Culpable de corrupción.

El ex alcalde de Cataño, Wilson Soto, se libró ayer de lo peor: de una sentencia obligatoria de cárcel, sin probatoria, por el delito de soborno.

La jueza Vivian Durieux, del Tribunal de Bayamón, lo declaró culpable, pero de 10 delitos graves de influencia indebida y de violar uno de los artículos de la Ley de Ética Gubernamental.

Ambas modalidades incluyen probatoria, anticipó su abogado Harry Padilla.

Durieux optó por bajarle la clasificación a los nueve cargos de soborno, presumiblemente ante la falta de disponibilidad de uno de los testigos, el alegado coautor de los hechos, Juan Salgado, ex ayudante del Alcalde.

Sus declaraciones, fuera del tribunal a los empresarios de Orian Engineers, no fueron admitidas.

La jueza también consignó que el fiscal especial independiente, César López Cintrón, no logró probar más allá de duda razonable la comisión del soborno.

Sí se probó que Soto incurrió en influencia indebida, un delito que el Código Penal tipifica en su artículo 213 y que acarrea de uno a cinco años de prisión o de $501 a $10,000 de multa, o ambas penas, y que provee para una sentencia en probatoria.

Soto, afiliado al Partido Nuevo Progresista, resultó convicto además de violar el artículo 3.2 de la Ley de Ética Gubernamental por haber aceptado de regalo dos gallos de pelea por parte de uno de los directivos de Orian.

“El Ministerio Público no ha demostrado que existiera una conspiración entre Salgado y Soto”, dijo la jueza al acoger como suyo uno de los argumentos de la defensa.

Tras el dictamen, el ex alcalde se mostró satisfecho con el resultado del juicio y aseguró que tiene “la conciencia tranquila”; que no cometió las ilegalidades por las que será sentenciado el 29 de agosto.

“A nadie le gusta salir culpable en un proceso de nada. Aun así ustedes me pueden ver, me ven tranquilo porque Wilson Soto tiene su conciencia tranquila. No hice nada indebido”, dijo.

Soto parecía aliviado, sobre todo cuando su abogado le dijo a la prensa que, si lo hubiesen hallado culpable de soborno, ayer mismo se lo llevaban para la cárcel.

La expectativa de la probatoria es real, toda vez que Soto no tiene antecedentes penales y tampoco representa un peligro para la sociedad.

El juicio se efectuó por tribunal de derecho y su defensa se centró -con evidente éxito- en que los testimonios vertidos en contra del ex alcalde -por parte del director de obras públicas del Municipio, Rafael Vázquez, por el director de finanzas Luis Pagán, y por los ejecutivos de Orian y otros “no superaban la duda razonable”.

El ex mandatario de Cataño fue acusado de utilizar a Salgado como testaferro para que solicitara de Orian $200 mil, a cambio de un contrato para recoger los escombros dejados por el paso en 2004 de la tormenta Jeanne.

Los $128 mil que se entregaron - según López Cintrón- no fueron para ninguna campaña política, sino a los bolsillos de los imputados.

“Hoy se hace justicia a medias a nuestro honroso pueblo de Cataño”, reaccionó el alcalde José Rosario Meléndez, del Partido Popular Democrático.

Rosario Meléndez sentenció que se mostró la verdad “de las fechorías, actos ilegales y corruptos de un grupo de personas que llegaron a la alcaldía sólo con el propósito de lucrarse y de abusar del poder”.