Culpable un vecino de Vega Baja acusado por los federales por explotación infantil
Tras veredicto en su contra se enfrenta a la posibilidad de cadena perpetua.

PUBLICIDAD
Un jurado encontró culpable a Lionel Albino Galindo, de 52 años, quien enfrentaba seis cargos federales por explotación infantil, contra una menor de 13 años.
Los hechos que se le imputan a Albino Galindo, se remontan a los meses de febrero y marzo del año pasado cuando se alega que el hombre utilizó un celular, así como servicios de mensajería instantánea por Internet para persuadir, inducir, atraer y coaccionar a sabiendas a una menor de 13 años de edad, para participar en actividades sexuales, incluyendo la producción de pornografía infantil, según documentos judiciales.
En un comunicado de prensa, la Fiscalía Federal indicó que durante los cinco días que duró el juicio, se presentó prueba suficiente para demostrar que Albino Galindo transportó a sabiendas a la menor para que participara en actividades sexuales en varias ocasiones y produjo representaciones visuales de dicha conducta. El acusado también recibió pornografía infantil de la menor y le envió material obsceno.
Relacionadas
El jurado declaró culpable a Albino Galindo de un cargo de coacción y seducción de un menor, un cargo de transporte de un menor con intención de participar en una actividad sexual delictiva, un cargo de explotación sexual de menores, un cargo de recepción de pornografía infantil, un cargo de posesión de pornografía infantil y un cargo de transferencia de material obsceno a un menor.
Tras el veredicto en su contra, el ahora convicto se expone a una pena mínima obligatoria de prisión de 10 años a cadena perpetua; por explotación sexual de niños una pena mínima obligatoria de prisión de 15 a 30 años; por posesión de pornografía infantil y transferencia de material obsceno a un menor hasta 10 años de encarcelamiento; y por recepción de pornografía infantil se enfrenta a entre cinco y 20 años de prisión y un período de libertad supervisada de no menos de cinco años hasta cadena perpetua.
El FBI investigó el caso en colaboración con la Policía de Puerto Rico.