Alegan que Policía dejó gente encerrada en negocio de Peñuelas
La Uniformada despejó la carretera 385 para permitir el paso de camiones con cenizas de carbón al vertedero.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Peñuelas. Alrededor de 50 personas se quedaron encerradas esta madrugada en el negocio Kami Kazy cuando la Policía despejó la carretera 385 y les impidió salir durante dos horas.
El negocio de comida y bebidas ubica en la esquina de la 385 con la estrecha calle que conduce hacia los vertederos.
El local estaba abierto cuando la Policía inició el operativo para permitir el paso de camiones con cenizas de carbón al vertedero Peñuelas Valley Landfill (PVL), al filo de la medianoche.
Una vez los agentes empezaron a empujar manifestantes hacia ambos extremos de la carretera para establecer un perímetro, algunas personas entraron al negocio, que estaba abierto.
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Sin embargo, cuando quisieron salir para marcharse, los policías no se lo permitieron.
“Dijeron que no se podía salir”, señaló el dueño del establecimiento, quien prefirió no identificarse.
A lo largo de la carretera 385 había cientos de agentes de distintas divisiones, incluyendo Operaciones Tácticas y SWAT, quienes escoltaron y viabilizaron el paso de 36 camiones con cenizas de la planta Applied Energy Systems (AES) de Guayama. También se usaron decenas de vehículos oficiales y hasta el helicóptero de FURA.
Una de las integrantes del Campamento contra las cenizas de carbón, que tampoco autorizó la publicación de su nombre, relató que más de 10 manifestantes se quedaron atrapados junto a los clientes del establecimiento.
“Si salíamos nos arrestaban. No nos lo permitieron hasta el final, que pudimos salir, pero para irnos”, dijo la activista.
El dueño de Kami Kazy agregó que varios agentes entraron a reclamarle por qué seguía abierto en violación del Código de Orden Público.
“Yo les dije que si los clientes no podían salir, yo no podía cerrar y entonces fue que lo permitieron. Nos dejaron salir como a las 2:00 a.m.”, dijo el comerciante.
Varios manifestantes que se encontraban de madrugada en el extremo de la 385 que da hacia la PR-2 les gritaban a los policías que tenían a sus compañeros “secuestrados”.
El abogado Jaime Ruberté, que representa a integrantes del campamento, calificó la acción como un “arresto”.
“Segregaron la gente. Han arrestado a un grupo de ciudadanos ahí (en el negocio), no los han dejado salir durante toda la noche. A otros grupos los movieron a un lado y al otro de la carretera y no garantizaron un área para ejercer el derecho a la libre expresión”, denunció Ruberté.