En otro intento para restarle credibilidad a la agente investigadora Ormarie Roque Alicea, la defensa de la empleada doméstica Aida de los Santos Pineda siguió con su estrategia de formular preguntas para establecer que ella omitió varios ángulos durante la pesquisa que hizo del asesinato de Georgina Ortiz Ortiz.

 En la continuación del juicio este miércoles, que recesó en la noche hasta el viernes en la mañana, la defensa también resaltó la certeza aparente de la información que la mujer, de 58 años, ofreció a las autoridades cuando cooperó con la investigación del crimen ocurrido el 17 de agosto de 2010.

De los Santos Pineda es enjuiciada por la muerte de su antigua jefa Ortiz Ortiz, asesinato que cometió presuntamente en concierto y común acuerdo con otra persona quien no ha sido identificada.

Lucille Borges Capó es la abogada de la acusada y quien efectuó el contrainterrogatorio a Roque Alicea en la sala 1105 del Tribunal de San Juan.

La abogada trató de llevar a la testigo a establecer que desde la cocina del apartamento 5b en el condominio Laguna Terrace en el Condado, San Juan, se podía ver el pasillo que conduce a las habitaciones, como indicó la acusada a las autoridades de ley y orden.

En las dos versiones que de los Santos Pineda ofreció a Roque Alicea, relató que la tarde del 17 de agosto, Ortiz Ortiz abrió la puerta y que luego ella desde la cocina observó a un hombre caminar por el pasillo hacia la recamara de la mujer.

Usando varias fotografías que la abogada le mostró, Roque Alicea insistió en que desde la cocina se podía ver el umbral de la entrada al pasillo, pero no así el pasillo.

En el testimonio directo, la fiscal Elba Acevedo Pérez insistió en este punto para tratar de demostrar que las dos versiones que ofreció la acusada no se ajustaban a la realidad del lugar.

Borges Capó también preguntó sobre las dos fotografías del cuchillo negro que Roque Alicea mostró a de los Santos Pineda, quien confirmó que la presunta arma homicida pertenecía al juego de cuchillos de la familia.

Ortiz Ortiz, al momento de su muerte, estaba casada con el exjuez asociado del Tribunal Supremo, Carlos Irizarry Yunqué, quien no está en la lista de testigos en este juicio, pero fue quien encontró muerta a su esposa en el condominio.

Roque Alicea aceptó que en sus notas no mencionó la cantidad específica de fotos que le mostró a la acusada, ni su tamaño.

En torno a lo ocurrido la tarde del 17 de agosto, luego que un hombre supuestamente entró al apartamento de Ortiz Ortiz, la testigo declaró que de los Santos Pineda le contó que pensó que su jefa, quien tenía una toalla en el cuello y le bajaba un poco de sangre, había salido del apartamento cuando ese mismo hombre la agarró supuestamente por el cuello y se la llevó a la cocina.

 Roque Alicea declaró previamente que la acusada entendía que la situación se trataba de un "show" para que su jefa se quedara a solas con el hombre para hacer otras cosas.

La agente investigadora también indicó que debajo de las uñas de Ortiz Ortiz se encontró tejido de más de un hombre.

En el extenso contrainterrogatorio, que la jueza Eloína Torres Cancel, detuvo a las 7:12 p.m. y que continúa el viernes, la abogada también sembró dudas sobre el posible móvil del asesinato al preguntar por los supuestos amantes de la víctima y como no habían sido investigados, un alegado vídeo comprometedor y una supuesta amenaza de muerte en contra de Ortiz Ortiz.

La abogada también sembró dudas también sobre el manejo de la computadora del exjuez y la computadora de la víctima, que las autoridades la ocuparon en un taller de reparación y con el disco duro borrado.

Roque Alicea también respondió que en el teléfono móvil del exjuez no se encontraba el número de celular de la empleada doméstica, y leyó estados de un cuenta personal de la víctima con balances donde se consignaba un depósito de $5,000 y un cheque por esta cantidad al hijo de Ortiz Ortiz, quien reside en los Estados Unidos.

Esa cuenta, según los estados que leyó Roque Alicea, tuvo balances de $1,202 y $1,375 en las semanas y el mes previo a la muerte de la esposa del exjuez. Esta información, además, parece contradecir una declaración previa de la agente donde establecía que en esa cuenta había un balance de casi $60,000.

La fiscalía presentó el asunto del dinero para mostrar que la víctima no tenía necesidad de pedirle dinero prestado a de los Santos Pineda como ha indicado la propia acusada.

Roque Alicea, a preguntas de la abogada, confirmó que de los Santos Pienda declaró sobre los $5,000 que Ortiz Ortiz envió a su hijo y que él envió un reloj y una medalla a su madre a cambio del dinero, que su salario ascendía a $325 semanales, que su horario era de 7:30a.m. a 2:30p.m., y que el día en que murió su jefa llevó a caminar a la perra del exjuez. Toda esta información se corroboró y resultó cierta, destacó la abogada.

La testigo también reconoció que no existe documento que confirme que el exjuez padece de demencia senil como declaró su nieta en el juicio.

Roque Alicea explicó que el 17 de noviembre de 2010, día en que el exjuez ofreció su declaración jurada, él llegó acompañado de un abogado, pero que éste no lo acompañó durante el proceso de entrevista.

Borges Capó también hizo énfasis en las expresiones que hizo de los Santos Pineda sobre los problemas matrimoniales y las diferencias por dinero que existían entre la pareja, como parte de su estrategia para tratar de implicar Irizarry Yunqué en el crimen de su esposa.