“Él no tiene la  culpa de que su papá sea juez”.

 Pablo Casellas Toro, convicto por el asesinato de su esposa Carmen Paredes, será sometido a  un proceso de confrontación   por  partes de los líderes de la Asociación de Confinados Ñeta  para determinar si lo aceptan bajo su manto protector, lo que le garantizaría su seguridad e integridad física.

De acuerdo a un líder de los Ñetas, una de las organizaciones de presos más antiguas y poderosas que rigen en las instituciones del sistema carcelario,  la seguridad  de Casellas   no está amenazada por el hecho de ser hijo de un juez federal.

Lo que  garantiza su seguridad, dijo,  es  si  puede convivir bajo sus  normas y cumplir con los 26 mandamientos que rigen  la asociación.

El líder Ñeta, cuyo nombre no es revelado por razones de confidencialidad,  dijo durante una  entrevista telefónica con Primera Hora desde la institución penal 1072 de Bayamón  que el hecho de que  Casellas sea un hijo de un juez no significa  que no pueda vivir bajo las normas de su organización, por lo que lo  importante va a ser “si pasa las pruebas de fiscalización a que será sometido antes de decidir si lo aceptan o lo rechazan”. 

Si lo aceptan en la organización, le darían  la bandera blanca de los Ñetas. De lo contrario, tendría que estar bajo la protección de las otras tres organizaciones de reos que operan en las  cárceles del País.

El líder Ñeta, quien ya ha cumplido  30 años de una larga condena, recalcó que  ellos no toman en cuenta que sea hijo de un juez o de  policía, si es un  blanquito, rico o pobre, sino que se ajuste a sus normas. 

“Ahora mismo, en lo que a mí respecta como líder, él puede vivir con las normas de las Asociación. El hecho de que sea hijo de un juez no significa que no pueda vivir con nosotros bajo nuestra filosofía. Tenemos unas normas y él tiene  que pasar por un proceso de fiscalización. En ese proceso se determina si  puede convivir o no a base de las respuestas  que dé, a  las preguntas que se le van a hacer ahí”, apuntó.

“Me refiero a nuestros principios, nuestros ideales  y las normas de nosotros, que se respeten”, agregó.

¿Cómo es ese proceso?

Se sienta en un cubo, un balde. Puede ser en el suelo y se le hace una rueda de las personas que lo van a fiscalizar.

 Pero, ¿se les golpea?

No es cierto lo que dicen, que ahí se le golpea a la gente. Ahí en ese medio están los líderes que le hacen la confrontación y se determina si puede convivir bajo las normas de la asociación o se tiene que ir a otro grupo.

¿Qué preguntas le hacen?

Se le va a confrontar con si  tuvo violencia doméstica, o  un patrón de abuso con su papá, su mamá.

Es convicto por  asesinar a su esposa...

Ese es el hecho, aparentemente. Hay que ver si era un patrón y la golpeaba, porque no puede convivir.  No se acepta el abuso bajo ningún concepto. El punto de la muerte de la esposa, ya la justicia hizo su investigación. A nosotros nos interesa que nos cuente, que nos diga la verdad. Que nos diga  el motivo de por qué la mató. A lo mejor no se lo dijo a la justicia, pero a nosotros nos lo dice.

¿Cuáles son las normas?

Eso lo determina el comité, si le quieren dar la bandera blanca de Ñeta. Si no, se tiene que ir  para  otro lado. Él tiene que pasar un proceso igual que cada uno de nosotros.

 Pero, ¿no le pegan?

Si se pone malcria’o o guapo, claro. Pero, no, no.

 Al preguntársele  sobre posibles agresiones sexuales en  prisión,  el líder Ñeta contestó: “La Asociación, nosotros, no permitimos eso.  Esa es   una de las cosas  contra las que  luchamos:  el abuso de los presos con los débiles”.

“Si cae en la Asociación, está bendecido, porque aquí nosotros tenemos 26 normas, que son como los 10 mandamientos sagrados”, insistió.

Odio al chota

 El líder Ñeta describió el mundo en el que ahora le tocará vivir a Casellas por el resto de su vida como una subcultura donde imperan los más fuertes.

“Ahora impera y domina el respeto a la Asociación, a unas normas. Las normas son las que imperan. El que se ajuste a esas normas sobrevive. El que no, tiene problemas”, recalcó.

¿Los obligan a hacer cosas?

Todos tenemos libre albedrío. Si se determina una cosa, el grupo tendría la última palabra... no pueden vivir bajo el manto  de la Asociación  los chotas, los sátiros y los maltratantes.

¿Cuál será  la rutina?

Una rutina institucional, en máxima seguridad, donde le corresponde. Ver televisión, si tiene una en su celda,  y a esperar que los días, los meses y los años le pasen por encima.