Viajeros desesperados se aglomeraban en los cruces fronterizos europeos el miércoles, cuando los países impusieron controles estrictos para tratar de frenar la propagación del virus que provoca COVID-19. Los consiguientes embotellamientos, de kilómetros de largo, demoraban el paso de camiones que transportaban suministros cruciales.

La incidencia mundial de infecciones llegó a 200,000 con 8,000 decesos, y más de 82,000 se han recuperado, de acuerdo con el recuento de la Universidad Johns Hopkins.

Hungría abrió sus fronteras por etapas durante la noche para tratar de aliviar la presión de los europeos del este varados en Austria que intentaban regresar a sus países. Los ciudadanos búlgaros pudieron cruzar en caravanas rigurosamente vigiladas y luego fue el turno de los rumanos.

Pero el miércoles por la madrugada, del lado austríaco, se formaron filas de hasta 28 kilómetros de camiones y 14 kilómetros de autos al entrar nuevamente en vigor las normas que solo permitían el paso de húngaros o de camiones de transporte.

Los gobernantes de la Unión Europea tratan de mantener la circulación de alimentos, suministros médicos y otros bienes esenciales, pero las fronteras están atascadas. También tratan de encontrar la manera de permitir que los trabajadores agrarios estacionales, necesarios para mantener en marcha la producción de alimentos, puedan cruzar las fronteras.

En todo el mundo los países se debatían con problemas similares. Estados Unidos y Canadá estudian una prohibición mutua de viajes no esenciales entre ambos.

En el sureste asiático, la calzada entre Malasia y el centro financiero regional Singapur estaba desierta, mientras que Filipinas anuló una orden que daba a los extranjeros 72 horas de plazo para partir de una parte importante de su isla principal.

El gobierno del presidente Donald Trump estudiaba un plan para el regreso inmediato a México de todas las personas que crucen la frontera sur sin autorización, dijeron dos funcionarios a The Associated Press bajo la condición de anonimato porque el plan aún no se ha concretado.

El coronavirus ha llegado a la totalidad de los estados, incluso la lejana Hawai. El gobernador de Nevada, donde se encuentra Las Vegas, ordenó el cierre de los casinos durante un mes.

Estados Unidos, Gran Bretaña y Holanda anunciaron paquetes de rescate de cientos de miles de millones de dólares, y Venezuela, frecuente crítico del Fondo Monetario Internacional, solicitó un préstamo de 5,000 millones de dólares.

En Bruselas, la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que la decisión de prohibir el ingreso de la mayoría de los extranjeros a la UE durante 30 días se tomó de manera “unánime y unificada”.

Al presente se han recuperado 82,000 personas, principalmente en China. El virus sólo provoca síntomas leves o moderados para la mayoría de la gente, como fiebre o tos. Pero otras personas, especialmente ancianos o pacientes con problemas médicos previos, pueden sufrir complicaciones más graves como la neumonía.