Los acusados por cometer un "carjacking" y asesinar al publicista José Enrique Gómez Saladín en el 2012 no se expondrán a un proceso de pena de muerte, informó anoche la fiscalía federal.

La jefa de la fiscalía federal, Rosa Emilia Rodríguez, y el fiscal del caso, Vernon Benét Miles, emitieron una moción informativa en la que indicaron que no solicitarán la pena de muerte en el caso contra Rubén Delgado Ortiz, Alejandra "Pochi" Berríos Cotto y Lenisse "Prieta" Aponte Aponte.

El cuarto acusado, Edwin "Bebo" Torres Osorio no aparece en la lista porque está cooperando con las autoridades.

Los fiscales indicaron que el día antes, recibieron la autorización y orden del secretario de Justicia de Estados Unidos, Eric H. Holder, de no proseguir con el caso como uno de la pena capital.

Los cargos contra los acusados son por actuar en concierto y común acuerdo con la intención de causar daño corporal y la muerte a Gómez Saladín, al tomar intencionalmente su vehículo bajo la fuerza, intimidación y violencia, y por conspirar para ejecutar un esquema para obtener dinero del Banco Popular de Puerto Rico mediante el fraude, al usar la tarjeta de ATH del occiso, sacando $100, luego de asesinarlo.

Los hechos del caso ocurrieron en la madrugada del 30 de noviembre de 2012, poco después que el publicista llamara a su esposa para decirle que estaba saliendo de una actividad en un hotel en San Juan, pero nunca llegó a su hogar.

Según las declaraciones de los acusados, estos revelaron que habían planificado cometer un robo y decidieron que Aponte y Berríos se meterían en el carro de la víctima y después Torres y Delgado se unirían a ellas, discutirían por una supuesta deuda y harían que la víctima la pagara.

Hicieron que Gómez Saladín fuera a una máquina ATH donde retiró $400 en efectivo y se los entregó a Delgado. Estos lo golpearon en la cabeza y lo montaron en el asiento trasero del automóvil y compraron gasolina, según la acusación.

Los acusados lo llevaron a un lugar solitario en Guavate en Cayey, donde le ordenaron que se pusiera de rodillas, mientras lo agredían con objetos. Luego, lo impregnaron de gasolina y lo prendieron en fuego, pero éste se quitó la ropa y comenzó a rodar por el suelo. Siguieron golpeándolo hasta causarle la muerte, según lee la denuncia.

Se alega que los acusados dejaron allí el cuerpo y fueron en el auto hasta otra ATH y retiraron $100. Después quemaron el carro, pero continuaron tratando de sacar dinero en al menos cinco ocasiones.

Fueron identificados por las cámaras de vigilancia de los cajeros automáticos. Con esas imágenes, publicadas por la Policía, la madre de Torres lo reconoció y lo entregó a las autoridades.