Un esfuerzo en conjunto entre la Administración federal Antidrogas (DEA) y la agencia que encabeza la lucha contra el narcotráfico en la República Dominicana ha reducido los envíos de cocaína desde el país vecino, aunque una nueva amenaza se asoma debido a carteles colombianos que intentan ocupar un papel más activo en las operaciones de contrabando en el Caribe.

El presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), el mayor general Rolando Rosado Mateo, indicó durante una entrevista exclusiva con Primera Hora que la caída del imperio del hampón José David Figueroa Agosto, mejor conocido como “Junior Cápsula”, representó un logro significativo en la lucha contra el narcotráfico en su país, pero el funcionario subrayó que los carteles colombianos han ampliado su radio de acción en Quisqueya al enviar nacionales de su país que intentan coordinar los envíos de cargamentos. No obstante, el militar indicó que el cambio en el modus operandi de los carteles coincide con una nueva ofensiva del gobierno dominicano, que se enfoca en el desmantelamiento de las organizaciones criminales.

“A medida que hemos podido controlar la lluvia de cocaína que lanzaban los narcotraficantes de origen colombiano, hemos podido disminuir la cantidad de droga que llega a Puerto Rico, Miami y Europa”, indicó el alto oficial, aunque subrayó sobre nuevos elementos que intentan controlar las operaciones de contrabando a raíz del arresto de ciudadanos de su país.

“Los carteles colombianos están enviando desde su territorio elementos para realizar operaciones en la República Dominicana”, confirmó el oficial.

La coordinación entre las agencias de ley y orden de los gobiernos dominicano y estadounidense jugó un papel importante en el arresto de la banda de Figueroa Agosto, tanto en Puerto Rico como en la República Dominicana. El funcionario confirmó que su agencia fue la que notificó a las autoridades federales sobre la presencia de Junior Cápsula en Puerto Rico.

El hampón, que enfrenta varios procesos judiciales en el Tribunal Federal, fue arrestado en julio de 2010 luego que las autoridades federales formaran un equipo especial para dar con su escondrijo. Ayer, en las oficinas de la DEA en Guaynabo, el mayor general recibió un reconocimiento especial por parte del jefe de la agencia federal en Puerto Rico, Javier F. Peña.

Entretanto, funcionarios federales y dominicanos sostuvieron una reunión a puertas cerradas para planificar operaciones en conjunto. En la reunión, participaron la alta cúpula de las fuerzas castrenses dominicanas, como el jefe del estado mayor de la Fuerza Aérea, de la Marina, y de la oficina de Inteligencia del Ministerio de las Fuerzas Armadas, entre otros funcionarios de otros países caribeños, para discutir información sensitiva relacionada con la lucha antidrogas.

Por otro lado, a pesar de que las autoridades apuntan a una reducción en los cargamentos que se envían entre la República Dominicana y Puerto Rico, la cantidad de droga ilegal que llega al primer país resulta ser demasiada para su consumo interno.

“El mercado nacional no tiene la capacidad económica para absorber ni siquiera el 10 por ciento de la cocaína que pasa por nuestro territorio”, dijo el oficial.

Alianza controvertida

El acuerdo colaborativo entre la DEA y la DNCD también ha tenido sus críticos, ya que algunos expertos en el tema subrayan cómo el gobierno estadounidense ha podido ampliar su influencia en el hemisferio mediante la lucha contra el narcotráfico.

Sobre este particular, Rosado Mateo puntualizó que la droga representa una amenaza no tan sólo para su país, sino para todas las naciones. “La DEA y la DNCD están trabajando mejor que nunca. Hemos desarrollado unas iniciativas excelentes y esto es un buen ejemplo” , subrayó, por su parte, Peña.

Las acciones concertadas entre ambas dependencias también intentan repeler a otras organizaciones internacionales, incluso de origen ruso, que intentan utilizar a la República Dominicana como “base de operaciones o centro de coordinación” para el envío de cargamentos.

“El mar, definitivamente, es el gran problema de Puerto Rico y el gravísimo problema para nosotros (por la entrada de los cargamentos de droga), pero más para nosotros, por nuestras debilidades ante la falta de recursos. Estamos coordinando con nuestros aliados para articular esfuerzos”, indicó.