Lizbeth Rosa Ortiz, hija del telereportero Pedro Rosa Nales, no era una figura nueva para la Policía y había sido entrevistada en los pasados años como parte de investigaciones relacionadas a los asesinatos de al menos dos mujeres en el área de Santurce.

Así lo indicó esta tarde el detective Héctor Hernández, a quien también le tocó esta mañana la tarea de investigar la muerte de la joven de 34 años de una aparente sobredosis en lo que se conoce comúnmente como un hospitalillo en la barriada Figueroa, de Santurce.

Al menos que la autopsia en el Instituto de Ciencias Forenses reflejara algo fuera de lo normal, el caso se trabajaría como una muerte por sobredosis de narcóticos.

Según testigos -entre los que se encontraba su pareja-, la mujer se echó al cuerpo la combinación mortal conocida como anestesia de caballo, una mezcla de esta sustancia con heroína. A eso de las 5:00 a.m. se recibió una llamada anónima al sistema de emergencias 9-1-1 indicando que una mujer en el lugar se sentía al mal. Según explicó Hernández, pasó más o menos una hora y cuando la patrulla del precinto de Santurce finalmente encontró el lugar ya Rosa se había desplomado.

 Rosa fue declarada muerta en la escena.

La llamada fue realizada por su pareja, quien no fue identificado.

Hernández indicó que en al menos una ocasión Rosa le comentó que quería salirse del vicio de las drogas, "pero no sabía cómo".

De hecho, en entrevista con el diario Primera Hora el reportero Pedro Rosa Nales indicó que trató por todos los medios sacar a su hija del vicio.

Rosa Nales la recordó como una muchacha buena, que logró distinguirse en eventos de modelaje, pero más que nada, la recordó como inteligente y preciosa.