Multas que alcanzan los $50,000 dólares y hasta un año de cárcel podrían caer sobre las personas que este fin de semana a bordo de motoras acuáticas hostigaron a dos ballenas jorobadas cerca de la playa Crash Boat de Aguadilla.

Un vídeo divulgado ayer a través de las redes sociales muestra a dos ballenas jorobadas siendo acorraladas y perseguidas por los ocupantes de al menos cuatro “jet skis”, lo que ha generado un sinnúmero de reacciones de indignación entre los usuarios de dichas plataformas.

La secretaria del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Carmen Guerrero, informó que la investigación de este caso está adelantada, pero no quiso ofrecer detalles específicos para no dañar la pesquisa.

“Lo que es peor en este caso, es que nuestros biólogos marinos confirman que se trataba de una madre y su cría. El acoso al que fueron sometidas estas ballenas jorobadas, según se observa en el video, pudo haber provocado el que la madre, asustada saliera a toda velocidad y abandonara a su cría”, explicó Guerrero Pérez en declaraciones escritas.

“En casos así, la cría quedaría huérfana, y por su tamaño no hay acuario que la acepte o lugar alguno donde se pueda alimentar y cuidar en lo que crece y se hace independiente”, abundó.

La funcionaria recordó que el hostigamiento a mamíferos marinos es regulado por leyes federales y estatales. Asimismo, el 2 de junio de 1970, la ballena jorobada fue designada como una especie en peligro de extinción e incluida en la lista federal de especies en peligro de extinción. De este modo, la especie está cobijada por la Ley de Protección de Mamíferos Marinos, tanto a nivel federal como estatal.

El hostigamiento a un mamífero marino conlleva una pena de $25 mil o reclusión de un año, o ambas. En un caso como este, la Ley de Especies en Peligro de Extinción también aplica, y la multa a la que se exponen los responsables es $50 mil o un año de cárcel.

La bióloga Griselle Rodríguez, adscrita al DRNA, explicó que hostigamiento en casos como este se define como cualquier acción que genere un cambio en la conducta de un animal o del animal y su cría.

“En el vídeo se observa claramente que hay hostigamiento cuando el animal se queda a media agua y no sale a respirar por un tiempo prolongado cuando los 'jet skis' los están acorralando. Una cría tiene que respirar en periodos más cortos. Son siete minutos de estar siendo perseguida y con una pared de ruido creada por las motoras acuáticas. Es como si una madre estuviera corriendo con su bebé”, detalló Rodríguez.

Añadió que por la colocación de las aletas se puede corroborar que la ballena nada rápido para intentar huir del lugar.

De la misma forma, los ocupantes de las motoras acuáticas en este incidente habrían también violado la Ley de Observación de Ballenas, específicamente para ballenas jorobadas, que establece que la distancia para observarlas es de 100 metros.

Cuando se trata de dos embarcaciones o más, la distancia para observarlas es de 400 metros. Si hay una madre con una cría, las embarcaciones no se pueden acercar, estipula el estatuto.

“En el caso que observamos en el video, los dueños de estos ‘jet skis’ violentaron las distancias reglamentarias y prácticamente estaban encima de las ballenas, tratando de cortarles el paso y sin dejar un espacio libre de 180 grados en la dirección en que se mueven las ballenas. El DRNA cuenta con el video como evidencia y estamos llevando a cabo la investigación mano a mano con las agencias federales para procesar a las personas responsables”, sentenció la secretaria.

Según se detalla en el comunicado, las ballenas jorobadas se alimentan solo durante el verano en las regiones polares y migran a aguas tropicales para reproducirse y parir las crías durante el inverno polar. De enero a abril, puede observarse a las ballenas jorobadas por el Noroeste de Puerto Rico. El área de Rincón a Aguadilla y las aguas profundas del Canal de la Mona proveen un buen refugio y hábitat para las madres, crías y los machos reproductivos, indica la comunicación.

“Es un privilegio que estos mamíferos marinos nos visiten anualmente a Puerto Rico, y sabemos que son un atractivo importante para la industria turística del noroeste de la Isla. Por consiguiente, situaciones como ésta sirven de oportunidad para educar a la ciudadanía y para asegurar que las personas puedan observar las ballenas de forma adecuada y en cumplimiento con las leyes locales y federales”, subrayó Guerrrero Pérez.

El reconocido locutor Jorge Pabón conocido como El Molusco, compartió ayer en su página de Facebook el polémico video, alegando que uno de los implicados se lo había enviado.