Con un emotivo abrazo entre dos madres sumergidas en dolor, una por la pérdida de un hijo y la otra por la posibilidad de que su hija tenga que enfrentar una condena de prisión, se selló esta tarde en el tribunal de San Juan la vista preliminar en la que la jueza Alexandra Rivera Sáez encontró causa en los tres cargos graves que pesaban contra Mayra Nevárez Torres por el accidente fatal que se le imputa haber provocado en la madrugada del 21 de noviembre pasado, mientras manejaba en estado de embriaguez y en contra del tránsito por el puente Teodoro Moscoso.

Uno de los cargos graves es por homicidio negligente, por haber provocado la muerte de Justin Santos Delanda, hermano del artista Arcángel. Otro cargo grave es por conducir en estado de embriaguez y causar graves daños corporales a Keven Monserrate Gandía, un joven de 32 años que viajaba en el vehículo Can-Am con Santos Delanda, y que esta tarde prestó un dramático testimonio en el que relató la larga lista de heridas, lesiones y operaciones, tratamientos y terapias subsecuentes que ha enfrentado desde esa madrugada. Un tercer cargo grave es por conducir de manera negligente y temeraria y causar daños.

La imputada enfrenta además otros tres cargos menos graves por los accidentes causados y por manejar en estado de embriaguez. El juicio por los seis cargos está pautado para comenzar el próximo 4 de abril.

Luego de conocerse la decisión de la jueza, fuera de sala se produjeron momentos muy dramáticos con las familias de ambas partes lidiando con sus respectivas emociones. Sin embargo, por un instante, la mamá de Santos Delanda abrazó a la mamá de Nevárez Torres en medio del largo pasillo que separa las salas del tribunal en una conmovedora muestra de que, incluso en situaciones tan difíciles, hay espacio para muestras de solidaridad entre familias enfrentadas en la corte.

La madre de Justin Santos (azul), hermano de Arcangel, a su salida de la vista preliminar en la que se encontró causa para juicio contra Mayra Nevarez.
La madre de Justin Santos (azul), hermano de Arcangel, a su salida de la vista preliminar en la que se encontró causa para juicio contra Mayra Nevarez. (Osman Pérez Méndez)

“Es que yo soy madre y me visualicé, yo podía también estar sentada en ese banco y sé el dolor que ella está pasando. Son dos procesos diferentes, ellos tienen el de ellos, nosotros tenemos el de nosotros. Pero ambas somos madres y yo quise darle un abrazo”, afirmó doña Carmen Santos. “Le dije que Justin me pidió que la abrazara. Eso tiene que ser algo celestial. Algo así tiene que llegar de muy alto, para que estas cosas pasen en un momento como este”.

En sus breves declaraciones a los medios, a pesar del dolor que atraviesa, sostuvo que “creo en el proceso” judicial, y envió un mensaje al público en general en el que dejó saber que “estoy agradecida por el apoyo que he tenido del pueblo de Puerto Rico, de ustedes (los medios) que han estado pendientes todo el tiempo de cómo se va llevando a cabo este proceso”.

“Y aunque extraño mucho a Justin, voy a estar bien”, agregó, sin poder evitar que se le quebrara la voz.

Doña Carmen afirmó que ese abrazo que se dio, es algo que “lleva tiempo en mi corazón. Porque vuelvo y te digo, yo soy madre, y yo puedo sentir lo que siente una madre en diferentes procesos. Yo estoy en el mío, ella está en el de ella. Pero ninguna madre tampoco quisiera estar en el banco donde está sentada ella y todas estamos expuestas a eso, porque nuestros hijos están en la calle. Muchos pueden consumir bebidas alcohólicas, otro tipo de drogas, y podemos vernos en ese banco. Y yo quise decirle que yo estoy tranquila, que no tengo nada, que nada de esto está en las manos mías, está en el proceso legal”.

Poco antes de que se dieran esos sucesos había declarado Monserrate Gandía, quien narró lo ocurrido esa fatídica noche y el calvario que ha pasado para recuperase de las heridas que sufrió.

A preguntas del fiscal Emanuel Santiago narró que se había encontrado con Santos Delanda y otras personas y estaban celebrando. Mencionó que andaban en dos vehículos Can-Am y varias motoras. En algún momento, subieron al puente Teodoro Moscoso.

“Íbamos a velocidad moderada, unas 40 millas, ni muy lento, ni muy rápido. El otro Can-Am iba al lado”, relató. “En el puente estaba saludando al Can-Am de al lado, que estaba grabando. Entonces, sentí una luz bien fuerte. Me hizo mirar hacia adelante. Y veo un carro de frente, con las luces que me están enfocando, y entonces ya no recuerdo más. Estaba ahí de frente el otro vehículo, en contra, y ahí se me apagó todo”.

“Lo próximo que recuerdo es que estaba en el hospital y me estaban cosiendo las heridas, detrás de la oreja izquierda que estaba desprendida y por aquí en la cabeza (el lado izquierdo)”, relató.

Agregó que tenía también muchas otras heridas, incluyendo “una laceración profunda en la pierna derecha, algo desastroso que lo estaban cosiendo”; fracturas en tres costillas del lado izquierdo que le perforaron el pulmón izquierdo y requirió le colocaran un tubo de drenaje; el fémur izquierdo roto que requirió la colocación de una varilla de 12 milímetros; laceraciones en un glúteo, en la cadera, quemaduras por fricción con el pavimento.

Además, sufrió varias complicaciones posteriores, como seromas e infecciones, que exigieron cirugía y la colocación de otros tubos de drenaje y tratamientos que todavía continúan.

Dijo que pasó 17 días en el hospital, tres cirugías, tres transfusiones de sangre, tuvo que usar máscara de oxígeno por días para ayudarle a respirar, tuvo que recibir antibióticos para combatir infecciones y morfina para el dolor.

“Estaba adolorido, casi no podía moverme. Era horrible, complicación tras complicación”, describió.

Una vez fuera del hospital tuvo que dejar su casa en un segundo piso e irse a casa de su mamá para que le ayudara con los cuidados que necesitaba. Además, ha tenido que recibir terapias para poder volver a caminar. Comentó que “he tomado 10 terapias físicas, no sé cuántas me faltan”.

“Aún sigo con dolor, pero estoy mucho mejor, gracias a Dios”.

En cuanto a las secuelas sicológicas, aseguró que “no ha sido fácil, mano. Perder a un ser querido me ha chocado demasiado”.

La defensa declinó hacer preguntas a Monserrate Gandía.

Más temprano en el día, declaró el paramédico José Pérez Castro, quien acudió a la escena del accidente. A preguntas del fiscal Emanuel Santiago, comentó que acudió a la escena junto con su compañero Pedro Roque tras ser alertados del accidente en el puente Teodoro Moscoso.

Relató que al llegar al lugar vio “un vehículo todoterreno volcado, una Hyundai Tucson con la parte delantera elevada en la isleta, y otros dos vehículos involucrados en el accidente, un camión blanco y una Jeep color gris”.

Agregó que un compañero paramédico de otra ambulancia ya trabajaba con un primer paciente, y Roque y él fueron a atender a la persona que estaba en la Tucson, que según narró, tenía las puertas y ventanas cerradas, un fuerte golpe en la parte delantera y estaba levantada en la isleta que divide los carriles.

Señaló a Nevárez Torres como la persona a la que atendieron. Dijo que se bajó del asiento de la Tucson del lado del conductor, y que no había nadie más en el vehículo.