Dentro del dolor que siempre la acompañará, Joyce Colón, abuela de Natalia Nicole Ayala Rivera, expresó satisfacción de que el Tribunal de Apelaciones revocara la sentencia suspendida contra Carlos Julián Maldonado Dávila, responsable de arrollar a la joven en el 2022.

“Estamos, dentro del dolor de no tener a Natalia, estamos contentos de que se está haciendo justicia”, comentó Colón a TeleOnce.

“Como yo dije desde un principio, yo creo en mi justicia y le estoy dando gracias a Dios. Natalia, traté de hacer todo lo que pude por ti’”, agregó ante las cámaras televisivas.

A Maldonado Dávila se le acusó por ocasionarle la muerte a Ayala Rivera conduciendo negligentemente, ocasionar daños físicos a Carlos Adhil Sosa Bigio y no detenerse para ayudar, según disposiciones de la Ley 22-2000, conocida como la Ley de Vehículos y Tránsito de Puerto Rico.

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El accidente que le cobró la vida a Ayala Rivera, quien también era atleta, ocurrió la noche del 5 de enero del 2022. Pese a ser hallado culpable, la juez Nerysvel Durán Guzmán dictó una sentencia suspendida, lo que provocó gran disgusto público. El 9 de noviembre del año pasado, Maldonado Dávila, quien al momento de los hechos se desempeñaba como director de la Oficina de Turismo del municipio de Barceloneta, fue sentenciado a 10 años en probatoria.

La joven Natalia Nicole Ayala Rivera.
La joven Natalia Nicole Ayala Rivera. (Facebook)

“No era justo, no es justo para nosotros ni para ninguna familia que está pasando por lo que nosotros estamos pasando”, resaltó Colón.

El 11 de diciembre del año pasado el Departamento de Justicia, por conducto de la Oficina del Procurador General de Puerto Rico, acudió al Tribunal de Apelaciones para solicitar la revisión de la decisión de concederle este privilegio a Maldonado Dávila.

Fue ayer que el Tribunal de Apelaciones revocó, por abuso de discreción, la sentencia suspendida dictada por la juez contra el convicto. Con esta determinación, Maldonado Dávila cumplirá en una institución carcelaria al menos dos de los 10 años a los que fue condenado.

“Yo tenía fe, pero a veces me caía pensando que no lo íbamos a lograr. Cuando llegó el caso al Tribunal de Apelaciones, ya yo me sentía u poco más segura, porque tenía mucha gente a favor de nosotros por lo grande que fue el caso. Pues, tuve que tener la calma y envolverme en otras cosas para poderme tranquilizar y esperar que el momento de hoy llegara, porque se hizo justicia. (Maldonado Dávila) no merecía estar en la calle disfrutando de su libertad”, agregó Colón al noticiario.

La noche del incidente, la joven había salido de trabajar en una tienda en el centro comercial Plaza Las Américas y compartió con amistades en un negocio cercano. Ya en la autopista de camino a su hogar y a eso de las 11:20 p.m., se percató que tenía la goma derecha delantera vacía, presuntamente, porque había caído en un hoyo en la carretera. Llamó a su papá para pedirle ayuda, pero en ese momento su amigo, Sosa Bigio, detuvo su guagua frente al carro de ella para ayudarla.

Estacionaron los vehículos en el lado izquierdo de la vía, donde la línea del paseo de emergencias es más ancha, y quedaron de lado al tránsito. No obstante, mientras cambiaban el neumático, una guagua los embistió

Maldonado Dávila era quien conducía el vehículo y, en el momento de impactarlos, no se detuvo a ofrecer ayuda, ni brindó información sobre el suceso a las autoridades. Sin embargo, acudió a un cuartel municipal para radicar una querella en la que alegaba que alguien le había chocado su guagua, a la que le faltaba un espejo retrovisor y presentaba otros daños en la carrocería y un foco.

Sosa Bigio, quien recibió lesiones en la cadera izquierda y la pierna derecha, llamó al Sistema de Emergencias 9-1-1 para pedir ayuda, pero ante la gravedad de la situación optó por montar a su amiga en su guagua y llevarla al Centro Médico en Río Piedras. Sin embargo, Ayala Rivera fue declarada muerta a las 4:47 a.m. del día siguiente.