Luis Manuel Báez abandonó su trabajo como cartero por temor a su seguridad tras presenciar una discusión que culminó con el asesinato del militar Jancarlo Rivera Lugo el 14 de noviembre de 2022 en el sector Nueva Vida del barrio El Tuque en Ponce.

Ese día, el hombre recorría la ruta 45 en el vehículo oficial del Servicio Postal de los Estados Unidos y se detuvo en la calle 8A para entregar correspondencia en una de las residencias, cuando escuchó a una mujer que gritó: “Vas en contra del tránsito”.

Así lo declaró Báez, quien representa el tercer testigo del Ministerio Público en la continuación del juicio contra Ana Inés Napoleoni Medina y Jeromy Pietri Napoleoni, acusados por el crimen del joven de 23 años.

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Durante el proceso judicial, celebrado este miércoles en la sala 502 del Tribunal de Ponce ante el juez Ángel Llavona Folguera, el exfuncionario señaló: “Venía bajando un vehículo Yaris; escucho que Ana le dice que va contra el tránsito. Yo estaba como a 10 o 15 pies del vehículo”.

“(Ana) le manifestó eso al muchacho que manejaba el Yaris. El muchacho para y le dice que no hay ningún rotulo que diga eso. Ana le dice: ‘Me estás grabando’ y luego agredió al muchacho que está en el vehículo”, expuso a preguntas de la fiscal Annette Estévez Serrano.

De hecho, Báez identificó a Napoleoni Medina como la persona que inquirió a Jancarlo por supuestamente manejar “en contra del tránsito”. Napoleoni Medina estaba en sala ataviada con el uniforme de la institución penal donde permanece sumariada.

Ana Inés Napoleoni Medina y su hijo Jeromy Pietri Napoleoni.
Ana Inés Napoleoni Medina y su hijo Jeromy Pietri Napoleoni. (Suministrada)

Destacó que su conocimiento sobre la fémina es porque había entregado paquetes en varias ocasiones en su residencia.

“Ahí, yo cierro la puerta del vehículo (del Servicio Postal) y veo que le echaron ‘pepper spray’ a Ana; el muchacho. Ana dijo que le echaron ‘pepper’ y yo procedo a seguir mi ruta. Estaba entregando en la D-101 y escucho una detonación”, relató.

En su testimonio, el excartero contó que “salí hacia la calle y miré, vi un muchacho en el suelo, una muchacha al lado y otro muchacho con un rifle. Venia subiendo una pickup”.

Sin embargo, cuando la fiscal le preguntó si podía identificar a la persona que vio con el rifle en sus manos, el testigo respondió que “no”.

“No puedo identificar a la persona con el arma. Era un rifle con culata color marrón”, manifestó al señalar que su conocimiento sobre el arma lo obtuvo de su experiencia como militar.

“(En el área de la detonación) vi a tres personas, el muchacho del Yaris, una muchacha gordita y la persona con el rifle”, insistió al mencionar que no pudo ver a Napoleoni Medina en ese instante.

Así las cosas, el cartero terminó su ruta, aunque admitió que dejó parte de la correspondencia sin entregar pues, “me monté en el vehículo y salí del lugar. Paré. Estaba nervioso, asustado”.

“Cuando estaba terminando la ruta en (sector) Las Batatas en El Tuque, voy saliendo y veo una guagua que me hace señas de que pare. Creía que era para darme un paquete o algo”, declaró mientras la defensa intentaba detener sus expresiones al insistir que “no puede declarar sobre una persona que no está en sala para corroborar su versión”.

No obstante, dijo que “le di mi número de teléfono porque temía por mi seguridad. No conocía a esa persona”.

De otra parte, resaltó que al otro día del asesinato de Jancarlo, recibió una llamada telefónica. Era la voz de una mujer.

Aunque la defensa volvió a objetar las interioridades de esa conversación, el testigo sostuvo que, “estaba nervioso. No me sentía bien (después de esa llamada)”.

Durante su declaración sobre los hechos, Báez confesó que abandonó su trabajo en el Servicio Postal luego de 10 años de servicio. “Abandoné el trabajo porque no me siento seguro”.

De otra parte, expuso que para el 9 de enero de 2023, “llegó a mi casa una persona que se identificó como abogado, le pregunté cómo consiguió mi dirección. Era blanco, calvito y de estatura baja”.

Para el 11 de enero, Báez prestó una declaración jurada, según se expuso en el juicio.

En el contrainterrogatorio, el abogado de Ana Inés, Luis Quiñones González, destacó que el conocimiento del testigo sobre los hechos fue adquirido en las redes sociales.

Además, que su ubicación cuando ocurrió la supuesta agresión hacia el interior del vehículo de la víctima, “no era suficientemente clara para ver los detalles”.

En un turno posterior, la fiscal argumentó al testigo: “Usted declaró que supo el nombre de Ana en las redes. A preguntas de esa fiscal, usted declaró que anteriormente había entregado paquetes a la mujer en más de tres ocasiones. La conocía de vista, lo que vio en las redes fue el nombre”.

A eso, Báez admitió que lo testificado al tribunal “fue porque lo vi”.

El juicio contra Ana Inés y su hijo Jeromy, continuará esta tarde a las 2:00 p.m. con el testimonio del agente investigador.