Caracas. Tras meses de letargo y golpeada por la reciente pérdida de la Asamblea Nacional, la oposición venezolana convocó el sábado a sectores adversos al mandatario Nicolás Maduro a participar de manera presencial en una consulta que se ha desarrollado en los últimos cinco días por Internet y una aplicación móvil.

En diferentes puntos de la capital venezolana, así como en otras ciudades del interior y en más de 50 países se desarrolla la llamada “consulta popular”, que no tiene validez legal pero que es aprovechada por la oposición para medir sus fuerzas.

Asimismo, procura obtener el aval de la comunidad internacional para que siga reconociendo al Congreso de mayoría opositora y a su líder, Juan Guaidó, como presidente encargado de Venezuela luego que culmine el actual período parlamentario el 5 de enero, indicaron analistas consultados por The Associated Press.

El director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello, Benigno Alarcón, dijo que la iniciativa le servirá a la oposición para contarse y “demostrar que se tiene el apoyo de una mayoría”.

Alarcón indicó a la AP que en la medida que la participación sea elevada habrá “más posibilidades de que algunos países les resulte más fácil seguir reconociendo a Guaidó y en la medida de que el conteo sea más bajo se vuelve más difícil seguir reconociendo”.

La consulta inició con escasa afluencia de personas en algunas zonas de Caracas y el interior de Venezuela, tendencia que se mantenía durante la jornada.

Sin mencionar cifras, Guaidó se mostró satisfecho por la asistencia y dijo en declaraciones a la prensa que “hemos visto muchísima participación”.

Explicó que fue un proceso “artesanal” que se realizó con las “herramientas de los ciudadanos” en medio de amenazas y agresiones, y citó como ejemplo un incidente que se registró en el estado occidental del Zulia donde supuestos seguidores del gobierno agredieron a voluntarios que estaban en una mesa de votación y hurtaron el material electoral.

Al ser preguntado sobre la afirmación que hizo Maduro de que la consulta no es legal, el dirigente respondió que el mandatario “difícilmente pudiese hablar de legalidad”.

En una calle de la barriada de clase media El Hatillo, en el este de la capital, opositores instalaron un improvisado centro con algunas mesas y pequeñas cajas de cartón para depositar los votos. Entre los primeros participantes estaba José Andrade, un comerciante de 52 años, quien afirmó tras sufragar que espera que con la consulta se logre “una ayuda internacional para poder salir de este régimen”.

“Todo lo que tenga que ver en contra del régimen lo vamos hacer... algo tenemos que hacer para salir de esta crisis”, agregó.

En contraste, Jhony Alvarez, un topógrafo 40 años, señaló que no participaba de la consulta porque se sentía descontento con los políticos de ambos bandos.

“Lo que me queda es trabajar”, indicó. “Si yo no trabajo no como. A mí los políticos no me dan nada”.

Desde Bogotá, el dirigente y comisionado de Guaidó del centro de gobierno, Leopoldo López, dijo a la prensa luego de votar que la oposición utilizará la consulta para organizarse, e instó a la comunidad internacional a unificarse entorno a un proyecto común para lograr a libertad en Venezuela.

La consulta se realiza escasos días después de las elecciones legislativas, que fueron cuestionadas por la mayor parte de la comunidad internacional y en las que los candidatos de Maduro ganaron sin mayores dificultades 253 de los 277 escaños y recuperaron así el control del Congreso que habían perdido hace cinco años. Era el único organismo bajo control de la oposición.

Las principales fuerzas opositoras llamaron a boicotear la elección, alegando que era un “fraude”, lo que le facilitó el camino al oficialismo. Algunas organizaciones opositoras minoritarias que han mantenido diálogos con el gobierno y disidentes, a los que el Tribunal Supremo de Justicia les entregó el control de los partidos Acción Democrática, Primero Justicia y Voluntad Popular, rompieron con la coalición opositora para participar en la votación.

La abstención en las elecciones legislativas fue 69.5%, según las autoridades electorales, resultado que ha sido utilizado por la oposición para alegar que el gobierno cuenta con poco respaldo popular.

Algunas encuestadoras locales han estimado que el desánimo de los venezolanos, agobiados por la fuerte de recesión y la desbocada hiperinflación, también se reflejará en el referendo opositor con una alta abstención, pero los organizadores aseguran que durante los cinco días que se ha desarrollado la consulta por Internet la participación ha sido importante.

Durante este año la oposición ha tenido que batallar con fracturas internas y un creciente desánimo de sus seguidores, quienes se sienten frustrados porque no les cumplieron la promesa que le hicieron los dirigentes de sacar a Maduro del poder. El descontento se ha reflejado en la pérdida de respaldo a Guaidó, quien cuenta con un apoyo popular cercano a 25%, según algunas encuestas locales.

La iniciativa opositora arrancó el 7 de diciembre a través de la aplicación Voatz, un portal de Internet y el sistema de mensajería Telegram. En el referendo se pregunta a los venezolanos si están a favor de exigir el “cese de la usurpación” de la presidencia de Maduro, sobre el rechazo de los comicios legislativos y si ordenan ejercer gestiones ante la comunidad internacional para rescatar la democracia y atender la crisis humanitaria.

Maduro desestimó esta semana la consulta opositora alegando que “no tiene valor legal, (ni) tiene valor constitucional”. “Solamente tiene valor informativo, guía para la acción”, agregó.