Concurrido velatorio de policías asesinados en Ponce
Agentes de distintas áreas, así como funcuonarios de gobierno, realizaron una guardia de honor.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
PUBLICIDAD
Ponce- Familiares, amigos y colegas de los tres policías asesinados el lunes en la Comandancia de este municipio exaltaron las cualidades de responsabilidad, lealtad y entrega que demostraron siempre en su trabajo, y la calidad humana que los definía en su vida privada, durante el velatorio público conjunto llevado a cabo hoy, jueves, en el Complejo Ferial Juan H. Cintrón.
“Amaba su trabajo, amaba ser policía”, dijo Caridad Hernández sobre su hermana Rosario Hernández de Hoyos, durante la ceremonia que antecedió el ascenso póstumo de los policías.
La agente Hernández de Hoyos, el comandante Frank Román Rodríguez y la teniente Luz M. Soto Segarra son las víctimas fatales de este suceso que desconcertó al cuerpo policiaco, a las autoridades gubernamentales y al país, entre otras cosas, porque el presunto victimario también es un agente de la comandancia ponceña.
Por parte de la familia de la teniente Soto, se dirigió a los presentes uno de sus dos hijos varones, el doctor Genovés Rosario Soto.
“Siempre nos inculcó los mejores valores que pudo. Ella amaba ser policía”, afirmó Rosario Soto.
Asimismo, el teniente Javier Requena, esposo de Soto y quien también trabaja en la Comandancia de Ponce, desahogó su dolor por la tragedia. Este policía presuntamente enfrentó y le disparó al alegado victimario, el agente Guarionex Candelario Rivera, luego de que Román Rodríguez, Soto Segarra y Hernández de Hoyos fueran atacados y se investiga en qué circunstancias se dio el uso de la fuerza.
“Era amante esposa, dedicada a su familia, a su trabajo. No tenía un no para nadie. Ayudaba a todos a pesar de que esa persona que fuera a buscar ayuda la hubiese tratado mal. No guardaba rencor”, verbalizó Requena.
Luego, el teniente, lloroso, compartió su frustración.
“Mi amor, siento que te fallé, que no pude salvarte a ti ni a los compañeros. Y eso me está dando duro. Y sé que tengo que bregar con eso, mi amor. Esto no me deja dormir, pero sé que tú me va a ayudar”, expresó emocionado, mientras recibía el apoyo del comandante de área de Ponce, coronel Héctor Agosto Rodríguez.
Por otra parte, el portavoz de la familia del comandante Román Rodríguez, Nelson Román Ortiz, pidió el agradecimiento al trabajo realizado por los tres policías caídos y a los presentes les dio las “gracias por darnos este valor y esa fuerza en esta despedida de año”.
Justicia rápida
En el velatorio estuvieron presentes el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla; el secretario de Justicia, César Miranda; el presidente del Senado, Eduardo Bhatia; el superintendente interino de la Policía, Juan B. Rodríguez Dávila; y el jefe de los fiscales, José Capó.
“Hay que hacerles justicia y hay que hacerles justicia pronto. A eso nos comprometemos”, aseveró César Miranda.
El gobernador García Padilla reiteró ese compromiso.
“De hacerles justicia nos vamos a encargar y será justicia pronta y efectiva”, señaló el mandatario, lo que generó un sonoro aplauso.
Durante el velatorio, llevado a cabo en la Sala Señorial C del llamado centro de convenciones de Ponce, el comandante Román Rodríguez, de 49 años, fue ascendido a teniente coronel; la teniente Soto Segarra, de 49 años, fue promovida a capitana; y la agente Hernández de Hoyos, de 42 años, recibió el rango de sargento.
Concurrido velatorio
De 10:00 a.m. a 3:00 p.m., cientos de policías estatales de todas las divisiones llegaron a presentar sus condolencias y despedirse de sus compañeros, luego de que recibieran un pase especial para asistir al velatorio.
El ambiente estaba cargado de tristeza y eran frecuentes las demostraciones de afecto, con prolongados abrazos y palabras al oído entre unos y otros.
Los féretros estuvieron cerrados y cubiertos por las banderas de Puerto Rico y Estados Unidos, y fueron acompañados de una foto grande de cada policía fallecido. En el suelo se colocaron arreglos florales, así como fotografías de las víctimas en distintas actividades cotidianas junto a familiares.
Una guardia permanente compuesta por agentes de distintas áreas, que se renovaba cada cierto tiempo, custodió los ataúdes.
Otros asistentes fueron el exjuez presidente del Tribunal Supremo de Puerto Rico, Federico Hernández Denton; el jefe del Negociado Federal de Investigaciones (FBI), Carlos Cases; el jefe del Cuerpo de Bomberos, Ángel Crespo; y el fiscal de distrito de Ponce, Richard Rosado.
También acudieron los alcaldes de Ponce, María Meléndez Altieri; de Yauco, Abel Nazario; de Sabana Grande, Miguel Ortiz; y de Peñuelas, Walter Torres Maldonado.
Según la Policía, el agente Guarionex Candelario Rivera, adscrito al Centro de Mando de la comandancia de Ponce, se presentó al edificio el lunes por la mañana para reunirse con el coronel Agosto Rodríguez, quien se reincorporaba ese día luego de tomar vacaciones y refirió el asunto a la teniente Soto.
Una vez en la oficina de la teniente, que fungía como administradora de la comandancia, Candelario Rivera supuestamente la tomó de rehén. Mientras se hacían gestiones para atender la situación, se escucharon los disparos.
La Policía afirma que Candelario Rivera, de 50 años, disparó contra Soto, Román y Hernández, aunque no está claro en qué momento estos últimos llegaron a la oficina de la teniente. Todos murieron en la escena.
Candelario Rivera se encuentra recluido en condición estable en el Centro Médico de Río Piedras, bajo custodia policial.