Berlín. Las autoridades reguladoras de la Unión Europea autorizaron hoy el uso de la vacuna contra el COVID-19 de AstraZeneca para todos los adultos, en medio de críticas de que la campaña de vacunación es excesivamente lenta.

La Agencia Europea de Medicamentos permitió el uso de la vacuna en personas mayores de 18 años, aunque se dijo días atrás que no existían datos suficientes para demostrar su eficacia entre los adultos mayores.

Es la tercera vacuna contra el COVID-19 aprobada por la agencia después de las de Pfizer y Moderna. Ambas fueron autorizadas para todos los adultos.

La campaña de vacunación en muchos países del continente avanza más lentamente que en Gran Bretaña, Israel y Estados Unidos y se esperaba que la de AstraZeneca ayudaría a acelerarla.

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Además de la noticia reciente de que la fabricante entregaría menos dosis inicialmente, existía el temor de que la restricción por edad sería un obstáculo adicional para la campaña, pero en su decisión la agencia europea dijo que la vacuna de AstraZeneca, desarrollada juntamente con la Universidad de Oxford, se puede usar para todos los adultos.

Una amplia prueba realizada el mes pasado reveló que la vacuna tiene un 70% de eficacia en la prevención de la enfermedad, pero se desconoce si impide el contagio.

El comité asesor de vacunación de Alemania dijo ayer en un borrador de recomendación que la vacuna de AstraZeneca debe administrarse, por el momento, sólo a personas de entre 18 y 64 años. El regulador británico reconoció la existencia de datos limitados acerca de su rendimiento entre adultos de mayor edad, pero autorizó el fármaco para todos los adultos el mes pasado, con ciertas precauciones para las mujeres embarazadas.

En Estados Unidos se sigue realizando otro estudio independiente con la vacuna de AstraZeneca.

A principios de semana, Bruselas arremetió contra la farmacéutica por decir que reduciría sus envíos iniciales de 80 millones de dosis a 31 millones por problemas de fabricación. La Unión Europea ha amenazado con impedir que las vacunas que se elaboran en su territorio salgan de sus fronteras.

Muchos países del continente han tenido problemas para vacunar a su población al mismo ritmo que Gran Bretaña, Israel o Estados Unidos, entre otros. Aunque los políticos han achacado la lentitud de las campañas al número limitado de suministros, otros factores como la enorme burocracia y la mala planificación también han sido determinantes.

La vacuna de AstraZeneca ya ha sido autorizada en varios países, incluyendo Gran Bretaña, India, Argentina y México. La Organización Mundial de la Salud está revisándola, y una recomendación de la agencia de las Naciones Unidas permitiría su compra y distribución en países en vías de desarrollo a través del programa global COVAX.