El análisis de la evidencia científica, testifical y circunstancial del asesinato de la maestra de segundo grado Ivette Vélez Flores, de 61 años, no ha concluido.

Hasta el momento se teoriza que la mujer fue asesinada como el resultado de un patrón de violencia de género por parte de su esposo, con quien mantenía una relación de unos 30 años en la que procrearon dos hijas. Esa es la información que ha surgido de sus familiares, amistades y compañeros de trabajo, quienes han expuesto públicamente esa posibilidad.

Vélez Flores fue asesinada el pasado 22 de febrero, en el kilómetro 15.7 de la carretera PR-183 del barrio Valenciano Abajo, en Juncos.

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El viudo de la víctima, Víctor Sánchez Hernández, de 64 años, fue detenido el día de los hechos tras presuntamente ofrecer versiones que los investigadores consideraron como contradictorias, pero quedó en libertad ya que transcurrido un término de 30 horas en una celda no se le había radicado acusación. El jubilado es representado por el licenciado Carlos Aponte Nieves.

El comisionado auxiliar de Investigaciones Criminales, teniente coronel Roberto Rivera Miranda, indicó que en esta etapa la fiscalía analiza los resultados de las pruebas realizadas por los investigadores del Instituto de Ciencias Forenses, pero les hace falta un solo informe para tener la totalidad de los documentos para que la fiscalía las evalúe la totalidad de la evidencia obtenida.

“Estamos trabajando con la fiscalía, con los informes del Instituto de Ciencias Forenses de las pruebas hechas. Solo falta un informe y entonces la fiscalía decidirá si con esa evidencia científica y circunstancial se van a radicar cargos”, comentó el funcionario.

Los investigadores estuvieron corroborando información contenida en testimonios y han ocupado imágenes de vídeos de seguridad cerca de la escena, como parte del proceso de recopilación de prueba.

En su informe de autopsia, Ciencias Forenses estableció que la mujer murió a causa de las heridas de bala recibidas y analizó los dos vehículos de motor del viudo de la víctima, ocupados durante un allanamiento en su residencia. Estos fueron descritos como una guagua Toyota Highlander y una Suzuki Vitara. La fallecida no manejaba y acostumbraba caminar al trabajo o aceptar transportación de conocidos para llegar al colegio privado en San Lorenzo, donde laboraba como maestra de segundo grado.

También concluyeron con los análisis de las muestras de ADN que le fueron tomadas a Sánchez Hernández, tras ser señalado como presunto sospechoso.

“Nuestras conclusiones sirven al propósito de la verdad, para vincular o desvincular personas de la comisión de un delito dentro de un contexto investigativo”, declaró por escrito la doctora María Conte Miller, directora ejecutiva de Ciencias Forenses el 28 de febrero cuando anunció que se concluyó con el análisis de la evidencia.

Según estadísticas diarias del Centro de Análisis de la Investigación Criminal y Esclarecimiento de Delitos (Caiced), en lo que va de año cuatro mujeres han sido asesinadas, víctimas de la violencia de género.