Cuarteles cerrados por doquier ante la ausencia de policías
El público estaba siendo referido a los cuarteles de las policías municipales para que tomaran sus querellas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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La ola de ausentismo en las fuerzas de la Policía como parte de una protesta por los recortes de pensiones se podía sentir hoy por doquier.
En un recorrido que hizo Primera Hora durante la tarde sabatina por seis cuarteles de cinco municipios apenas dos estaban dando algún tipo de servicio a la ciudadanía y de forma extremadamente limitada. El resto estaba cerrado al público.
En el cuartel de Puerto Nuevo, los portones de la verja exterior permanecían cerrados, dejando saber al público que allí no había nadie para atender. En el lugar solo había dos oficiales, en funciones de custodia del lugar.
Al público se le estaba dando indicaciones de acudir al cuartel de la Policía Municipal de San Juan de la cercanía.
En el cuartel de Guaynabo, varias patrullas reposaban en el estacionamiento y había un solo oficial, que de igual forma estaba allí custodiando, y refiriendo al público a la Policía Municipal de Guaynabo.
A manera de comparación, en un turno de un día promedio, hay en esa estación al menos una docena de personas laborando.
Cabe destacar que el oficial que estaba allí era uno de la última graduación, con apenas un par de semanas en funciones dentro de la Uniformada.
El panorama era similar en el cuartel de Juan Domingo, en la colindancia de Bayamón y Guaynabo. Allí estaba presente una oficial, que indicó que también había otros dos compañeros laborando en función de patrullaje.
La oficial, que no es de ese precinto y estaba allí “reforzando”, indicó que estaba atendiendo “algunos tipos de querellas”. Agregó que, al momento de conversar con Primera Hora, no había tenido que referir a ningún ciudadano a otro cuartel.
En el cuartel de Bayamón Norte, una valla limitaba el acceso al interior, donde había un solo agente “custodiando el cuartel”. El público que llegaba, lo estaban refiriendo a la Policía Municipal de Bayamón.
Y no todo el público se estaba tomando el referido al cuartel municipal de buena gana. Según relató, “ahorita pasó una señora para una querella y cuando la referí a los municipales empezó a hablar malo y a insultarme. Pues, son esas situaciones que pasan”.
El agente, también de la última graduación y con apenas semanas en la Policía, comentó que llevaba ya 13 horas corridas trabajando.
En el cuartel de Levittown, en Toa Baja, era el otro donde estaban atendiendo algunas querellas, pero de manera limitada. Allí había un oficial del precinto, y un “refuerzo” del Departamento de Seguridad Pública (un oficial del Negociado de Investigaciones Especiales).
El agente del precinto indicó que “atendemos lo que podemos, si es algo de querellas generales de retén. Pero si lleva algo de investigación la referimos a la Policía Municipal (de Toa Baja)”. Detalló que esa atención al público esa “afuera, y porque tengo al compañero (de refuerzo). Y si estuviera solo, lamentablemente, no podría atender ni eso. Es un servicio totalmente limitado”.
Por último, en el cuartel de de Cataño, se repetía la historia. Allí no había ningún oficial del precinto laborando. Solo estaban dos oficiales del Cuerpo de Investigaciones Criminales de Bayamón que habían sido enviados allí de refuerzo, y la fiel perra que se ha convertido en mascota de la estación.
En el precinto laboran unos 30 agentes, y al parecer solo un sargento había comparecido, y lo habían mandado a reforzar otro cuartel.
Al igual que en los otros cuarteles, no se estaba atendiendo al público. “Básicamente estamos custodiando el cuartel. Han llegado dos personas, y se les envía al cuartel municipal de Cataño”.
Los oficiales estaban allí desde la 5:00 de la mañana. Pasadas las 6:00 p.m., cuando se suponía que llegara algún relevo, no había aparecido nadie, y de no hacerlo tendrían que quedarse allí durante la noche también.
Entre esos oficiales que se presentaron “porque comoquiera a la ciudadanía hay de darle el servicio”, reinaba un claro malestar por la situación de las pensiones.
“Yo no quiero ni pensar en eso (la pensión). Pero para que tengas una idea, tengo una colega que se retiró después de muchos años de trabajo, como teniente, con unos $1,000 de pensión, y paga $800 de hipoteca. Eso no le da para nada”, comentó una de esas contadas personas que estaba trabajando en uno de los seis cuarteles, cuyo nombre Primera Hora no revelará, ante los temores de posibles represalias.
“Un compañero, sargento, sufrió un derrame trabajando, y ahora lo que tiene es una pensión miserable. Perdió la casa, todo. Es algo injusto, inhumano”, afirmó otro de los que se presentaron a laborar.
“Puedo decirle que vi a este compañero agente, con más de 20 años de servicio, que relató, casi llorando, que fue a verificar su pensión y cotizaron como $600 pesos. Eso no es fácil. Es algo bien injusto para alguien que se ha sacrificado haciendo este trabajo”, comentó otro.
“Es una situación bien triste, difícil. Pero alguien debe explicar esto. Aquí un oficial, con más de 25 años de trabajo, sale con un retiro calculado al 2013, a recibir $385 de pensión. Es el 28% del retiro tabulado a lo que ganaba en 2013. Hay un teniente coronel bien conocido, que era teniente para 2013, y va a cobrar 1,200 mensual de pensión. Esto es bien injusto, y los compañeros están bien molestos”.
De acuerdo con los agentes, la manifestación de protesta de este fin de semana sería apenas el principio de otras protestas en reclamo de un retiro digno. Anticiparon que vendrían otras más en los próximos meses si no se atiende de manera justa la situación de las pensiones.