La jueza Jessica Morales le impuso a Guarionex Candelario Rivera una fianza de $11.7 millones luego de la radicación de tres cargos de asesinato en primer grado, tres cargos por restricción a la libertad en su modalidad agravada, uno por falsa amenaza y cuatro violaciones a la de la Ley de Armas. Candelario Rivera no prestó la cantidad, por lo que fue ingresado en la cárcel 501 del Complejo Correccional de Bayamón.

La vista preliminar quedó señalada para el 14 de enero.

La matanza ocurrió el 28 de diciembre del año pasado, cuando el agente, en medio de una aparente disputa laboral, supuestamente tomó de rehén a la teniente Luz M. Soto Segarra reclamando hablar con el coronel Héctor M. Agosto, comandante de área de Ponce. Mientras se coordinaba la presencia de un negociador, el agente, que estaba reportado por licencia de enfermedad, presuntamente le disparó a la teniente, a la agente Rosario Hernández de Hoyos y al comandante Frank Román Rodríguez, en la oficina de administración.

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Se alega que el agresor, que laboraba en el Centro de Mando de la Policía y estuvo alrededor de diez años desarmado por diversas causas, fue interceptado por el esposo de Soto Segarra, el teniente Javier Requena, quien supuestamente le disparó alcanzándolo en un brazo y en el tórax.   

Candelario Rivera, de 50 años, fue transportado esta tarde al Tribunal Bayamón bajo estrictas medidas de seguridad por agentes de la unidad especializada de SWAT, luego de ser dado de alta del Centro Médico. 

La fiscal Sharleen Rosa de Jesús de la región de Ponce radicó el caso por expediente.

El acusado fue representado por el abogado Donald Milán.

La presentación de acusaciones ocurrió poco tiempo después del sepelio de Román Rodríguez, ascendido póstumamente al rango de teniente coronel en el cementerio de Sabana Grande. Las otras dos oficiales fueron cremadas el jueves luego de la ceremonia de ascenso póstumo.