Callar escándalo sexual de Héctor O’Neill costó casi medio millón
El alcalde de Guaynabo transó una querella de hostigamiento sexual presentada por una policía municipal.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Intriga, lujuria, escándalo y una querella federal que le terminó costando al pueblo casi medio millón de billetes.
Las expresiones de Vicens se dan luego que se transara por $300 mil una querella radicada ante la Unidad Anti Discrimen del Departamento del Trabajo Federal presentada por una agente municipal contra el alcalde estadista, con quien supuestamente tuvo una relación consensual durante cuatro años. Según la querella, la relación duró hasta finales del 2009, cuando ella quiso terminarla ya que estaba con otro compañero, también policía. Fue entonces cuando O’Neill supuestamente comenzó un patrón de hostigamiento y acoso en su contra. Igualmente, trascendió que el compañero de la agente, quien es sargento, también recibiría una compensación de $150 mil por una querella separada ante el mismo ente federal.
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En noviembre de 2016, Vicens llevó el caso ante el Panel de Ex Jueces del Fiscal Especial Independiente (FEI) a la luz de la demanda de la agente contra el alcalde. “Le pedí al entonces candidato a la gobernación, Ricardo Rosselló, que despidiera fulminantemente a O’Neill o le pidiera la renuncia”, recordó el excandidato, “y lo que contestó (el ahora gobernador) fue que iba a hablar con O’Neill y que dizque iba a esperar los resultados de la investigación. Pero oiga, con lo sucedido ahora no queda duda”, insistió.
Silencio total
Primera Hora realizó varios intentos por obtener una reacción sobre el caso, pero fueron infructuosos. Tras una visita al cuartel municipal, un teniente de apellido Rodríguez indicó que cualquier pregunta se le dirigiera a Álex Ramos, portavoz de prensa del alcalde. “De todas formas ella no trabaja aquí, sino en el Centro Operacional”, comentó.
En el centro, a unos 10 minutos del cuartel, dijeron no saber nada del caso y que “ella no está hoy (ayer)”. También dirigieron a este medio a indagar en la alcaldía. Finalmente, y tras repetidas llamadas telefónicas, Ramos indicó que “nosotros no estamos haciendo expresiones públicas sobre eso”. Prometió hacer la gestión para hablar con O’Neill, pero al cierre de esta edición no se recibió una respuesta.
Tremendo revolú
Una fuente de Primera Hora relacionada a la operación de la Policía Municipal de Guaynabo mientras transcurrían los hechos, en 2009, narró las versiones que comenzaron a regarse como pólvora entre los agentes municipales.
“Yo trabajaba allí y ella acababa de empezar en la Policía; tenía como 24, 25 años de edad”, comentó. “Se empezaron a correr rumores de que ella tenía una relación con el alcalde y había instrucciones de que a ella no se le podía cambiar de turno, tenía que estar en un turno privilegiado y no trabajaba fines de semana. No podían moverla de cuartel, nada”, detalló.
La fuente narró que los compañeros de la mujer policía se molestaron por el trato preferencial mientras los rumores se intensificaron. La cosa se salió de control un día con la llegada de la esposa de O’Neill, Alba N. Alvelo. “Yo estuve ahí el día que llegó la primera dama y formó allí una algarabía porque se dio cuenta de que ella le estaba enviando mensajes de texto al celular del alcalde, y lo vio y fue al cuartel a confrontarla. Claro, eso lo mantuvieron callado, porque no convenía. Rápido bajó el comisionado, la calmó y se la llevó del lugar”, narró.
Según el confidente, la primera dama municipal le exigió al alcalde que despidiera a la joven. “Lo que hizo fue trasladarla a la (División de) Tránsito, cuando estaba en (la avenida) Ramírez de Arellano, hasta que se calmaron las aguas. Entonces se la llevó para la alcaldía. La primera dama, en muchas ocasiones, iba buscando información y en una caravana política la volvió a confrontar, pero no sé por qué nunca denunció lo que estaba pasando”.
La fuente indicó que la agente comenzó a salir con un sargento y “el alcalde se alteró”.
“Ella quería terminar la relación y él se molestó, comenzó a trasladarla de donde estaba y la puso a trabajar en uno de los puestos menos privilegiados que tiene la Policía, en el Centro Operacional, en una caseta, por las noches”, narró. “A su nueva pareja comenzaron a darle otros turnos... Por eso fue que él sometió su caso y también le dieron una compensación”.
Según el acuerdo confidencial, que fue revelado por Telemundo, a la agente demandante le devolvieron su plaza administrativa, pero según sus compañeros, hasta ayer no se había reincorporado a las labores.