Unión Europea acuerda suspender vuelos desde África por variante de COVID-19
Aun se desconoce cuán transmisible es la variante denominada como B.1.1.529 y cuál es la eficacia de las vacunas sobre ella.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Bruselas. Los países de la Unión Europea acordaron este viernes suspender los viajes desde el sur de África debido a la nueva variante sudafricana del covid-19.
Además, acordaron que los residentes europeos que provengan de esa zona y que sí tienen derecho a entrar en la UE se sometan a test y un periodo de cuarentena, según informó la presidencia eslovena de la UE.
La Unión Europea se debatía tomar la medida para frenar la propagación de una nueva variante del coronavirus mientras el bloque trata de contener un importante repunte de los contagios.
“Lo último que necesitamos es traer una nueva variante que nos cause aún más problemas”, afirmó el ministro de Salud de Alemania, Jens Spahn.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señaló en un comunicado que “propone, en estrecha coordinación con los estados miembro, activar el freno de emergencia para detener los viajes aéreos desde la región del sur de África”.
Los científicos dicen que la nueva variante detectada en Sudáfrica es preocupante por su alto número de mutaciones y su rápida propagación entre los jóvenes de Gauteng, la provincia más poblada en ese país.
Según Berlín, la propuesta de Von der Leyen podría empezar a aplicarse el viernes en la noche. Spahn dijo además que las aerolíneas procedentes de Sudáfrica solo podrán trasladar a ciudadanos alemanes, y los pasajeros tendrán que pasar una cuarentena de 14 días, estén vacunados o no.
Alemania superó su récord diario de contagios en los últimos días y el jueves sobrepasó la barrera de los 100,000 muertos por COVID-19.
En Italia, el Ministerio de Salud anunció medidas para vetar la entrada al país de cualquiera que haya estado en siete naciones del sur de África (Sudáfrica, Lesoto, Botsuana, Zimbabue, Mozambique, Namibia y Suazilandia) en los últimos 14 días. Y Holanda está estudiando normas similares.
“Estas naciones están consideradas zonas de alto riesgo. Esto significa cuarentena y pruebas dobles para quienes viajen desde esos países”, afirmó el ministro holandés de Salud, Hugo De Jonge.
La cuarta ola de la pandemia está golpeando especialmente al bloque de 27 naciones europeas, donde los gobiernos se apresuran a endurecer las restricciones para contener los contagios. La propuesta de prohibición de los vuelos sigue a una medida similar de Gran Bretaña en la víspera.
Londres anunció que vetaría los vuelos procedentes de Sudáfrica y de otras cinco naciones de sur del continente desde el mediodía del viernes, y que se pedirá a quien haya entrado recientemente al país desde alguno de esos destinos que pase una prueba de detección del COVID-19.
El secretario británico de Salud, Sajid Javid, apuntó que preocupa que la nueva variante “pueda ser más transmisible” que la cepa delta, la dominante ahora, y que “las vacunas que tenemos actualmente puedan ser menos eficaces” contra ella.
El coronavirus evoluciona a medida que se propaga y muchas de las nuevas variantes, incluyendo las que tienen mutaciones preocupantes, suelen desaparecer sin más. Los científicos monitorean los posibles cambios que podrían ser más contagiosos o letales, pero determinar qué nuevas versiones pueden tener un impacto en la salud pública toma tiempo.
La nueva variante, que por el momento se identifica como B.1.1.529, fue detectada también en Botsuana y en Hong Kong en viajeros procedentes de Sudáfrica, agregó.
El grupo de trabajo técnico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reunirá el viernes para evaluar esta nueva versión del virus y podría decidir bautizarla con una letra del alfabeto griego.
De acuerdo con los datos de la OMS, en la última semana, las infecciones por coronavirus se incrementaron un 11% en Europa, que es la única región del mundo donde el COVID-19 sigue propagándose. El director de la agencia de Salud de Naciones Unidas para Europa, el doctor Hans Kluge, advirtió que si no se toman medidas urgentes la región podría registrar 700,000 muertes más antes de la primavera.