Una protesta ecologista cubre con pintura rosa la fachada del Senado italiano
El presidente de la Cámara de Diputados italiana, Lorenzo Fontana, condenó “enérgicamente” lo ocurrido.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Un grupo de cinco activistas ecologistas del colectivo Ultima Generazione embadurnaron este lunes con pintura rosa la fachada del Palacio Madama, la sede del Senado de Italia, en un nuevo acto de protesta de este grupo para alertar contra la crisis climática.
“El Gobierno italiano es criminal porque financia los combustibles fósiles”, afirmaron los activistas, que también alertaron sobre un futuro “sin comida” y con una Italia “desertificada” por culpa del cambio climático, según se ve en varios vídeos que circulan en las redes sociales.
Los manifestantes, que lograron cubrir parcialmente con pintura en espray la fachada y las ventanas de la parte inferior del edificio, fueron interceptados en plena acción por las fuerzas del orden, que procedieron a su identificación y detención, según los medios locales.
“En la base del gesto está la desesperación que deriva de la sucesión de datos cada vez más alarmantes sobre el colapso ecoclimático, que ya ha comenzado, y la indiferencia del mundo político ante lo que promete ser el mayor genocidio en la historia de la humanidad”, apuntó el colectivo en un comunicado.
Las reacciones de los líderes de las instituciones italianas en contra del ataque al Palacio Madama, edificio histórico construido en el siglo XV y que alberga importantes obras de arte, no tardaron en llegar.
“El Senado fue elegido cobardemente porque, a diferencia de otras instituciones, nunca ha considerado la necesidad de crear un área de seguridad alrededor del edificio, hasta ahora”, lamentó el presidente de la Cámara Alta, Ignazio La Russa.
El vicepresidente del Gobierno y ministro de Infraestructuras, Matteo Salvini, dijo de sus autores que “son vándalos, no activistas” y que “es necesario un castigo ejemplar para quienes desfiguran y dañan obras de arte, cuadros, museos y monumentos históricos, no sin antes limpiarlo todo y reparar el daño causado”.
Por su lado, el presidente de la Cámara de Diputados italiana, Lorenzo Fontana, condenó “enérgicamente” lo ocurrido y recordó que las instituciones “representan una pieza fundamental de la democracia y, como tales, deben ser respetadas”.
El grupo de activista responsables del ataque forma parte de Ultima Generazione, la división italiana de Extinction Rebellion, un grupo internacional que promueve la desobediencia civil y acciones de protesta para llamar la atención sobre la crisis climática.
En los últimos meses se repitieron ataques a obras de arte y edificios históricos en Europa: en octubre un grupo ecologista lanzó puré a un cuadro de Monet en Alemania, en noviembre dos activistas se pegaron a dos cuadros de Goya en Madrid y en diciembre varios manifestantes pintaron el Teatro de la Scala de Milán, entre otras protestas.