Contrata nuevo abogado abuelo que embarazó dos veces a su nieta
La familia del acusado contrató al licenciado Javier Santiago Santos, quien forma parte del equipo de defensa del maestro de educación especial Christian Serrano Chang.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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Caguas - La familia de Manuel Natal Bracetti, convicto federal por someter a su nieta menor de edad a un patrón de abuso sexual, contrató nueva representación legal para el agricultor, de 65 años.
El dato trascendió la tarde del martes durante una vista ante el juez Ricardo Marrero Guerrero, del Tribunal de Caguas.
Al iniciar la vista, la fiscal Cándida Sellés Ríos y la licenciada Celimar Gracia Marín, de la Sociedad para la Asistencia Legal (SAL), solicitaron acercarse al estrado del juez para informarle la situación.
Poco después, Gracia Marín informó en corte abierta la razón que le impedía atender la vista de necesidad, que debía atenderse hoy para determinar si la menor declarará bajo el sistema de circuito cerrado en el juicio que se sigue contra su abuelo.
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De forma detallada, la abogada explicó que anoche se enteró que la esposa del convicto federal, Aida Luz Olique, y sus hijas, habían contratado al licenciado Javier Santiago Santos.
Señaló que el abogado, quien forma parte del equipo que defensa del maestro de educación especial Christian Serrano Chang, la había llamado para informarle de la contratación y para anticiparle que no podría estar presente hoy en sala porque tenía otro compromiso.
"Esa contratación destruye la presunción de indigencia", apuntó la abogada.
La SAL solo representa a personas indigentes.
"Aquí hay un problema de confianza de abogado y cliente", insistió.
También planteó que no entendía la resistencia del togado de relevarla del caso puesto que no existían un problema de términos ya que Natal Bracetti, quien embarazó a su nieta en dos ocasiones, cumple una sentencia a nivel federal de 24 años y cuatro meses de prisión.
Parado al lado de la abogada, el hombre prestó atención al proceso y en ocasiones murmuró palabras a la letrada.
La fiscal Sellés Ríos, por su parte, realizó un recuento procesal del caso, que contempló la posibilidad de un acuerdo.
Finalmente, el juez Marrero Guerrero citó jurisprudencia del Tribunal Supremo que establecía que los relevos de representación legal no debían tomarse con liviandad en procesos avanzados.
"Se dispone que no se debe aceptar la renuncia sin que se celebre una vista", afirmó el juez.
Así las cosas, Marrero Guerrero señaló una vista para el próximo jueves 12 de marzo. Ese día se atenderá la petición de revelo y la vista de necesidad.
Ese día también debe comparecer a la sala 302 el licenciado Santiago Santos.
En la esfera federal, Natal Bracetti alcanzó un acuerdo con el Ministerio Público y se declaró culpable ante el juez José A. Fusté por el cargo de transportar a su nieta, de entonces 14 años, del hogar de ésta en Cidra a su finca en San Lorenzo con la intención de cometer actos sexuales ilícitos y prostituirla al pagarle entre $20 y $80. Estos hechos ocurrieron entre junio y julio de 2010.
Ese acuerdo, que inicialmente rechazó, pero que finalmente aceptó, recomendaba que la sentencia impuesta fuera concurrente con la sentencia que se fuera a imponer a nivel estatal.
Sin embargo, un acuerdo para que el hombre se declarara culpable ante el juez Marrero Guerrero se desinfló luego de que el Ministerio Público retiró su oferta.
Los detalles de esa posible transacción no se divulgaron, pero en vistas anteriores la licenciada Gracia Marín indicó que el Departamento de Justicia inicialmente acordó que la sentencia sería la misma que se impuso a nivel federal, pero que luego aumentó el tiempo de cárcel.
En la esfera estatal, el convicto encara dos cargos de agresión sexual (uno por cada hijo), un cargo de actos lascivos y un cargo de maltrato de menores.
Según la investigación, el patrón de abuso sexual se extendió desde el 2009, cuando la menor tenía 12 años, hasta el 2011.
La pesquisa se dilató debido a que tomó más de un año la obtención y el análisis de las muestras de material genético para confirmar que el convicto era el padre biológico de los dos hijos de su nieta.