Esposa del american gangster sigue presa y será extraditada en dos semanas
Julianna Farrait, esposa del notorio y convicto american gangster, Frank Lucas, continuará recluida en el Centro de Detención Metropolitano, luego que el magistrado federal Marcos López le denegara la libertada bajo fianza.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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Julianna Farrait, esposa del notorio y convicto american gangster, Frank Lucas, continuará recluida en el Centro de Detención Metropolitano, luego que el magistrado federal Marcos López le denegara la libertada bajo fianza.
“Entiendo que ella representa un peligro a la comunidad y un riesgo de fuga por lo que ella debe permanecer en prisión”, expuso el magistrado en un vista de identidad, de fianza y de lectura de cargos efectuada ayer.
Agregó que tomó en consideración el expediente criminal de Farrait , quien tiene varias convicciones por cargos de narcotráfico desde 1979, cuando la acusaron junto con su esposo Luca, cuya vida delictiva cobró vida en el filme American Gangster, que protagonizó el actor Denzel Washington.
La mujer, quien fue sorprendida por agentes de la Agencia Federal Antidrogas (DEA) de Nueva York y Puerto Rico, el pasado 19 de mayo, mientras realizaba una transacción de dos kilos de cocaína en una habitación de una hospedería de Isla Verde, estuvo representada por el defensor público Víctor Rodríguez, al no contar con recursos económicos.
Rodríguez esbozó argumentos de edad, ya que la acusada tiene tiene 63 años, para que se le permitiera regresar a su casa, en Nueva York, dramatizando que tiene múltiples padecimientos que le requieren tomar medicamentos.
“No representa un riesgo de fuga”, dijo.
La fiscal Jeniffer Yois Hernández, por su parte, recordó el expediente delictivo de la acusada, que data de 1972.
La DEA del distrito sur de Nueva York estaba investigando, siguiendo y grabando las conversaciones de Farrait, a quien le habían plantado un encubierto desde el 11 de febrero de 2009.
La mujer había acordado reunirse en Puerto Rico con un encubierto, según se alega, porque en la Isla tenía un contacto que le podía proveer dos kilos de cocaína y otro que le proveería otros ocho kilogramos.
El 14 de mayo le avisó al encubierto que el segundo contacto estaba listo. El 19 de mayo, la DEA le montó vigilancia en la habitación del hotel. Los agentes observaron cuando sacó la bolsa con la cocaína de la cartera y se la mostró al encubierto.