Beijing. Los gobernantes de Rusia y China se reunieron el viernes en Beijing horas antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno y respondieron a las presiones de Estados Unidos, al declarar su oposición a la expansión de la OTAN y afirmar que la isla de Taiwán es parte de China.

Los dos dirigentes buscan proyectarse como contrapeso al bloque encabezado por Washington y Beijing muestra un apoyo creciente a Moscú en su disputa con Ucrania, que amenaza con convertirse en un conflicto armado.

Contra las críticas de Washington a sus políticas interiores y exteriores, el mandatario ruso Vladimir Putin y el chino Xi Jinping emitieron un comunicado conjunto en el que destacaron la “injerencia en los asuntos internos” de otros Estados.

“Algunas fuerzas que representan una minoría en la escena mundial siguen promoviendo enfoques unilaterales a la solución de problemas internacionales y recurren a las medidas militares”, dice el comunicado en una referencia velada a Estados Unidos y sus aliados.

China y Rusia se comprometieron a “profundizar la cooperación estratégica mutua”, dijo Xi a Putin, de acuerdo con la agencia noticiosa oficial china Xinhua. “Esta es una decisión estratégica que tiene una amplia influencia sobre China, Rusia y el mundo”.

Ante una “situación internacional compleja y en evolución”, las dos partes “se apoyan con fuerza” al enfrentar lo que Xi llamó “amenazas regionales de seguridad” y la “estabilidad estratégica internacional”, sin nombrar a Estados Unidos.

Putin es el invitado de mayor resonancia en los juegos tras la decisión de Estados Unidos, Gran Bretaña y otros de no enviar funcionarios en protesta por los abusos a los derechos humanos en China y su manera de tratar a los musulmanes uigures y otras minorías.

Putin elogió las relaciones estrechas “sin precedentes” con China en declaraciones reproducidas por la televisión rusa.

Las relaciones “se desarrollan de manera progresiva con un espíritu de amistad y asociación estratégica”, dijo Putin. “En verdad no tienen precedentes”.

El mandatario ruso destacó los vínculos económicos y un nuevo contrato para proveer a China 10,000 millones de metros cúbicos de gas por año desde el oriente ruso.

Putin también recordó su presencia en los Juegos Olímpicos de Verano Beijing 2008 y la asistencia de la delegación china a los juegos de invierno en Sochi 2014, declarando que tales intercambios se han convertido “en cierta medida en una tradición”.

Este fue el primer encuentro presencial de ambos mandatarios desde 2019, en momentos que China y Rusia alinean sus políticas exteriores de manera bilateral y en organismos mundiales como Naciones Unidas, en oposición al bloque occidental y otras grandes potencias.

Los gobernantes de cinco naciones de Asia central que formaban parte de la antigua Unión Soviética, que tienen estrechos vínculos con Rusia y China, asistieron a la inauguración junto con otros Estados que tienen intereses políticos y económicos con Beijing.

La acumulación de tropas y armamentos rusos cerca de Ucrania ha generado temores en Occidente de que Moscú se apresta a invadir su vecino. Rusia lo niega, pero exige a Washington y sus aliados garantías vinculantes de que la OTAN no incorporará a Ucrania ni otras naciones de la antigua Unión Soviética, no instalará armas en sus territorios y retirará sus fuerzas del este de Europa, reclamos que Occidente ha rechazado enérgicamente.

Putin y Xi dijeron que la estrategia de la OTAN y Estados Unidos de estrechar lazos militares con otros países asiáticos es desestabilizadora y amenaza la seguridad regional.

“Las partes se oponen a la mayor expansión de la OTAN (y) exhortan a la Alianza del Atlántico Norte a abandonar los enfoques ideológicos de la Guerra Fría”, dijeron en su comunicado conjunto.

Durante una llamada telefónica la semana pasada, el ministro chino de Exteriores Wang Yi dijo al secretario de Estado estadounidense Antony Blinken que las preocupaciones de seguridad rusas deben tomarse en serio y abordarse, una declaración que supuso un importante cambio en la política de Beijing.

Algunos observadores indicaron que Beijing está siguiendo de cerca la conducta de Estados Unidos y sus aliados en este conflicto mientras evalúa su estrategia en Taiwán, alegando que la decisión de Washington podría animar a China a ser más asertiva.

Rusia y China han realizado maniobras militares conjuntas, entre ellas ejercicios navales y patrullas de bombarderos de largo alcance sobre el Mar de Japón y el Mar de China Oriental. En agosto, las tropas rusas se desplegaron por primera vez en territorio chino para el operativo.

Putin ha destacado además que Rusia ha compartido tecnologías militares altamente delicadas con China que han ayudado significativamente a impulsar sus capacidades de defensa.