El cadáver en estado de descomposición hallado durante la tarde del 26 de julio, en el kilómetro 14.5 de la carretera PR-174 del barrio Sonadora, en Guaynabo, corresponde al de Osvaldo Yadriel Cortés Navarro de 17 años, quien era vecino de Caimito.

Todavía se desconoce la causa y manera de muerte. Cortés Navarro fue identificado ayer mediante placas dentales en el Instituto de Ciencias Forenses.

El menor, que fue vinculado por el Negociado de la Policía en una entrevista previa, con una pandilla sospechosa de cometer múltiples “carjackings”, estaba desaparecido desde el 17 de julio, el mismo día en el que fueron ejecutados a balazos otros dos adolescentes.

Según informes policíacos, la noche de su desaparición otros dos jovencitos residentes en la comunidad Caimito en Río Piedras, que también eran investigados como presuntos integrantes del mismo grupo, fueron asesinados en escenas por separado, en los barrios Sumidero y Jagüeyes, en Aguas Buenas.

Los occisos fueron identificados como Christopher Serrano García de 16 años y Ángel Yonuel Serrano Villegas de 17 años. En la última escena se ocupó un automóvil marca Toyota Yaris que había sido reportado hurtado mediante “carjacking” en San Lorenzo.

Menos de una hora antes, frente a una iglesia ubicada en el barrio Beatriz, en Caguas, cuatro jóvenes interceptaron a una mujer que se encontraba en un vehículo marca Kia Forte, color negro y del 2015, con su hijo de dos años. La conductora les suplicó para que le dejaran bajar al menor del carro, lo cual hicieron.

Todavía falta uno de los jóvenes por localizar.

El agente Roberto Marrero, adscrito a la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Criminales de Bayamón, y la fiscal Ailene González, tiene a cargo la pesquisa.