“La vida de Lisha corre peligro dentro de la institución”.

Esta fue la alegación de Antonio Figueroa, abogado de Lisha A. Ramón Mejías, quien ayer llegó al Tribunal de Primera Instancia en San Juan para su vista de lectura de acusación temblorosa y aparentemente desorientada.

“Estoy terriblemente triste por lo que le está pasando allá dentro y por lo que le pueda pasar. No puedo hablar de eso, pero interpreta mi silencio”, comentó Figueroa a las cámaras de Telemundo PR.

El noticiario reportó que tal fue el estado de la joven que la jueza Wanda Cruz Ayala cuestionó si se encontraba bien de salud, a lo que Ramón Mejías respondió que temblaba porque estaba bajo el efecto de medicamentos.

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Pese a que Figueroa también adujo que Ramón Mejías fue agredida en la institución carcelaria, el Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) lo negó.

“La vida de Lisha corre peligro dentro de la institución. Ella lo sabe. Que la cuiden mucho”, comentó el licenciado a Telemundo PR.

La joven vendedora de jugos y creadora de contenido en redes sociales ganó popularidad con la controversia en torno a la custodia de su hija Nazaret.

“Desde el momento de su ingreso Lisha Ramón Mejías, permanece sola en una celda. Recientemente, la confinada ha presentado señales de incapacidad de adaptación al confinamiento por lo que recibe atención médica especializada de parte de un equipo multidisciplinario conformado por trabajadores sociales, psicólogos y médicos del DCR”, refutó la oficina de prensa del DCR.

Durante la vista, Figueroa radicó varias mociones, entre ellas una para solicitar la desestimación de los cargos en su contra.

Los hechos por los que se le acusa a la joven ocurrieron la madrugada del domingo 8 de octubre, cerca de un negocio en la intersección de la calle Sagrado Corazón con la avenida Eduardo Conde, en Villa Palmeras, Santurce.

Según la querella radicada contra Ramón Mejías por una mujer, a eso de las 5:30 a.m. mientras estaba de pasajera en una guagua Ford Escape manejada por una amiga, reconoció a Lisha. Luego, Lisha se le acercó al cristal manifestándole que se bajara, pues no le tenía miedo.

Presuntamente, surgió un forcejeo y la querellante sostuvo que fue agredida en un brazo con un objeto cortante, que podría ser una botella de cristal rota, lo que requirió que le tomaran puntos de sutura.

La imputada de 22 años está encarcelada luego de que el Ministerio Público le solicitara a la jueza Nerisvel Durán que le revocara la rebaja de fianza por sus continuos incumplimientos con las condiciones impuestas. El Programa de Servicios con Antelación a Juicio (PSAJ) radicó una moción para que se les relevara de la fianza diferida en el cargo de violación a la Ley de Armas y que se ordenara su arresto e ingreso en prisión.