Las autoridades proseguirán durante el día de hoy investigando todos los posibles ángulos que los conduzca a establecer el motivo del crimen de la fiscal Francelis Ortiz Pagán, quien fue tiroteada este martes de madrugada en la entrada de su hogar localizado en el barrio Guzmán Arriba, en Río Grande. 

El director del Cuerpo de Investigación Criminal (CIC) del área de Fajardo, teniente Carlos Nazario, se reafirmó en que en esta etapa de la pesquisa no se ha descartado ningún motivo, ni siquiera la posibilidad de que el ataque contra la fiscal pudiera haber sido dirigido contra la figura de su esposo el licenciado Fermín Arraiza Navas, por su desempeño profesional. 

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“Todos los ángulos los vamos a verificar. Todo lo que haya sido una situación de él también como abogado, todos los ángulos, lo que se pueda pensar y lo que no se pueda pensar, yo no descarto nada porque en un caso como este uno no puede descartar nada”, aseveró el teniente. 

El licenciado ya fue entrevistado anoche con relación a los hechos. 

Ortiz Pagán salió de laborar en la fiscalía de San Juan, pasada la medianoche y a eso de las 12:30 a.m. fue interceptada por desconocidos cuando estaba abriendo el portón eléctrico para entrar a su hogar, quienes le dispararon mientras se encontraba a bordo de un vehículo marca Mini Cooper color blanco. 

Según datos preliminares, su esposo intentó repeler la agresión y mientras la transportaba hacia el hospital se encontró en una gasolinera de Canóvanas con una patrulla donde la trasladaron hasta el Hospital Dr. Federico Trilla de la Universidad de Puerto Rico, en Carolina, donde fue declara muerta. 

El teniente Nazario reveló que hoy se organizaron varios grupos de trabajo. Uno de ellos se concentrará en realizar entrevistas en la fiscalía de San Juan para determinar si en algún momento Ortiz Pagán verbalizó alguna preocupación o fue víctima de amenazas de muerta relacionadas con la labor que desempeñaba.

“Vamos a auscultar con los compañeros de ella si en algún momento les dijo algo que no le había dicho a nadie. Entiendo que el fiscal José Capó (jefe de los fiscales) está verificando los expedientes de los casos que ella estaba atendiendo para determinar si de ahí surge alguna información”, sostuvo. 

Otros agentes van a verificar toda la ruta que tomó la fiscal desde que salió del trabajo hasta que llegó a la entrada de su residencial. En esa trayectoria, explicó Nazario, los investigadores van a realizar entrevistas y a tratar de detectar vídeos de seguridad de residencias o de establecimientos comerciales para intentar identificar algún vehículo sospechoso que pasó a la hora del trágico suceso por las posibles zonas de escape, que serían Río Grande, Canóvanas y Carolina. 

Durante el día de ayer se verificaron las imágenes de las cámaras de seguridad de la residencia de la fiscal y a pesar de que no todas estaban funcionando efectivamente, Nazario se limitó a responder que su contenido se va a estar utilizando como parte de la investigación y que todo el equipo fue ocupado. 

También estos investigadores tendrán que corroborar si los asesinos huyeron en un automóvil compacto de color blanco, según las confidencias que se recibieron durante el día de ayer, las cuales han sido muy pocas. 

Otro ángulo que se va a explorar se relaciona con varios robos domiciliarios cometidos durante el año pasado en áreas aledañas, cometidos por una pandilla de tres jóvenes, incluyendo a una mujer, quienes serían entrevistados si se localizan. 

Mientras, otros policías entregarán las órdenes judiciales para conocer el registro de llamadas y el contenido de mensajes en el celular de la víctima y de su esposo, ya que todavía no se ha corroborado si la fiscal logró comunicarse con él o con alguna otra persona para advertirle que era perseguida. 

“Pero eso no surgió en ningún momento”, apuntó Nazario.