Idenisse Rivera completaba este fin de semana los documentos que entregará a la Policía de Puerto Rico como parte del proceso para obtener una licencia de armas.

La vecina de Toa Alta, cuyo esposo tiene una hace 16 años, al fin se decidió.

Rivera es parte del 18% de las mujeres que luego del paso del huracán María han visitado la tienda AAA Gun Shop, en la avenida Kennedy, para obtener una licencia para tener y poseer armas (de uso en el hogar). 

Otros, como un matrimonio de Luquillo que prefirió no identificarse, fue el viernes al tribunal y le aprobaron la portación.

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“Ya estamos ready para andar por ahí con el arma”, dijo el hombre a quien hace poco le robaron las piezas de un vehículo en su casa, lo que lo empujó a tomar la decisión.

“De ahí decidimos (en octubre pasado) de hacer el proceso de sacar la licencia de armas, junto con la tiro al blanco”, dijo la mujer.

Su pareja indicó que “hay que andar con el arma, porque la cosa está bien mala; está bien fea. Los robos domiciliarios…”.

Otro, como Marcos A. Román, asegura que la licencia de arma “la debería tener todo el mundo. Como estamos viviendo ahora mismo, con tanta inseguridad”.

El vecino de Guaynabo, quien hace cinco años tiene licencia de portación, sostuvo que “entiendo que deberían darle oportunidad a la gente que pueda portarla, en su defensa, lógicamente, y de su familia. No es usarla como si fuera un juguete”.

Aceptó que ante la situación que vive el país, ahora más ante la falta de electricidad, llevará a su esposa a la armería y no descarta que también saque la licencia.

Cuando Primera Hora llegó hasta el negocio estaba tepe a tepe. Parecía más una tienda de descuentos en un centro comercial que una armería. Había mujeres, niños, grupos tomando cursos, otros practicando tiro al blanco.

Pero para Víctor González, dueño de la armería, esto se ha convertido en el pan nuestro de cada día desde septiembre, cuando pasó el huracán María. Desde entonces, ha habido un aumento de entre 23% a 25% en solicitudes para sacar licencias de posesión o portación de armas. En el caso de las mujeres, el aumento fue de un 18%.

“Muchas personas vienen por la cuestión de seguridad. Dicen que la cosa está mala afuera. También afectó grandemente el Blue Flu, que los policías no estaban yendo a trabajar”, mencionó sobre el patrón de ausencias que ocurrió desde noviembre hasta este mes por el descontento de los agentes por la falta de pago de sus horas extras trabajadas, entre otros reclamos. 

De su parte, Melanie González, gerente de la armería, dijo que los clientes van al establecimiento “en busca de orientación, de cómo obtener su licencia de arma, y los asesoramos en cuanto a qué arma le favorece más, según lo que la persona esté buscando; si es para protección de su casa…”. 

Rivera dijo que “uno debe velar por su seguridad y olvidarse de los estigmas y lo que a veces piensa la sociedad de una mujer con un arma. Esto no es sólo para hombres, esto es para ambos sexos”.