intenso tras las desgarradoras declaraciones de su viudo Fermín Arraiza, quien en medio de la vorágine de emociones le gritó a los acusados en sala.
"Mírame que te voy a perseguir en esta vida o cualquier otra... mírame así mismo", expresó un airado Arraiza y con una mirada penetrante a los acusados Daniel Vázquez Cubilete y Rafael Aponte Peña, quienes en todo momento observaban con detenimiento el proceso que se lleva a cabo en el tribunal de Fajardo.
Las expresiones de Arraiza se suscitaron justo en el instante en que narraba el momento en que se enfrentó al cadáver de su esposa en el hospital regional de Carolina.
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Explicó que los médicos le acaban de informar sobre el fallecimiento de la fiscal. El hombre agregó que solicitó al personal médico un momento a solas con su amada esposa.
Al entrar vio el cuerpo sin vida sobre una camilla. Estaba cubierto con una sábana blanca, pero su rostro estaba al descubierto.
Explicó que al verla puso su mano sobre el pecho y comenzó a orar. "Le pedí perdón por no poderla salvar y le prometí que los iba a coger a todos (los asesinos). Le di un beso en la frente y otro en la boca", dijo el viudo entre sollozos.
Fue en ese instante que le lanzó el grito cargado de dolor a los acusados. Tras una pausa silente, abogados y fiscales se acercaron al estrado de la jueza Gema González, quien decretó un breve receso.
Par de minutos después se reanudaron los trabajos, no sin antes la jueza advertir que lo sucedido en sala no podía volver a ocurrir.
Previo al incidente, Arraiza ofreció desgarradores detalles de la noche que ocurrió el asesinato de Francelis.
Explicó que la fiscal ese día antes , el lunes 18 de enero, trabajó en la Sala de Investigaciones de San Juan. Que su jornada comenzó a las 4:00 p.m y que él se quedó en su casa en el barrio Guzmán de Río Grande, al cuidado de la hija de ambos, Camila, quien tiene 5 añitos.
Detalló que al anochecer bañó a la nena, le dio algo de comer y la acostó a dormir a eso de las 10:00pm. Él también se dispuso a descansar.
Pero entrada la medianoche el sonido de dos disparos lo levantó. Dijo que fue al cuarto de su niña, la observó bien y procedió a mirar por una ventana. Escuchó ladridos del perro de un vecino, pero no vio nada fuera de lo normal. Por eso de disipar dudas le envío dos mensajes de texto a su esposa. También la llamó. Pero ésta no respondió y él pensó que se había retrasado en el trabajo.
Se acostó nuevamente a dormir, pero varios minutos después escucha el sonido del abanico del auto mini Cooper de la fiscal.
Arraiza explicó que decidió bajar a la planta baja de su casa y se llevó su arma (de la que posee licencia). Al bajar, vio el auto de su esposa que había impactado su guagua.
Al asomarse ve a la fiscal malherida e inconsciente recostada hacia el área del pasajero. "Me la mataron", gritó quien por medidas de seguridad disparó hacia la verja de su casa "para limpiar el área y poder salir de allí "
Arraiza explicó que sacó el cuerpo de su esposa y lo colocó en la parte de atrás del mini Cooper. Luego despertó a la niña, la puso en la parte de al frente del carro no sin antes decirle "mamita, mamá está herida... no mires para atrás ". La pequeña Camila gritaba " mamá, mamá".
Eran poco más de las 12:30 de la madrugada cuando arrancó a toda prisa del lugar con la idea de llevar a Francelis a un hospital. Salió descalzo. Y por la prisa hasta el celular dejó en su casa.
Detalló que en el camino al mini Cooper se le explotaron dos gomas, por lo que le urgía buscar ayuda. Por eso se detuvo en un garaje de gasolina cercano a pedir auxilio a unos policías que había divisado.
Al llegar, les informó de inmediato a los uniformados (uno de ellos con arma blanca) que su esposa era fiscal y estaba herida. Les pidió también que se encargaran de su nena. Uno de los oficiales la cargó en sus brazos y se montó con ella en la parte del frente de la patrulla. Arraiza por su parte, se fue a los asientos traseros con Francelis.
Arraiza rememoró que la fiscal estaba bien ensangrentada en su ropa y cabeza. La recostó en su falda, y al notar que la temperatura de au piel se tornaba fresca, empezó a darle "respiración boca a boca para tratar de salvarla".
Con esa angustia llegaron al Hospital Regional e Carolina, donde Francelis fue llevada de inmediato a sala de operaciones. Unos 15 minutos después los médicos le informaban que la paciente había fallecido.
Por el asesinato están acusados Daniel Vázquez Cubilete y Rafael Aponte Peña, quienes, además, enfrentan cargos de violaciones a Ley de Armas y a la Ley Vehicular.
Según la investigación de las autoridades, el 19 de enero, los acusados y otros cómplices salieron a robar e interceptaron a Ortiz Pagán cuando se aproximaba a su residencia a bordo de un vehículo Mini Cooper.
Los acusados, de acuerdo con la Policía, formaron parte de un grupo delictivo dedicado al hurto de vehículo y esa noche salieron “a cazar” para tumbarse un carro. Eso hicieron en el barrio Guzmán en Río Grande cuando dispararon y asesinaron a la joven fiscal.
Durante el proceso judicial que culminó con las acusaciones, trascendió que Daniel “Pucho” Vázquez Cubilete, Abraham “Bebé” Rodríguez Cruz, Rafael Aponte Peña y Alexander Serrano Figueroa salieron de San Lorenzo a robar un carro para el líder de la ganga, apodado Pilín.
De Juncos llegaron a Canóvanas, planificaron el atraco y perpetraron el intento de carjacking que culminó en el crimen de Ortiz Pagán.
El 28 de enero pasado, cuando el secretario de Justicia, César Miranda, anunció el arresto de los primeros sospechosos en el crimen, se estableció que el móvil fue un carjacking. Eventualmente el licenciado Fermín Arraiza puso en duda esa argumentación al aseverar que el asesinato fue uno “de encargo”, vinculado a investigaciones de crimen organizado que tenía a su cargo. Recientemente el titular de la Policía, José Caldero, reafirmó que se hizo una investigación minuciosa del crimen y todo apunta a que ocurrió en medio de un carjacking.