Abogado de Jay O’Neill González alega que su cliente mintió en su confesión sobre el secuestro de Rosimar Rodríguez
Argumentó que se entregó para protegerse de supuestas amenazas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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El abogado de Jay O’Neill González dijo hoy que su cliente mintió al confesarle a la Policía que participó del secuestro de la joven Rosimar Rodríguez Gómez.
Fuera de la sala del tribunal, donde se lleva a cabo el segundo día de la vista preliminar, el licenciado Manuel Morales Schmidt alegó que su cliente se entregó porque supuestamente estaba bajo amenaza de que si no lo hacía le harían daño a su familia, pues su nombre había sido asociado al secuestro a través de las redes sociales el mismo día de los hechos.
“¿Que mi cliente les mintió a ellos (investigadores)? Sí, estoy claro”, dijo Morales Schmidt.
“Lo que él está diciendo es lo que le dijeron. Lo que escuchó en la calle”, agregó.
O’Neill García es el imputado por el secuestro y asesinato de Rodríguez Gómez, el pasado 17 de septiembre en Toa Baja.
En el segundo día de la vista preliminar, el abogado de la defensa hizo varias preguntas dirigidas a afectar la credibilidad de su propio cliente, en relación a la confesión que ofreció a la Policía cuando llevó a las autoridades hasta el lugar donde estaba el cuerpo.
A través de sus preguntas, intentó dejarle ver a la jueza Sylvia Díaz Solla que O’Neill García tenía dudas sobre la información que había estado ofreciendo a la Policía.
En particular, llamó la atención cuando le pidió al agente que indicara cuántos impactos de bala de entrada tenía el cuerpo de la víctima, en comparación con las detonaciones que O’Neill García indicó haber escuchado.
“El problema es que las declaraciones que están usando contra Jay no han sido corroboradas”, dijo el licenciado. “Toda la prueba dice que lo que está diciendo es mentira”.
“Precisamente, están tratando de acusarlo a él con unas declaraciones que están llenas de mentira, porque la realidad es que el está protegiendo a su familia y a la propia Jolenys (Soto Adorno)”, agregó el letrado, al mencionar a la expareja de la víctima, que - según ha trascendido en las vistas - tenía una relación sentimental con O’Neill García.
En la vista de hoy, el abogado le preguntó al agente Jesús Alicea Ortiz si escuchó que su cliente habló de que temía por su seguridad debido a que enmascarados habían irrumpido en la casa de su familia, y en la de Soto Adorno.
El agente contestó que O’Neill García sí dijo eso al declarar acompañado de su abogado, con quien había tenido comunicación desde varios días antes.
Fuera de sala, el licenciado no pudo precisar cómo O’Neill García sabía el lugar del cuerpo si es cierto que no participó del secuestro.
Se limitó a indicar que “en ese ambiente, en ese mundo, se saben muchas cosas. Por eso es que él nunca dice: ‘Está en tal sitio’”.
El licenciado relacionó las amenazas contra O’Neill García y Soto Adorno con que supuestamente un familiar de Rodríguez Gómez está encarcelado.
“Ese es el poder de las redes sociales en Puerto Rico. Las redes dijeron inmediatamente (después del secuestro) que tenían que ser Jolenys y él (O’Neil García), y al otro día llegaron unos enmascarados para decir que más vale que se entregara, porque si no (lo hacía) les iba a pasar algo”, afirmó.
Cuando se le preguntó quién le había dado la información que su cliente ofreció en la confesión, el abogado afirmó: “No puedo decir quién se lo dijo a él”.
Alicea Ortiz había comenzado a declarar ante la fiscal Gretchen Pérez Catinchi ayer cuando indicó que el imputado fue quien identificó el lugar donde estaba el cuerpo y que había participado del secuestro, pero que trató de convencer a la Policía de que el asesino de Rodríguez fue su amigo Xadiel Cabranes Mojica.
Sin embargo, el agente indicó que posteriormente pudieron corroborar la versión contraria de Cabranes Mojica, de que a la hora de los hechos había estado en la casa de su madre, en un restaurante con su novia y en la residencia donde vive con un amigo en Bayamón.
También declaró que, contrario a la versión de O’Neill González, el imputado viajó y regresó de Estados Unidos después del crimen junto con Soto Adorno.
Contra O’Neill González, de 20 años, pesan cinco cargos: uno por asesinato en primer grado, un cargo por secuestro, dos cargos por violación a la Ley de Armas y un cargo por brindar información falsa a las autoridades.