Declara policía que ocupó armas en carro de acusado de matanza en Guaynabo
“El vehículo estaba en posesión del joven Christopher Sánchez Asencio”, declaró el policía.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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El agente Héctor M. Hernández Santos declaró hoy, jueves, que el 19 de noviembre de 2014 ocupó dos armas de fuego en el interior de una mochila que estaba en la parte trasera de un automóvil Lexus color negro modelo IS-250, del año 2008, que utilizaba Christopher Sánchez Asencio.
Hernández Santos, adscrito a la División de Homicidios del Cuerpo de Investigación Criminal (CIC) de Bayamón, dijo que carro estaba estacionado en la marquesina de la residencia alquilada donde vivía Sánchez Asencio, en la urbanización Versalles, en Bayamón.
El policía dijo que en el vehículo ocupó una pistola semiautomática Intratec, calibre .9 milímetros, cargada con 12 municiones; otra pistola calibre .45, con un cargador vacío; otro cargador, dos computadoras laptops y dos consolas de videojuegos.
“El vehículo estaba en posesión del joven Christopher Sánchez Asencio”, declaró el agente. Añadió, sin embargo, que el carro aparecía registrado a nombre de una persona en Juncos.
Explicó que confiscó las armas y el equipo electrónico mediante una orden de allanamiento que expidió el juez Juan A. Calero del Valle el mismo 19 de noviembre de 2014. Añadió que Alexandra Asencio Laffontaine, madre del acusado, le dio acceso a la marquesina, donde estaba el automóvil.
Las fiscales Janet Parra Mercado y María del Mar Ortiz Rivera sentaron a declarar a Hernández Santos en el cuarto día del juicio en su fondo contra Sánchez Asencio, uno de los dos acusados por los asesinatos de cuatro miembros de una familia en Guaynabo. Un jurado de nueve mujeres y tres hombres evalúa la prueba, en el Tribunal de Primera Instancia de Bayamón.
La jueza Vivian Durieux Rodríguez admitió como parte de la evidencia, las dos pistolas y los cargadores, así como varias fotografías de la residencia, del vehículo y del momento en que le muestran la orden de allanamiento del carro a Asencio Laffontaine.
El agente declaró que antes de inspeccionar el interior del carro, un perro de la Unidad Canina olfateó el vehículo por fuera. Dijo que en el área del piso del lado del conductor había dos consolas de Xbox, una laptop y que en el bolsillo de la puerta del chofer había un magacín sin municiones.
“En el lado pasajero no se encontró nada y en la parte de atrás de los asientos había un cajón de madera con tapa, con controles y cablería de tomacorriente, otra laptop y una mochila azul y negra. En el primer compartimiento había una pistola Kimber gris y negra calibre .45 con cachas en madera y un cargador. En el compartimiento grande dijo que había otra pistola grande, calibre .9 milímetros, Intratec, cargada con 12 municiones y otra en la recámara”, especificó Hernández Santos.
También manifestó que las armas fueron trasladadas primero al CIC, pero el 20 de noviembre, él las llevó al Instituto de Ciencias Forenses (ICF) para que le hicieran los análisis correspondientes.
El abogado de Sánchez Asencio, Orlando Cameron Gordon trató de impugnar el testimonio de Hernández Santos al plantear que el agente del CIC no tenía una orden de allanamiento de la casa donde vivía el acusado. Arguyó que la madre del acusado no consintió por escrito a que la Policía accediera a la marquesina de la residencia.
El letrado argumentó también que a las armas no se le hizo una prueba de huellas dactilares. “Esa prueba la solicitó el Ministerio Público y no se hizo. El agente declaró que no tiene los resultados, pero no se hizo”, sostuvo Cameron Gordon.
La fiscal Parra Mercada, sin embargo, dijo que no solicitaron pruebas de huellas dactilares, ni de ADN, porque “no son necesarias”. Añadió que esa es evidencia que se solicita para identificar “y aquí todo el mundo está identificado”.
Cameron Gordon argumentó también que en el registro de inventario “no pusieron las armas que alegadamente ocuparon”. Parra Mercado le ripostó que las armas incautadas “aparecen en lo más importante que es la orden de allanamiento, que es una orden judicial”.
A Sánchez Asencio se le imputa asesinar a Miguel Ortiz Díaz, de 66 años; a su esposa Carmita Uceda Ciriaco, de 45 años, y a la madre de ésta, Clementina Ciriaco López, de 73 años, en la residencia del militar retirado en la urbanización Parque de Los Frailes. Además, está acusado de secuestrar a los dos hijos adolescentes del matrimonio y de quitarle la vida al mayor, Michael Ortiz Uceda, de 15 años, en un paraje en el barrio Guaraguao. El otro adolescente fue lanzado por un puente y logró sobrevivir.
El acusado encara cuatro cargos de asesinato en primer grado, uno de tentativa de asesinato, robo, secuestro y varias infracciones a la Ley de Armas. Se le acusa de actuar en concierto y común acuerdo con José Bosch Mulero, quien enfrenta los mismos cargos, pero en un juicio separado que no ha comenzado.
El juicio contra Sánchez Asencio inició este lunes con el desfile de prueba y ayer, miércoles, se admitió en evidencia una confesión de Sánchez Asencio en la que dice que hacía cuatro meses que vivía alquilado en una residencia propiedad Ortiz Díaz en la urbanización Versalles y que le debía $1,300 de renta atrasada. Sostiene el acusado en la confesión que le había dado $300 y que un mes antes había tenido un altercado con el arrendatario.
El acusado, que tenía 29 años al momento de los hechos, había prestado primero otra versión de los hechos, en la que alegaba que había sido Bosch Mulero el autor de los asesinatos.
En su confesión a las autoridades, el acusado dijo que tenía dos años de universidad.
En un receso, Sánchez Asencio conversó un rato, desde el banquillo de los acusados y bajo la supervisión de una alguacil, con su mamá y con una hermana. Cuando concluyó el caso, la madre se despidió tirándole besos desde la puerta de la Sala 704 del Centro Judicial de Bayamón.
El juicio continuará el próximo lunes a las 9:00 de la mañana.
Respecto al segundo acusado en este caso, Luis Bosch Mulero, hay programada una vista el 6 de noviembre próximo cuando se continuará el proceso de selección del jurado.