Declaran club de tiro estaba cerrado día del supuesto carjacking de Casellas
Según la teoría de Fiscalía, el supuesto carjacking que sufrió Casellas Toro consistió de un montaje para reportar el robo del arma.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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El presidente del Club Metropolitano de Tiro de Toa Baja, Francisco González, declaró este jueves que el 17 de junio de 2012, día en que ocurrió temprano en la mañana el supuesto carjacking del que denunció ser víctima Pablo Casellas Toro, la instalación estaba cerrada por ser el domingo en que se celebraba la festividad del Día de los Padres.
En la continuación del juicio que se sigue contra el corredor de seguros en el Tribunal de Bayamón por el cargo de asesinato de su esposa Carmen Paredes Cintrón, además de los delitos de destrucción de evidencia, ofrecer una declaración falsa de un delito y violaciones a Ley de Armas, González explicó que el Club de Tiro del que Casellas era miembro en ese momento y próximo al cual ocurrió el supuesto carjacking, realizó una actividad relacionada al Día de los Padres, pero en una fecha anterior al feriado.
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El acusado no acudió a ese evento.
El testigo expresó también que para esa fecha el club, cuya dirección física según su página en facebook lo ubica en la carretera 165, Ramal 20, en Cataño; solo tenía instalaciones para practicar tiro con escopetas, pero aceptó que en el lugar se disparaba con armas cortas como pistolas, a pesar de que no estaba permitido su uso.
Los fiscales Sergio Rubio Paredes, Janet Parra Mercado y Phoebe Isales Forsythe postulan que el supuesto carjacking que sufrió Casellas Toro el Día de los Padres de 2012 era un montaje para reportar el robo de la pistola que, posteriormente, el acusado usó para matar a su esposa.
González detalló que en el campo de tiro, que consta de 28 cuerdas de terreno, se usaban las escopetas para disparar a los platillos que se lanzaban al aire.
"No se podían disparar rifles calibre 22, ni pistolas Five Seven", afirmó el testigo a preguntas de la fiscal Parra Mercado.
Justo estas dos tipos de armas son las que Casellas Toro reportó que le robaron durante el carjacking.
Ante un jurado compuesto por seis mujeres y seis hombres, González mencionó una ocasión anterior en que Casellas Toro trajo un arma que no se podía usar en la instalación.
"Se lo indiqué y él muy amablemente la guardó", respondió, en la sala 706, que preside el juez José Ramírez Lluch.
Pero en el contrainterrogatorio del licenciado Harry Padilla Martínez, quien comparte la defensa junto a los abogados Juan Ramón Acevedo Cruz, Francisco Rebollo Casalduc y Arturo Negrón García, reconoció que en el área de la tola del club se disparaban armas cortas antes de que hubiera las instalaciones para usar ese tipo de arma.
Recordó otro incidente en el que su hijo, de 15 años, y el acusado disparaban armas cortas en esa tola, que es un tablón para medir el alcance de los proyectiles.
"En ese momento lo regañé (a Casellas Toro) y le dije que guardara el arma", afirmó el testigo en una línea de preguntas de la defensa.
El presidente del club indicó que el local normalmente abría los días feriados y que no podía garantizar que el acusado hubiese recibido la comunicación alertando que ese Día de los Padres el lugar estaría cerrado. Indicó, además, que el acusado era "promedio" disparando escopetas.
Vecino escucha detonaciones
El tasador Robert McCloskey, vecino de Casellas Toro en la Urbanización Tierralta III, en Guaynabo, testificó que la mañana del sábado 14 de julio se cepillaba los dientes cuando a eso de las 9:00 a.m. a 9:05 a.m., escuchó dos detonaciones "bastante rápido".
Pensó que esos sonidos respondían a las herramientas que se usaban en las mejoras que hacían a la casa de un vecino.
Unos 20 minutos después escuchó otras detonaciones "bien fuertes".
Inicialmente pensó que se trataba de la construcción, pero ante un comentario de su esposa cerró las puertas de la casa.
Posteriormente salió y, a su regreso a la casa, se topó con la noticia de la muerte de Paredes Cintrón.
El licenciado Rebollo Casalduc inició el contrainterrogatorio indagando sobre diversos escalamientos ocurridos en el vecindario. Pero, los fiscales objetaron una pregunta sobre un escalamiento donde murió una familia.
Rebollo Casalduc también trató de impugnar la hora en que McCloskey escuchó las detonaciones.
Sobre este particular, McCloskey, un aficionado del deporte del tiro al blanco, señaló que no había recibido información adicional y que calculó la hora de las detonaciones a base de una llamada que recibió a su celular y cuya hora cotejó al día siguiente de la muerte de su vecina.
Testifica paramédico que atendió a Casellas Toro
Entretanto, otro de los testigo de este jueves, el paramédico Francisco Vázquez, quien atendió a Casellas Toro tras el supuesto carjacking ocurrido en algún momento antes de las 10:00 de la mañana del domingo 17 de junio de 2012, pareció entrar en contradicciones durante su testimonio.
A preguntas del fiscal Rubio Paredes, indicó que el acusado le contó que dos dominicanos trataron de asaltarlo, que le "entraron a tiros" y que para salvar su vida se tiró de la guagua que conducía.
Sin embargo, en el contrainterrogatorio de Padilla Martínez, Vázquez reconoció que en el informe de incidencias que realizó el día de los hechos, consignó que el acusado le contó que iba para el Club de Tiro cuando fue interceptado, recibiendo un disparo de un proyectil en el brazo derecho.
También señaló que ese día el acusado tenía una camiseta blanca, pero otros testigos han dicho que era negra.
El juicio continúa mañana, viernes.