David Bonilla Fernández tendrá que enfrentar juicio por el asesinato de Julio Ramos Oliver ocurrido en enero pasado en medio de un altercado durante las fiestas de la Calle San Sebastián en el Viejo San Juan.

Tras escuchar el testimonio de uno de los amigos que acompañaba a Ramos Oliver la madrugada del 20 de enero, la jueza Laura Lis López Roche, del Tribunal de San Juan, determinó causa para juicio contra Bonilla Fernández por dos violaciones a la Ley de Armas y un cargo de asesinato en primer grado.

La lectura de acusación contra Bonilla Fernández, quien está confinado, fue señalada para el 29 de abril próximo, y el inicio del juicio para el 23 de mayo.

Sin embargo, tanto el ministerio público, encabezado por el fiscal Mario Rivera Géigel, como el abogado de la defensa Irving Prado, dejaron la puerta abierta para un posible acuerdo en el caso.

"Estaría en posición si hay un diálogo. Se puede auscultar", dijo a su salida de la sala Prado, quien precisó que ha consultado esa posibilidad con Bonilla Fernández, pero no han llegado a definir ningún término de un potencial acuerdo.

La fiscalía presentó solo dos testigos en esta etapa del proceso, y este jueves correspondió el turno a uno de los amigos del asesinado, quien lo acompañaba cuando fue ultimado a balazos durante la pasada edición de las tradicionales fiestas.

El testigo, cuyo nombre este medio no revela por razones de seguridad, identificó a Bonilla Fernández como la persona que haló el gatillo y mató de tres disparos a Ramos Oliver, residente en Cataño, durante un altercado que se suscitó en medio de la multitud con un grupo de entre ocho a diez personas, luego de que le lanzaran un trago a la víctima mortal.

El declarante relató a preguntas del fiscal Rivera Géigel que, mientras el grupo de entre 22 y 25 personas con el que acudieron a las fiestas caminaba en fila india entre la muchedumbre en la calle cercana a la Plaza del Quinto Centenario, les lanzaron un trago que provenía de la dirección donde estaba el otro grupo.

Ramos Oliver caminó de inmediato hacia las cerca de diez personas, y les reclamó por el incidente, y fue entonces que se generó una acalorada discusión entre el hombre de 32 años y dos de los indivudos del otro grupo.

El testigo narró que en ese momento intentó calmar los ánimos y alejar a su amigo del área, pero no tuvo éxito.

"Estaban cara a cara y sale el blanquito y dijo 'estamos ready'", comentó al precisar que una de las personas que discutían con su amigo era de tez blanca y el otro era trigueño.

Afirmó que, tras esa expresión, tanto Ramos Oliver como él se sintieron amenazados, y entonces el catañes, al que apodaban "Macho", respondió de manera similar.

"Julio se volteó y dijo 'yo también estoy ready', y sacó una cuchillita", dijo el testigo, quien alegó que el arma blanca que mostró su acompañante se asemejaba por su tamaño a un "corta uñas".

El testigo señaló que fue en ese momento que el sujeto de piel trigueña dijo de manera también amenazante "saca la corta", y uno de los acompañantes que se encontraba rezagado detrás del dúo enfrascado en la discusión adelantó varios pasos y apuntó contra Ramos Oliver.

El testigo tomó a su amigo por los hombros para tratar de sacarlo de allí, pero el joven con el arma de fuego, a quien describió como un individuo blanco, de unos 25 años y con una camisa polo azul de cuello y franjas blancas, baleó en dos ocasiones a Ramos Oliver en la cabeza.

El declarante detalló con rigor la escena, y su relato provocó que algunos de los familiares del occiso sollozaran desde sus asientos en la segunda fila de la sala 606 del Tribunal de San Juan, e incluso que varios tuvieran que abandonar momentáneamente el lugar en medio de la vista.

"Solté a Julio. Sentí la quemazón de la pólvora y tenía sangre, y pensé que me habían dado", manifestó al indicar que entonces su amigo cayó al piso boca arriba, y una allegada se acercó a socorrerlo. El testigo resultó ileso, y a instancias de algunos amigos se marchó inmediatamente rumbo a su casa sin hablar con la Policía ante el temor de que su vida igualmente corriera peligro.

Durante el contrainterrogatorio, Prado enfatizó en que fue Ramos Oliver quien se acercó a reclamarles al grupo en el que presuntamente estaba Bonilla Fernández, y fue él quien sacó un arma primero. El abogado defensor puntualizó que la víctima nunca guardó el arma una vez la mostró.

"No la guardó si lo habían matado ya", contestó el declarante visiblemente incómodo con las preguntas del abogado.

Durante la mayor parte del contrainterrogatorio, el trato entre Prado y el testigo reflejó algo de tirantez y hostilidad al punto que en una de las preguntas, el amigo del occiso contestó alterado, y la jueza López Roche tuvo que advertirle que se exponía a ser hallado incurso en desacato y enviado a prisión.

Al inicio de su línea de preguntas, Prado dejó establecido que Ramos Oliver había ingerido bebidas alcohólicas, y preguntó al testigo si solía tornarse "belicoso" o "agresivo" cuando bebía, a lo que el declarante respondió que no.

Al concluir la vista, Prado rechazó que intentara mancillar la reputación del occiso.

"Se expuso cuál fue la conducta de él con un testigo que es su amigo y que estaba al lado de él. Mantuvo el cuchillo de frente siempre en esa posición hasta que cayó la persona con los tiros", manifestó el abogado.

Mientras, Sujeylee Ramos, hermana de Ramos Oliver, salió de la sala llorosa, pero confiada en que se hará justicia.

"No va a ser una estadística más", dijo la mujer.

Asimimso, explicó que a su hermano lo apodaban "Macho" desde la infancia, pues es el único varón en una familia de cinco hijos. Sin embargo, admitió haberse sorprendido cuando supo que su hermano portaba un arma blanca y la mostró esa noche.

"Es algo que no me hubiera esperado de él. Algo le tiene que haber dicho para que él llegara a ese punto", sostuvo.

El fiscal Rivera Géigel, acompañado por la fiscal Nadia Pineda, dijo que aún están en conversaciones con miembros del grupo que la noche de los hechos estaban con el acusado para que declaren en el juicio. Hasta el momento, ninguno ha querido dar su testimonio.

El fiscal precisó que actualmente cuentan con tres testigos presenciales y dos adicionales que no detalló, y resaltó que también hay imágenes tomadas en vídeo por las cámaras de seguridad la noche del incidente. La primera testigo de este caso desfiló la semana pasada, y también formaba parte del grupo que fue a las fiestas con Ramos Oliver.