Cadáver parcialmente calcinado en Carolina pertenece a joven enfermero
Había salido de trabajar y le informó a su mamá que se le había explotado una goma.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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El cadáver que fue hallado parcialmente calcinado y con varios impactos de bala la madrugada de lunes al lado de un vehículo en llamas en el kilómetro 5.8 de la carretera PR-853 frente a la escuela Salvador Brau del barrio Barrazas en Carolina, corresponden a un joven enfermero.
Sus familiares lo identificaron como Erick Daniel Muñoz Barreto quien trabajaba a tiempo completo en un hospital del área metropolitana y también hacía lo propio en un hogar de envejecientes a tiempo parcial. No obstante, la directora del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Carolina, inspectora Mabel Oliveras, señaló que todavía se hacen gestiones para que el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) pueda obtener las placas dentales para fines de su identificación formal.
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La familia relató que el joven, de 27 años y vecino de Carolina, salió de trabajar a eso de las 11 de la noche del domingo y le escribió a su mamá que se le explotó una goma por lo que entienden que fue ultimado entre 12 a 1 de la madrugada.
“Esa es la versión preliminar que ofreció su familia, todavía el investigador está haciendo entrevistas para poder obtener una versión de lo que ocurrió”, aseveró la inspectora.
Mientras su madre se disponía a radicar una querella en un cuartel de la Policía porque no volvió a tener más contacto con su hijo, las autoridades fueron alertadas sobre un vehículo en llamas a eso de la 1:48 a.m. mediante una llamada al Sistema de Emergencias 9-1-1 y al llegar los patrulleros y los bomberos municipales encontraron el cadáver de un hombre de 25 a 30 años, unas 240 libras de peso, vestía un uniforme (scrubs) similar a los usados por profesionales de la salud, color azul y la mitad de los tenis eran blancos y negros.
El vehículo Ford Taurus, color negro y del 2018 se quemó en su totalidad.
En la escena se recuperaron casquillos calibre 9 milímetros.
El agente Nolasco Pizarro, de la División de Homicidios de Carolina y el fiscal José Villamarzo, investigaron la escena.