Ponce. El juez Ángel Llavona Folguera del Centro Judicial de Ponce emitió un fallo de culpabilidad -en todos los cargos- contra Ana Inés Napoleoni Medina y Jeromy Pietri Napoleoni por el crimen del militar Jancarlo Rivera Lugo.

El joven de 23 años fue asesinado el 14 de noviembre de 2022, mientras transitaba por el sector Nueva Vida del barrio El Tuque de Ponce, cuando se disponía a comprar adornos de Navidad con su novia, Jineyshka Cruz Bonilla.

Según la prueba desfilada por el Ministerio Público, Napoleoni Medina, increpó a Rivera Lugo al alegar que guiaba en contra del tránsito, generando una discusión. Luego, su hijo Jeromy le disparó con un arma, provocándole la muerte.

Pietri Napoleoni y su madre, Ana Inés, enfrentaban cargos por asesinato en primer grado, tentativa de asesinato, robo agravado y violaciones a la Ley de Armas, por portar, apuntar y disparar armas automáticas. La progenitora, además, tenía una denuncia adicional por amenaza o intimidación. Ambos se exponen a sentencias de sobre 150 años de cárcel.

Antes de emitir su fallo, el juez se dirigió a la familia de la víctima para ofrecerles su más sentido pésame por la pérdida de Rivera Lugo quien era segundo teniente de la Reserva del Ejército de los Estados Unidos y el cual sería ascendido a teniente primero en diciembre de ese año.

Mientras que en sala se escuchaban gritos y llanto ante el desenlace del caso que generó la indignación de la ciudadanía por tratarse de un crimen “vicioso, abusivo y caprichoso”, según expuso la fiscal Annette Estévez Serrano en su informe final.

“Jancarlo y Jineyshka salieron ese día a comprar unos adornos de Navidad. Ellos son detenidos. Toda la cadena de eventos la provoca la señora Ana Napoleoni. Jancarlo estaba desarmado. Ciertamente fue un abuso”, resaltó.

“Jancarlo era un joven de 23 años, un joven lleno de vida, segundo teniente, buen hijo, buen ciudadano y respetuoso de la ley. Pudo haberse marchado de allí, pero era especial; llamó a las autoridades para hacer lo correcto, como le ensenaron sus padres y en la milicia. Por el control que una familia pretende tener en una comunidad, se perdió una vida productiva”, lamentó.

En sus expresiones a la prensa, Estévez Serrano destacó que, “yo estoy convencida que cumplimos nuestra labor, que probamos el caso, más allá de toda duda razonable y es el resultado por el que trabajamos, el que se merece la familia de Jancarlo y el que se merece Jancarlo”.

Por su parte, el padre de la víctima, Carlos Rivera Dávila, mostró una sonrisa de alivio al escuchar la determinación judicial, pues, era un paso necesario para lograr un proceso de sanación.

“Me siento feliz porque vamos ahora a buscar la paz y vamos a tener luto, por fin, un luto justo… a llorar, a seguir llorando, pero a recordar siempre lo que fue mi hijo”, confesó el hombre de 45 años quien sostenía en sus manos una foto de su retoño.

Rivera Dávila, expuso su agradecimiento “a la fiscal por el excelente trabajo que hizo, agradecido por los reporteros porque, sin ustedes, el pueblo no estaría pendiente, agradecido al juez y que esto le va a dar una enseñanza a muchos criminales que antes de cometer un vil asesinato, lo piensen”.

Exhortó además a que, “cambiemos a una sociedad en que tratemos de tener más empatía y sentido común a la hora de hacer maldad. Esperemos que se vayan limitando y seamos más los buenos y menos los criminales”.

“Si pudiera tener una línea directa (al cielo), le diría (a Jancarlo) que regresara a nuestras vidas. No le diría más nada porque él sabe lo orgulloso que estamos sus padres con él. No le diría algo nuevo que él no supiera, solo que regresara con nosotros y que nos devuelva la vida”, manifestó entre sollozos.

Mientras tanto, envió un mensaje a Jeromy Pietri y su madre Ana Inés: “Que busquen la paz, que busquen su norte. (Ellos) van a tener tiempo suficiente para reflexionar de lo que realmente ellos hicieron”.

De otra parte, el abogado de Jeromy, Carlos Torres Nolasco, admitió que “no estamos contentos con la determinación del tribunal”.

“(Nosotros) respetamos la determinación como respetamos todas las determinaciones en deferencia al tribunal. No empece a esto, pueden entenderme, acabamos de salir de un caso donde no fuimos victoriosos, creyendo en lo que estamos haciendo y creyendo que la justicia se hacía de otra manera”, reveló.

En compañía del licenciado Luis Quiñones González, quien representó la defensa de Ana Inés, Torres Nolasco dijo que “entendemos que la prueba que desfiló, por lo menos de mi parte, no tenía los elementos para que fuera un asesinato en primer grado”.

Sin embargo, no adelantó si apelarán el fallo.

“Es una determinación que hablaremos con nuestros representados. Obviamente, no es el momento, acaban de perder su libertad. No empece a eso, se dialogará y, probablemente sí”, concluyó.

La vista para lectura de sentencia quedó señalada para el miércoles, 6 de septiembre.

Complacido el secretario de Justicia

El secretario del Departamento de Justicia, Domingo Emanuelli Hernández, se expresó satisfecho de que haya prevalecido la justicia en el caso contra Ana Inés Napoleoni Medina y su hijo Jeromy Pietri Napoleoni.

“Nos complace que se haya hecho justicia en este caso que involucra a una madre y su hijo en delitos graves, cometidos con total frialdad y en plena época festiva de Navidad. La decisión del juez Ángel Llavona Folguera, tras evaluar la prueba presentada por la Fiscalía de Ponce, hará que ambos paguen con la cárcel por sus delitos. Eso es lo justo ante sus actuaciones en menosprecio al derecho a la vida y a las leyes”, declaró por escrito.

“Los hoy convictos se creían dueños de una calle vecinal y con el poder de escoger quién transitaba por la vía pública. Peor que eso, se creyeron que podían decidir sobre la vida de un ser humano por el mero hecho de utilizar una vía pública. Actuaron de forma desafiante y creyendo que podían burlar el sistema judicial y se equivocaron en todo”, agregó.

Emanuelli destacó la labor de los fiscales del distrito de Ponce, Anette Esteves Serrano y Marjorie Gierbolini Gierbolini, quienes durante dos meses presentaron evidencia robusta y sólida ante el Tribunal de Primera Instancia de Ponce. A lo largo del proceso se presentaron seis testigos y sobre 30 piezas de evidencia.