Wilkins sigue siendo el “eterno rockmántico”
Lo demostró en su concierto del sábado en el Coliseo José Miguel Agrelot ante casa llena.
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Una vez más, el eterno rockmántico, Wilkins, demostró por qué es uno de los grandes cantantes latinoamericanos. Así lo dejó claro la noche del sábado con el excitante concierto que presentó en el Coliseo José Miguel Agrelot de San Juan.
Su aparición en el escenario, a las 9:20 p.m., elegantemente vestido de negro y chaqueta blanca desató euforia del público que abarrotó el Choliseo. Con su poderío vocal, dominio escénico, bailes y buen ritmo, complementado con un excelente sonido e impresionante juego de luces, Wilkins presentó un show que será difícil de olvidar.
Junto a una banda compuesta por una veintena de músicos, el veterano cantante repasó sus grandes éxitos, comenzando con “Truenos y silencio”, “Qué me pasa contigo” y “Si yo fuera mujer”, con el que arrancó carcajadas del público por los sensuales ademanes femeninos que exhibió acorde con la letra de la canción.
“Qué alegría, veo muchas nenas lindas, mucha belleza. Gracias por estar aquí”, dijo al saludar a la multitud que llenó la arena.
El artista continuó complaciendo al público con los éxitos que marcaron su carrera, “A quién vas a engañar”, “Pensamiento y palabra”, “O tú o nada”.
Bastó con entrar un poco en calor, como el mismo describió la temperatura del concierto, para quitarse la camisa y sustituirla por una más liviana, y dar paso a sus rítmico tema “Amor en tequila a go go”, la cual bailó en coreografía con cuatro bailarinas.
Entonces se remontó a la década de 1980 para complacer a sus fans de esa época con éxitos como “Tratándose de ti”, “El sucesor”, “Te mataría”, tema que interpretó tímidamente y en tono bajo ante la proliferación de feminicidios en la Isla; “Mi problema eres tú” y “Respiraré”.
“Esta noche levantaron las manos los ochentosos, pero también hay mucha juventud, qué bueno. Esas canciones eran las que hacían enamorarnos. Cada época tiene su expresión, pero los 80 fue un una época fructífera para mí. Compuse hermosas canciones, sin embargo en estos tiempos en los que estamos viviendo no hubiese cantado ‘Te mataría’ “, manifestó en solidaridad con las mujeres víctimas de violencia doméstica por sus parejas.
Uno de los momentos más significativos y espirituales se puso de manifiesto con la reverencia que el carismático artista rindió a Dios. El vocalista pidió que se apagaran las luces y el público encendió la luz de sus celulares. Ya creado un ambiente solemne interpretó sus temas sacros “Tengo un nuevo amor” y el medley de “Cómo no creer en Dios”, “Aleluya” y “Cuán grandes es él”.
“Quiero que prometan nunca olvidar a Dios, yo lo prometo. Esta unión en el día de hoy es una fiesta del alma. El medley que les interpreté es parte de mi próxima producción discográfica”, adelantó.
A sus seguidores en las redes sociales los complació con el éxito “Sereno”, que con anticipación le habían solicitado. “Me alegra que me la pidieran, ya la tenía preparada desde antes. Es un lindo tema que trata del distanciamiento de una pareja por alguna razón y vuelven a reencontrarse”, explicó.
El cantautor dejó para las postrimerías de su presentación el tema más esperado de la noche, “Bella sin alma”. Y tan pronto el público escuchó las primeras notas de la melodía comenzaron a vitorear.
Wilkins, sentado en una silla como es costumbre para dramatizar la trama, hizo una magnífica interpretación con el acompañamiento de la audiencia.
Por la variedad de géneros musicales que seleccionó, Wilkins logró crear una buena química entre el público, compuesto por jóvenes y adultos. Y para complacer a los amantes del baile interpretó acompañado de un cuerpo de bailarines, con visuales proyectados al fondo de la tarima y en pantallas a cada lado del escenario sus clásicos más rítmicos: “Margarita”, “El tornillo” y “Sopa de caracol”. También puso a bailar al público con “Lambada”.
Entonces fue escoltado hasta una tarima en la que estaban los camarógrafos para estar más cerca de los espectadores y cantarles “Promete que nunca me dirás adiós”. Hizo una falsa salida con “Me caes bien” y ante el pedido a gritos de sus fans regresó al escenario.
“Ya me había quitado el pantalón en el camerino”, dijo en tono jocoso.
Antes de retirarse reconoció la presencia de su señora madre, la doctora Áurea Ramírez, de 95 años, quien estuvo acompañada de su actual esposo, así como de la exgobernadora Sila María Calderón, a quien brindo una flor desde el escenario.
De inmediato interpretó “Para vivir”, del compositor cubano Pablo Milanés. Wilkins despidió al público con una reflexión del tema “Pero te olvido”, estableciendo así que además de ser un gran cantante es un extraordinario declamador.